En la previa al supuesto lanzamiento del proyecto para desregular la economía, el ministro de Economía, Luis Caputo, ratificó que el Gobierno buscará privatizar empresas del Estado. El ministro apunta a reducir el déficit fiscal con este tipo de medidas.
Caputo expresó que “las empresas del Estado que se puedan privatizar, en el corto plazo, se van a privatizar. Las que no se puedan privatizar, porque es más difícil, por razones técnicas, se va a tratar de mejorar sus cuentas”.
Y agregó que “toda empresa que sea ineficiente, que le cuesta plata al Estado, por definición, estaría bueno privatizarla. Aerolíneas es un ejemplo. Hay un equipo hoy evaluando cada una y que se quiere ejecutar en el corto plazo lo que efectivamente sea posible”.
Sin embargo, la aerolínea de banderas viene reduciendo su déficit y en 2023 cerrará con superávit. Según comunicó Aerolíneas Argentinas, la empresa estatal proyecta cerrar su balance 2023 con ganancias de 32 millones de dólares en el último semestre.
Además de que en 2023 batió récords de pasajeros: 14.050.000 tickets vendidos. En los últimos 4 años se incorporaron 3 nuevos destinos y 18 nuevas rutas. Aerolíneas vuela a 39 destinos dentro de Argentina (21 de estos destinos de manera exclusiva) y opera, además, 52 rutas federales sin pasar por Buenos Aires.
La empresa de bandera también fue clave en los vuelos sanitarios durante la Pandemia del Covid-19 y con la repatriación de argentinos y argentinas en Israel durante el conflicto con Hamas.
Con los trenes también
El ministro de Infraestructura nacional, Guillermo Ferraro, ratificó este sábado el plan del Gobierno de Javier Milei para privatizar las empresas de trenes. “Nuestra orientación, el vector con el cual trabajamos, es que todo lo que pueda hacer el sector privado, que lo haga, y retirar al Estado de la economía”, afirmó Ferraro en una entrevista.
Ferraro busca implementar un sistema open access, que contempla la posibilidad de que cualquier operador de carga o empresa pueda contratar el uso de vías mediante el pago de un canon.
En concreto, la idea es diferenciar la infraestructura de vías (que estará a cargo del Estado) de lo que va arriba (que quedará en manos de sectores privados).
Nuestro país tiene experiencia en la privatización del sistema de tren a raíz de la privatización instrumentada por el gobierno de Carlos Menem. En 2008, tras varios años en manos del sector privado, el sistema ferroviario estaba en absoluto desguace y sin mantenimiento de las unidades.
Además, de 30.000 kilómetros de vías en explotación que había en los 90, quedaron apenas 16.000, mientras que la carga se estancó en 20 millones toneladas por año y la velocidad de transporte se redujo a la mitad: pasó de 50 a 25 kilómetros por hora.