Estalló el sector textil: 3 fábricas cerraron y más de 300 despedidos

El conflicto escaló y llegó a su peor momento: el freno de la producción y la falta de inversiones llevó al cierre de empresas con más de 500 trabajadores desvinculados de sus tareas cotidianas

Ya van tres fábricas cerradas. La sucursal ubicada en Catamarca está tomada hace cuatro días por sus trabajadores, y los gremios piden acompañamiento del estado en la crítica situación de personas despidas.

El sector textil es el reflejo de una Argentina que ya perdió más de la mitad de su poder adquisitivo, y su degradación escalonada fue indicando alertas.

El conflicto tiene antecedentes: Hace varios meses el sector textil venía anunciando la caída del sector, y en algunos casos los salarios que estaban por debajo de la inflación.

El primer caso de despidos se registró en la provincia de Catamarca con el despido de 124 de la fábrica local de Textilcom, una empresa productora de marcas importantes en el sector indumentaria, como Cheeky, Grisino, Penguin, entre otras.

La sucursal en la provincia se había inaugurado dos años atrás durante el gobierno de Alberto Fernández con una inversión de  inversión de 15 millones de dólares para la primera etapa en su planta de tejidos e hilandería, y de otros beneficios en los últimos meses. 

Actualmente, los trabajadores tomaron la planta de producción y resisten el cierre. Mientras tanto, delegados del sindicato se encuentran manteniendo reuniones con representantes del Estado para solicitar el acompañamiento y la asistencia a cada uno de los trabajadores que fueron despedidos que en la mayoría son mujeres de entre 20 y 54 años.

La misma empresa también bajó persianas en La Rioja, donde fueron 143 los despidos, que se sumaron a los 43 que recientemente comunicó la firma AlpaCladd.

“La situación es muy crítica. La planta cerró y los trabajadores están con telegrama de despido que fue rechazado”, informó Claudia Bulacios del Sindicato Obrero de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA), y agregó: “Pedimos algo inmediato para que ellos puedan continuar sus vidas en lo cotidiano, ya que son cabeza de familias en muchos casos”, dijo para ARG Medios.

Los trabajadores que rechazaron la propuesta del 50% de las indemnizaciones están en busca de un nuevo inversor para que puedan seguir produciendo, y tampoco se descarta la posibilidad de convertirse en cooperativa.

Un conflicto con antecedentes

Hace varios meses los gremios relacionados a la industria textil denuncian la crítica situación que están atravesando debido a la caída del 50% en las ventas de ropa y afines, que motoriza la producción industrial.

La Asociación Obrera Textil (AOT), el Sindicato de Empleados Textiles (SETIA), la Unión de Cortadores de la Indumentaria (UCI), el Sindicato Obrero de la Industria del Vestido (SOIVA) y la Unión de Trabajadores del Calzado (UTICRA) se adhirieron al paro de la CGT con un reclamo propio: el estado de emergencia en el sector textil.

En algunos casos, la negociación paritaria en los últimos meses no tenía éxito, como el caso de la Asociación Obrera Textil (AOT) que para mayo el salario de sus trabajadores estaba 30 puntos debajo de la inflación.

En el caso de la fábrica de Catamarca, la empresa estaba pagando en cuotas el sueldo de abril, con haberes que son de cerca de $420.000.

Por este motivo, gremios como la Unión de Cortadores de la Indumentaria (UCI) decretó el estado de alerta y movilización ante la falta de avances en la negociación salarial con la cámara empresaria del sector

La ropa, un lujo en contexto de crisis

Las razones de las caídas en el rubro textil se relacionan directamente con la falta de demanda del producto: las ventas de ropa se redujeron a la mitad debido a la suba de precios y el congelamiento de los salarios.

En los primeros tres meses del año el rubro acumula un incremento del 33% contra el 51,6% acumulado, mientras que en marzo subió 11%. En 2023 la ropa subió 169%, contra una inflación de 210%, mientras que en 2022 había crecido 120,8% contra una suba general del 94.8%.

Esto lleva al detenimiento de nuevas inversiones, y a empresarios a tomar decisiones de recorte en la producción. Más del 70% de las empresas disminuyeron la producción de forma interanual.

“Hoy los legisladores le pidieron cuentas al ministro de Industria de la provincia de Catamarca Sebastián Caria sobre la falta de control de los inversores” dijo Bulacios denunciando la falta de accionar en el gobierno provincial de Catamarca.

“El gremio hacia todas las presentaciones correspondientes a notificar el estado de alerta en relación a las inversiones, pero los órganos de contralor no actuaban, así que a la primera de cambio el empresario se fue”, concluyó la trabajadora del SOIVA.

Según Radio Kermes de Catamarca los trabajadores denunciaron que “Carlos Vilariño, el dueño, se borró totalmente”. La semana pasada les avisaron que no se presenten a trabajar lunes, martes y miércoles de esta semana, porque no iban a tener materia prima para producir. Sin embargo, una alerta de trabajadores de una fábrica aledaña los puso en aviso: estaban vaciando las instalaciones, así fue como las operarias de TEXTILCOM se dispusieron a tomar la planta.

Hoy, la intención de las trabajadoras, que rechazaron la propuesta de la empresa, es conseguir un nuevo inversor para que puedan seguir produciendo. El Ministerio de Industria planteó dos alternativas a la situación: buscar una marca interesada en tomar la mano de obra desocupada, o concretar una cooperativa.