Los proyectos que están a la espera del RIGI

Cientos de proyectos relacionados a la extracción de minerales y combustibles para la exportación, están en la fila de espera para marcos regulatorios más favorables. Si sale el RIGI, ¿se aproxima la avalancha de inversiones?

Mañana en el Congreso se vota la Ley Bases, un paquete de leyes que daría un giro de 360 en la economía e industria argentina. Sobre todo por uno de los puntos más polémicos que es el Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI), una propuesta extrema de incentivo a las inversiones

¿De qué se trata el RIGI? Una serie de beneficios aduaneros e impositivos como la libre importación de insumos, o las retenciones cero a las exportaciones, que dejará en ventaja a las multinacionales contra las empresas nacionales que no podrán competir con el mejor postor.

Cientos de proyectos relacionados a la extracción de minerales y combustibles para la exportación, están en la fila de espera para marcos regulatorios más favorables. El período de guerras y la falta de gas en Europa confirmó la necesidad de un comercio aliado para los países del Norte Global. Los ojos están puestos en América Latina, no solo por su riqueza energética y mineral. Sino también por ser aquel territorio históricamente en disputa para las grandes potencias.

¿Por qué las empresas esperan al RIGI?

Si bien los casos según la industria cambian, hay un punto en común en todos: con el RIGI los costos de producción son increíblemente más bajos: Derechos de exportación con retenciones cero, estabilidad fiscal y tributaria por 30 años, importaciones libres, la no obligatoriedad de liquidación de dólares en el país, son algunas de las condiciones que convierten a Argentina en el terreno más fértil para negocios extractivistas.

El caso varía según que recurso estemos hablando. La actividad litífera, de las más ininterrumpidas en Argentina-desde 1997- demuestra a los capitales extranjeros que ya existe seguridad en el proceso. Además, el litio es hoy uno de los minerales con mayor demanda mundial en el desarrollo tecnológico.

En el caso del hidrógeno verde, la infraestructura necesaria para poner en funcionamiento dicha industria es altamente costosa.  Es por eso, que es una de las que más depende del RIGI, y aun así nada garantiza su desarrollo en Argentina.

Lo mismo sucede con la Planta de GNL que licuará y comprimirá el gas de Vaca Muerta para exportarlo en barcos al otro continente. Algunos afirman que el RIGI se creó para favorecer el proyecto que está en camino de una de las plantas más grandes de América Latina. Su construcción se estima que durará alrededor de 10 años.

Los largos plazos, las millonarias inversiones y el incierto escenario requiere más que un negocio, relaciones diplomáticas estables y confiables para las grandes empresas. Algo en lo que este gobierno flaquea, y por lo que no deja únicamente en manos del RIGI la lluvia de inversiones que se esperan.

Sin embargo, las condiciones varían según la industria, actividad o energía.

GNL

Algunos lo definen como el proyecto más importante que gira en torno al RIGI, por su magnitud y su estado de avance. Incluso, el peronismo pensó en un momento de presentar la ley del GNL como alternativa al RIGI.

El ambicioso proyecto propone la creación de una planta que se encargará de la licuefacción del gas en un proceso que requiere bajas temperaturas, para comercializarlo a través del transporte marítimo, en el mercado internacional. Se estima que traerá USD 30.000 millones  en exportaciones anuales (en gas y también crudo)

El proyecto fue firmado en 2022 por YPF y la estatal malaya Petronas (Petroliam Nasional Berhad), en donde la petrolera argentina tendrá el 51% de las acciones y la malaya el 49%. La propuesta prevé la construcción de tres oleoductos específicos y una planta con una capacidad anual de 25 millones de toneladas. El proceso de conversión es fundamental para lograr mayores capacidades de transporte del combustible.

Si bien este proyecto de GNL es le más avanzado hasta el momento en el país, existen otros dos que se encuentran en etapa de estudio de prefactibilidad. La espera tanto en el primero, como en los otros dos casos, tienen que ver con el RIGI y la posibilidad de tener marcos regulatorios más flexibles.

