La motosierra del ambiente: 40 despedidos de ACUMAR en la gestión de Milei

El gobierno nacional despidió a 40 trabajadores de ACUMAR, un organismo creado hace dieciséis años para el saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo que mejoró las condiciones de vida de sus habitantes

La semana pasada el gobierno nacional despidió a 40 trabajadores de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), un organismo creado hace dieciséis años para el saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo y propiciar mejores condiciones de vida para la población del sur del AMBA.

La Cuenca Matanza-Riachuelo es uno de los brazos del Río de la Plata que conecta a los esteros del norte con la selva misionera argentina, mediante el sistema fluvial del Paraná. El mismo, recibe los efluentes contaminantes de más de 400 industrias, cloacas y domicilios hace aproximadamente 200 años.

Los habitantes de ahí denunciaron que el riachuelo no es el mismo con el que los niños jugaban, los turistas pasaban, y las personas se transportaban tranquilamente para pasar de ciudad a provincia de Buenos Aires.

En el 2008, la Corte Suprema dictaminó a través de un fallo, la creación de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), un organismo que se encarga de descontaminar el riachuelo y garantizar una mejor calidad de vida de los pobladores de la cuenca. Dieciséis años después de su creación, el agua tornó de color y la fauna volvió a acercarse.

ACUMAR se encarga de sacar más de 300 toneladas de residuos flotantes al mes, y además lleva adelante un trabajo territorial para brindar servicios de salud a la comunidad. Desde la implementación de dicha política ambiental, el paisaje costero cambió.

“Desde nuestro punto de vista hubo grandes avances en los últimos tiempos, sobre todo en los márgenes. Falta mejorar la calidad del agua, que está mejor, pero falta muchísimo. El saneamiento del Riachuelo es una verdadera política de Estado que debería estar a salvo, pero no lo sabemos”, dijo el abogado Enrique Viale quien participó como abogado representante de la Asociación de Vecinos de La Boca.

La motosierra en ACUMAR

El Director General Ambiental Federico Lavisse afirmó que “Empieza a verse el resultado con el tiempo. Esto no es que un día dejaste de contaminar y desapareció la contaminación. Son procesos biológicos que empiezan a a suceder a partir de que empezás a trabajar y hay que mantenerlo. Efectivamente es una política de Estado que empezó con Cristina Kirchner y tiene que continuar”

Sin embargo, el pasado viernes 3 de mayo, desde la actual gestión Nacional anunciaron la intimación del 50% del personal de ACUMAR, y el despido de 40 trabajadores sin indemnización. En su mayoría, son contratos o pases a planta desde 2020 o con intimaciones a jubilarse por su edad.

Los despidos se dan en el marco de una reestructuración orquestada por la nueva gestión, a cargo del abogado chaqueño Lucas Figueras, quien ya había pasado por la función pública de la mano de Cambiemos.

“Hubo despidos en las áreas de salud –que se encarga del relevamiento sanitario de la población-, de adecuación ambiental, de laboratorio, que desaparece del organigrama con la reestructuración del nuevo presidente”, denunció un empleado de ACUMAR en la protesta que se el pasado viernes en la puerta de la planta. “Se los acusa de ausencias injustificadas remitiendo a un sistema de horarios manipulables por la patronal y desconociendo la documentación probatoria de todas las tareas realizadas y licencias solicitadas durante el 2023″, plantearon.

Actualmente la planta se encuentra parada, sin realizar sus tareas diarias de saneamiento del río. Un vaciamiento que responde a la decisión política de retirar al Estado de tareas que son fundamentales para hacer de dicho territorio habitable y con una mejor calidad de vida ambiental.