Informe del Banco Mundial: Frena el crecimiento, acelera la desigualdad

El Banco Mundial publicó su informe bianual de “Perspectivas Económicas Globales” donde señala una desaceleración del crecimiento hasta 2023 y una profundización de las desigualdades.

El Banco Mundial publicó las previsiones para la economía mundial para el año 2022 y 2023 en su informe bianual de “Perspectivas Económicas Globales”. En el informe prevé que el crecimiento mundial se desacelerará marcadamente, a medida que los países empiezan a enfrentar el tercer año de la pandemia de COVID-19.

A nivel global, el Banco Mundial espera que el crecimiento se desacelere del 5,5 % en 2021 al 4,1 % en 2022 y al 3,2 % en 2023. Entre las economías en desarrollo el organismo internacional espera que el crecimiento caiga del 6,3 % en 2021 al 4,6 % en 2022 y al 4,4 % en 2023. 

Además, el Banco Mundial señaló desafíos para las economías en desarrollo: el primero de ellos es la desaceleración en las principales economías —entre ellas Estados Unidos y China— lo cual reducirá la demanda externa de bienes y servicios. 

Otros desafíos que marcó el organismo internacional son los nuevos brotes de COVID-19, los persistentes cuellos de botella en las cadenas de suministro y presiones inflacionarias, y vulnerabilidades financieras. 

Perspectivas latinoamericanas

En su apartado para Latinoamérica, el Banco Mundial resaltó la recuperación económica de la región hasta ubicarse en un estimado del 6,7 % en 2021, impulsado por condiciones externas favorables y diversos acontecimientos relacionados con la pandemia.

Entre las claves de esa recuperación, el organismo internacional señaló la fuerte demanda en destinos clave de las exportaciones (Estados Unidos y China), los precios altos de los productos básicos y el volumen elevado y constante de las remesas enviadas a los países de América Central y el Caribe. 

En cuanto a las proyecciones, el Banco Mundial prevé que el crecimiento regional disminuirá hasta ubicarse en el 2,6 % en 2022 y el 2,7 % en 2023. 

El proceso de recuperación hacia los niveles del producto interno bruto (PIB) anteriores a la pandemia será desigual en la región y prolongado en algunos países. Las proyecciones elaboradas hasta fin de 2023 implican que se perderá terreno en el ingreso per cápita no sólo en relación con las economías avanzadas, sino también con las de Asia oriental y central, el Pacífico y las de Europa.

En cuanto a los paises claves de la región, se proyecta que la economía de Brasil se desacelerará hasta llegar al 1,4 % en 2022 para luego repuntar al 2,7 % en 2023. El crecimiento de México, por su parte, disminuirá según las proyecciones hasta el 3 % en 2022 y el 2,2 % en 2023.

Por otro lado, las proyecciones indican que en Argentina el crecimiento se desacelerará al 2,6 % en 2022 y al 2,1% en 2023. 

La desigualdad sigue creciendo 

Según el Banco Mundial, la pandemia de COVID-19 aumentó la desigualdad de ingresos en el mundo afectando desproporcionadamente a los grupos vulnerables y los países en desarrollo, donde la desigualdad de ingresos es mucho mayor que en las economías avanzadas.

El aumento de la desigualdad interna de los países de economías en desarrollo refleja las graves pérdidas de ingresos y las interrupciones del empleo experimentadas por los grupos vulnerables: los hogares de bajos ingresos, los trabajadores informales y de baja cualificación, y las mujeres. 

Asimismo señaló que la desigualdad interna de los países sigue siendo particularmente alta en América Latina y el Caribe y en África al sur del Sahara, donde viven alrededor de dos tercios de las personas extremadamente pobres del mundo.

Pero la desigualdad va más allá del ingreso. El acceso a las vacunas sigue siendo desigual en todo el mundo. Los datos del Banco Mundial muestran que solo el 8 % de la población de los países de ingreso bajo ha recibido al menos una dosis, tasa que dará lugar a que solamente alrededor de un tercio de la población reciba una dosis de las vacunas a fines de 2023, si se mantiene el ritmo de vacunación actual. 

Como conclusión, el organismo internacional sostiene que en el largo plazo, la desigualdad interna de los países podría seguir aumentando.