Artículo publicado originalmente en DLR
El mercado lácteo en Argentina actualmente se encuentra monopolizado: el 80% de la leche producida en nuestro país es manejada por dos grupos empresarios. Mientras tanto, en el municipio de Marcos Paz intentan acercar y abaratar los costos empleando a diferentes actores de la economía familiar y pequeñas Pymes para que la leche valga menos de 100$.
– “Qué cosa che, cómo puede ser que un sachet de leche valga más de 150 pesos”, exclama una vecina frente a la heladera de los lácteos.
– “ Aprovechá ahora, porque el proveedor ya me dijo que la semana que viene aumenta”, le contesta María, una de las dueñas del almacén, que todos los lunes repone los productos de la heladera.
La situación es un hastío, para la vecina que a diario compra en el almacén, y para la dueña, que ya no sabe qué contestar a las reiteradas quejas de sus consumidores. En el medio, un dato que estremece: Según el INDEC, durante el mes de mayo se registró una inflación del 5.1%. Sin embargo, con la lupa puesta en los productos lácteos, el aumento se eleva al 5.8% con respecto al mes anterior, y que sumado al índice de inflación durante los primeros 5 meses del año, acumula un 30.9%.
En la cadena productiva de la leche hay varios factores que están siendo afectados por una situación extraordinaria: El incremento de los granos (el principal alimento de las vacas), fruto de la guerra entre Ucrania y Rusia, en una zona que se la conoce como “productora mundial de alimentos”, es una de las causas que se termina trasladando al producto final en la góndola. Si a eso también le sumamos el incremento en los productos para la producción agrícola y la suba en las naftas que se utiliza para el traslado y comercialización del producto, también afectadas por la guerra, tendremos un cóctel explosivo.
Ahora bien, ¿cómo puede ser que, el sachet de leche que se produce en el país, se termine pagando a costo dólar, en el almacén de María?; ¿se debe únicamente a la geopolítica?; ¿Por qué si hay tantas marcas del mismo producto, no hay gran diferencia de precios entre ellas?.
En el mercado local, vamos a encontrar las respuestas. Según un informe realizado por el periodista Leandro Renou, durante el año 2021, la empresa Mastellone, a través de su marca La Serenísima, concentró cerca del 90% de las ventas lácteas en el mercado, es decir, 9 de cada 10 litros de leche en la Argentina corresponden al gigante empresarial.
Pero eso no es todo, ya que en el último año, Mastellone representó el 67% de las ventas del mercado lácteo, seguido con un 13% por la empresa Adecoagro, que compró a SanCor, y sus marcas alternativas; Las Tres Niñas y Angelita.
Asimismo, la cadena de comercialización de los alimentos, tiene su capítulo aparte: 20 empresas son las que manejan el mercado de alimentos en nuestro país, según un informe elaborado por el Centro de Economía Política (CEPA), de las cuales seis grandes de cadenas de supermercados e hipermercados son los que abastecen, tanto a los minoristas como a los consumidores.
Carrefour (Francia); Cencosud (Chile) que poseen Disco, Jumbo y Vea; Coto (Argentina); Walmart (Argentina), que incluye la cadena Chango Más; La Anónima (Argentina); y Día (España), son los que día a día, se hacen de la ganancia en la distribución de la Argentina.
Un Municipio, una fábrica de leche y la voluntad de combatir la inflación
Luego de que el dueño de La Anónima, Federico Braun, admitiera en el Foro de AEA que para combatir la inflación “remarcan los precios todos los días”, se desató una ola de críticas que pusieron sobre la mesa una realidad que padece el conjunto de la sociedad argentina.
Mientras las bromas sobre la mesa de todos y todas las argentinas seguían haciendo eco, a casi dos horas del Sheraton de Retiro donde se desarrollaba el Foro de AEA, el municipio de Marcos Paz encaraba el sexto mes de producción ininterrumpida de la leche “Marcos Paz”, ofrecida a la venta a tan sólo 59 pesos el litro.
El intendente de esa localidad, Ricardo Curuchet, decidió realizar una alianza estratégica con la marca de lácteos Cecilú, para ofrecer un producto a la venta que permita bajar de manera contundente los precios en las góndolas.
“Arrancamos en noviembre con dos o tres supermercados puntuales del centro de la ciudad, distribuyendo 200 litros día por medio”, dijo Fernando Olliataguerre a Desde la raíz, responsable de Cecilú, una marca que ya tiene 42 años de funcionamiento en el distrito y que cuenta actualmente, con 7 empleados en su planta de producción. “Hoy tenemos 47 locales, entre supermercados, despensas, almacenes, y estamos en los 15 mil litros semanales” agregó.
La decisión forma parte de una serie de medidas impulsada por el municipio de Marcos Paz que apunta a cortar la cadena de intermediación, y abrir el mercado interno para otros actores que provienen de la agricultura familiar o pequeñas Pymes, no sólo para ofrecer un producto a un precio justo, sino que además mantenga su calidad.
Este jueves comenzó a realizarse la impresión de los sachets de leche con el sello Hecho en Marcos Paz que próximamente se encontrarán en las góndolas de los comercios de nuestra ciudad, bajo el programa Precio Bajo. pic.twitter.com/wSM1tsuOL9
— Municipio Marcos Paz (@MuniMarcosPaz) November 25, 2021
Al respecto, Olliataguerre considera que es muy difícil competir por más que ofrezcas un producto de calidad, porque los monopolios quieren pisarte la cabeza y sacarte del mercado.
“Paradójicamente, en zonas donde la necesidad es mayor, algunas marcas como La Serenísima, llegan a un valor más alto de lo que la podes encontrar en La Plata o Marcos Paz”, dijo el responsable de Cecilú. Y agregó que es porque “no entran los camiones. Entonces no pueden facturar, y se toma la decisión de tercerizar la distribución del producto”. Allí comienza a el famoso pasamanos, donde hasta llegar a un barrio más carenciado, la leche termina valiendo 170 pesos, en el lugar donde más necesitan tener un precio accesible.
Una salida de corto plazo
En contraposición, para la fabricación de la leche Marcos Paz se emplean a diferentes tamberos de la zona a los que se le paga la producción de leche al contado (por lo general las usinas productoras lo hacen a 90 días), y se le abona alrededor de 47$ el litro obteniendo una ganancia justa. Esto se puede hacer, en parte porque hay una disposición del Estado, y porque hay un desarrollo de las economías locales que apunta al fortalecimiento del sector.
Es así que, Cecilú implementó una planta de ultrapasteurización hace dos años, que hoy le permite ofrecerse como una variante más en el mercado, y que también podría ser, una salida interesante para replicar la experiencia en otras cuencas lácteas del país.
Esta herramienta de producción que sirve para elaborar una leche de media vida, vale entre 250 y 300 mil dólares, algo que implica “un costo que resulta accesible para el Estado”, dijo Ollliataguerre.
Si tenemos en cuenta lo que significa hoy la cantidad de lácteas que hay en el país y las fuentes de trabajo que se brindan para un producto tan primordial como es la leche, es una opción acertada para el desarrollo de las industrias y pymes locales.