La jugada la había empezado Sergio Massa, ya como ministro de Economía en la gestión de Alberto Fernández, quien impulsó un proyecto con beneficios aduaneros para la industria hidrocarburíferas y lograr así destrabar esas inversiones. El proyecto solo obtuvo media sanción y no llegó a convertirse en ley.

La espera y el posterior fracaso que no consiguió victoria en el Congreso, hoy se logra pero en manos de otro color político, quien amenaza con cambiar el paradero de la planta que iba a ser en Bahía Blanca y llevarla a Río Nero, alejando a la provincia bonaerense de una de las mayores recaudaciones de su historia

Hidrógeno

Durante la presidencia de Alberto Fernández, se anunciaron inversiones en una industria innovadora, que muy pocos sabían de que se trataba: hidrógeno verde. La obtención de combustible a través de energías renovables como la solar y eólica a través de un proceso de electrólisis del agua (separación de la molécula de Oxígeno y la de Hidrógeno)

No existen marcos regulatorios sobre dicha industria en Argentina. En 2006 se sancionó la Ley 26.123 -del hidrógeno- pero nunca fue reglamentada. Venció a los quince años y no fue sustituida por otra ley nacional. A pesar de que el entonces Secretario de Asuntos Estratégico Gustavo Beliz hizo anuncios mediáticos sobre hidrógeno verde, organizó eventos y conferencias entre empresarios y profesionales interesados en la industria, no se logró más que una promesa.

En noviembre del 2021 Alberto Fernández anunció “la mayor inversión del siglo en energías limpias en la Argentina. Lo hizo en la cumbre contra el cambio climático en Glasgow. Se anunciaron 8400 millones de dólares de inversión en el proyecto de hidrógeno verde en Argentina que sería de la empresa australiana Fortescue, en Río Negro. Sin embargo, no hubo más avances que ese. Desde el sector aseguran que se relaciona con la falta de marcos regulatorios que le aseguren a las empresas una producción a largo plazo.

¿Por qué esta industria es muy costosa? La molécula de hidrógeno que tiene un enorme poder energético, es muy pequeña y peligrosa de transportar. Por lo que su conversión para el traslado es altamente costoso, además de la cantidad de agua dulce que es necesaria para su proceso de electrólisis- separación de moléculas- y que proviene del mar previo a un proceso de desalinización que resultan de los más costos que existen actualmente.

Además, las instalaciones deben ser en grandes espacios de tierra-alrededor de 3 has. en promedio, por cada molino instalado- Todas estas razones vuelven a este proyecto en uno de los más costos del mundo.

 

Litio

La industria que más espera por el RIGI definitivamente es la litífera. Hay más de 40 proyectos en fila de espera para comenzar con cualquiera de sus estados de avance: prospección, exploración, construcción de instalaciones o explotación.

Los actuales dos proyectos en estado de extracción son: el Salar del Hombre Muerto en Olaroz (Jujuy) y el proyecto Fénix de Livent (Catamarca). Sin embargo, en los últimos días se dio luz verde para el proyecto Kachi y Sal de Vida en Catamarca, donde el proceso de exploración ya tiene luz verde y se comenzará con la construcción de una planta que extraerá 25.000 toneladas anuales de carbonato de litio

Sin embargo, hay alrededor de 10 proyectos de extracción de litio en cada una de las tres provincias litíferas del norte; Salta, Jujuy y Catamarca.

Los gobernadores de las provincias del Norte fueron los primeros en alinearse bajo la posibilidad de negociar directamente con capitales internacionales. Ahora, los gobernadores patagónicos repiten el ejemplo. ¿Y dónde queda el rol del Estado Nacional? En el caso de la industria hidrocarburífera, es decisivo bajo la gestión de YPF. Sin embargo, cuando se trata de energías limpias Argentina cuenta con muy poca experiencia en el desarrollo de una industria propia.

En un contexto donde la discusión ya no está puesta en sí o no a la explotación de recursos, Argentina deberá ocuparse en el “cómo”, y no replicar otros modelos extractivistas de América Latina en donde los países resultan cunas de energía verde para luego enlatarlas hacia afuera. Pero solo podrá hacerlo si cuenta con una industria desarrollada, la cual crece con inversiones, profesionales especializados y mano de obra calificada.