Benjamín Netanyahu podría estar a punto de abandonar su cargo como primer ministro luego de 12 años de gobernar Israel. Yair Lapid, líder del partido Yesh Atid (“Hay Futuro”), considerada una formación de centro, y el ultraderechista Naftali Bennett, del partido Nueva Derecha, anunciaron que lograron un acuerdo para conformar gobierno junto con todo el arco político anti-Netanyahu.
Desbancada del primer ministro de Israel
Desde 2019, Israel vive una crisis política en donde ninguna fuerza política, y principalmente Benjamín Netanyahu puede formar gobierno. El bloqueo político que vivió el gobierno israelí se debe a una creciente fragmentación de los bloques del legislativo, que hace cada vez más difícil superar esa barrera.
El Kneset cuenta con 120 diputados, para formar gobierno se necesitan 61 que respalden una postulación. Netanyahu logró formar gobiernos de coalición en 1996, cuando se transformó por primera vez en primer ministro y reelegir en 2009, 2013 y 2015.
En las elecciones de 2021, Netanyahu obtuvo 30 escaños, 6 menos que en las elecciones de 2020. Con sus aliados de las formaciones de los ultras ortodoxos Unión por la Torá y el Judaísmo (7 escaños), Shas (9 escaños) y la ultraderecha del Partido Sionista Religioso (6 escaños). El primer ministro de Israel solo contaba con 59 parlamentarios a su favor.
La falta de mayoría ha forzado la celebración de cuatro comicios generales en los dos últimos años. Luego de que Netanyahu fracasará al intentar formar gobierno tras las elecciones del 2021, Yair Lapid fue encargado para formar un nuevo gabinete en un plazo que vencía el pasado miércoles a la medianoche.
It is official. Israel has a new government. pic.twitter.com/czpzhVIeR5
— Noga Tarnopolsky (@NTarnopolsky) June 2, 2021
Benjamin Netanyahu en retirada
Lapid obtuvo el segundo lugar con 17 escaños en las elecciones de 2021, pero su principal objetivo fue desbancar a Netanyahu. Por eso, se propuso una alianza con Naftali Bennett, lider del partido de derecha Yamina (Nueva Derecha) quien obtuvo 7 escaños.
La propuesta que sedujo a Bennett para unirse a Lapid fue que el líder ultraderechista ejercería como primer ministro hasta septiembre de 2023, para ser sucedido inmediatamente por Lapid hasta noviembre de 2025.
El acuerdo entre Yamina y Yesh Atid se habría cerrado el 10 de mayo, justo antes del ataque de Ejército israelí ataque al pueblo palestino. En medio del conflicto, Bennett anunció la ruptura de las negociaciones, pero después del acuerdo de alto el fuego del 22 de mayo Bennett y Lapid retomaron el pacto.
La estrategia de Benjamín Netanyahu de utilizar ataques contra palestina en momentos de que su gobierno se vio afectado por casos de corrupción o imposibilidad de formar gobierno para lograr una unidad nacional que tantas veces le funcionó, esta vez no le rindió beneficios.
Sin embargo, a la coalición de Bennett y Lapid se le suman el ultraderechista Israel Nuestro Hogar, el derechista Nueva Esperanza, el centroderechista Azul y Blanco, el centroizquierdista Partido Laborista y el izquierdista y pacifista Meretz.
La formación, de un total de 58 escaños, contó con el apoyo del partido islamista Raam para obtener los 61 escaños necesarios y nombrar a Naftali Benet como primer ministro de Israel hasta 2023.
¿Ultranacionalistas y árabes, derecha e izquierda unidos?
La formación del nuevo gobierno tiene un respaldo que va desde fuerzas de izquierda hasta la extrema derecha y desde partidos ultranacionalistas hasta el partido islamista Raam. Su único punto en común es su animadversión a Netanyahu
La cuestión palestina también es una suerte de divisoria de aguas entre la nueva estructura gubernamental. Yamina y Nueva Esperanza son partidos con gran predicamento entre los colonos y favorables a la anexión israelí de los territorios palestinos ocupados.
Bennett se ha posicionado a la derecha de Netanyahu con respecto a la cuestión israelí-palestina y se a opuesto fervientemente a la creación de un Estado palestino. En 2013, declaró en The New Yorker: “Haré todo lo que esté en mi poder para que nunca tengan su propio Estado”.
Quien liderará los destinos hasta 2023 es un negacionista de la ocupación israelí. “¿Qué ocupación? ¿Puede uno ser un ocupante en su propio hogar? Esta es nuestra casa” declaró en 2013.
Otra de sus polémicas declaraciones fue cuando siendo ministro de Economía, Bennett expresó “yo ya he matado a muchos árabes en mi vida y no hay absolutamente ningún problema”.
Por su parte, Lapid tiene una postura ambigua con respecto a palestina. En 2014, se opuso a la ley para destacar el carácter judío del Estado y a la política de asentamientos de Netanyahu, quién lo terminó echando de la alianza gobernante y convocando a elecciones anticipadas.
En 2016, durante el programa Meet the Press de Channel 2 de Israel declaró “necesitamos sacar a los palestinos de nuestras vidas. Lo que tenemos que hacer es construir un muro alto y sacarlos de nuestra vista”, y agregó: “No habrá paz. No queremos que dos naciones se agrupen en un solo Estado”.
Nuevo primer ministro, nada nuevo
Durante la campaña de 2021, en una charla en la Casa ZOA de Tel Aviv, declaró “tenemos que separarnos de los palestinos, y tenemos que hacerlo en cuatro términos que para mí son esenciales”.
El primer punto destaca que “la seguridad israelí debe permanecer en manos israelíes´´. Lo que permite al ejército entrar en territorio palestino si tienen conocimiento de terroristas que planean un ataque.
El segundo se refería a las fronteras de seguridad y que el Valle del Jordán permanecía en manos israelíes, mientras que el tercero se refería al derecho al retorno. “No existe el derecho al retorno”, dijo Lapid, refiriéndose a la demanda palestina de regresar a las tierras anteriores a 1948. La demanda final es que Jerusalén permanezca indivisa, “porque los países no dividen sus propias capitales”.
De la nueva conformación de gobierno también participa Azul y blanco, dirigido por Benny Gantz, quién fuese ministro de Defensa desde 2020. Además se desempeñó como el vigésimo jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas de Defensa de Israel de 2011 a 2015.
Beny Gantz condujo los últimos ataques de Israel a Palestina y desplegó más de 5.000 soldados de reserva a la frontera de Franja de Gaza. Durante los 11 días que duraron los ataques israelíes 250 palestinos fueron asesinados, incluidos 66 niños.