Europa enfrenta dividida la crisis migratoria

La Unión Europea debate un nuevo pacto de asilo para afrontar la migración. Las diferencias entre los países de la frontera sur y el bloque de Visegrado dificultan el acuerdo.


Por Erika Gimenez y Daniela Ramos

En septiembre, la Comisión Europea presentó su propuesta de pacto migratorio y de asilo en un intento por desbloquear la reforma migratoria en la Unión Europea (UE). Alemania quiere lograr un acuerdo político en la próxima cumbre del 10 y 11 de diciembre, pero a pocos días del encuentro las diferencias entre los Estados miembros parecen lejos de resolverse. 

Esto ocurre a pesar de las concesiones de la Comisión Europea a los países que no quieren recibir refugiados. En la última versión del pacto se eliminó toda idea de responsabilidad compartida entre los integrantes de la UE frente a una situación que afecta particularmente la frontera sur: España, Italia, Grecia y Malta.

El problema llegó a las puertas de Europa en 2015 y desde entonces los países europeos sostienen importantes diferencias que impiden construir una política común de asilo. Los que soportan una gran presión migratoria insisten en que hace falta más solidaridad de sus vecinos y piden una reubicación obligatoria de los solicitantes de protección internacional. Del otro lado, Austria y los países de Visegrado (Hungría, Eslovaquia, Chequia y Polonia) se oponen a dejar entrar más personas a las que consideran migrantes económicos. 

Con este nuevo pacto se propone un esquema de “opciones flexibles” para definir la contribución de los países. Es decir, no será obligatorio el reparto igualitario de migrantes entre todos los países de la UE: se puede optar entre recibir refugiados o apoyar financieramente los puntos migratorios de llegada y los retornos de las personas que fueran expulsadas del continente.

Se plantea también establecer controles fronterizos previos a la entrada de las personas migrantes, para identificar a quienes cruzan las fronteras exteriores de la UE sin permiso o quienes han llegado luego de una operación de rescate. Habría controles de cinco días para revisar la identidad y salud de cada persona y una evaluación para saber qué tipo de asilo otorgar. En esa misma línea, la UE propone reforzar alianzas con países de origen para agilizar los retornos.

¿Cómo se llega a Europa? 

Una de las rutas más mortíferas para cruzar hacia el continente europeo es Libia. Según un informe de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) no sólo el Mar Mediterráneo es inseguro. El país africano también lo es, ya que la guardia costera libia suele interceptar los barcos de los migrantes para llevarse a las personas como mano de obra barata. 

Claro que estos procesos no ocurren de un día al otro, son consecuencias de malas decisiones políticas. Libia antes de 2011 era el país africano con los más altos estándares de vida con atención médica y educación gratuitas; tampoco tenía deuda externa. A partir del bombardeo y posterior intervención de la OTAN, avalado por el Consejo de Seguridad de la ONU, esa estabilidad se rompió. En la actualidad es una nación dividida y víctima de una guerra civil que lleva más de seis años. 

En 2020 dos situaciones alertaron sobre la crítica situación de las rutas que conducen al sur del continente europeo. En la Isla de Lesbos, en Grecia, un incendio destruyó el campamento de Moria, el mayor campamento de refugiados en Europa. El Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis desplegó duras medidas represivas para controlar el flujo migrante y dio aire a grupos de extrema derecha que se lanzaron a patrullar las calles y perseguir cooperantes, a quienes culpan de alimentar el problema. 

Familia migrante en el campamento de Moria, Grecia. Foto: Robin Hammond/Witness Change

A su vez, en Islas Canarias, diariamente se registra la llegada de pateras que cruzan desde distintos países de África. Este año llegaron al territorio insular español más de 17.000 migrantes. Se trata de un aumento significativo respecto a 2019, cuando se contabilizaron 2.600 migrantes. Los recuentos llevados a cabo por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) apuntan a que 511 personas perdieron la vida en lo que va del 2020  tratando de llegar a las Islas Canarias.

La migración en clave global 

En febrero de este año, la OIM también desmintió que el Mediterraneo sea la ruta migratoria más poblada e indicó que se trata de la ruta que conduce de África a Yemen. De acuerdo con los datos recopilados, más de 138.000 personas cruzaron el año pasado el Golfo de Adén en dirección a Yemen y otros 110.000 atravesaron el Mediterráneo durante el mismo periodo. Esta cifra, donde la denominada “Ruta del Este u Oriental” predomina sobre la Mediterránea, se repitió por segundo año consecutivo.

Mientras tanto, el proyecto de la Unión Europea aparece debilitado. Los Estados miembros no encuentran respuesta como bloque unificado, sino que buscan tomar decisiones fronteras adentro. La estrategia que se consolida es trasladar la crisis a la frontera sur, donde se encuentran los países con menos recursos, y ofrecer ayuda a los países norteafricanos que se comprometan a contener ellos mismos el flujo de personas.