La Dirección de Aviación del Ejército quedó en el centro de la polémica tras revelarse un entramado de irregularidades que llevó al Ministerio de Defensa, a cargo de Luis Petri, a tomar medidas drásticas.
En el marco de una investigación interna, el Ejército suspendió a 16 militares y relevó de su cargo al jefe de mayor rango, coronel Julio Orlando Morillas, luego de que se recibiera una denuncia que puso al descubierto presuntos actos de corrupción.
Según documentación reservada remitida al Ministerio de Defensa, las irregularidades incluyen la donación irregular de motores de aeronaves Twin Otter a la Escuela Industrial El Palomar, la realización de un evento social no presupuestado, y contradicciones en las actas de recepción de elementos vinculados al avión Diamond.
Fotos, documentos y otras pruebas sustentan estas acusaciones, elevando el grado de preocupación en una cartera ya sacudida por otros escándalos.
El Ejército emitió un comunicado en el que confirma haber adoptado “medidas disciplinarias y administrativas ante la presunta comisión de irregularidades en la administración de efectos de aviación”. Según el informe oficial, las denuncias fueron canalizadas por oficiales subalternos el pasado 6 de diciembre, lo que permitió avanzar con una investigación preliminar.
Entre los acusados, además del coronel Morillas, se encuentran sargentos, coroneles y tenientes señalados por supuestamente participar en el robo de motores de helicópteros Twin Otter con la intención de revenderlos. La gravedad de las acusaciones obligó al ministro Petri a ordenar la suspensión inmediata de los implicados, en un intento de frenar el impacto del escándalo.
Un ministerio bajo presión
Este nuevo caso agrava la crisis en el Ministerio de Defensa, que recientemente debió afrontar la destitución del jefe de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), Fernando Mengo. El exjefe fue separado de su cargo tras ser acusado de malos tratos, abuso de autoridad y el uso indebido de aviones militares en más de 30 vuelos para visitar a su pareja.
La seguidilla de controversias pone en jaque la gestión de Petri, quien asumió con la promesa de transparencia y eficiencia en las Fuerzas Armadas, pero terminó destinando 200 millones de pesos de plata del Estado a jefes de las fuerzas militares, para la compra de comidas de lujo que incluyen salmón rosado, asado, quesos y hasta papas noisette, entre otras comidas costosas.
