El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, compartió una serie de imágenes de “operativos de orden y limpieza” en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Lo hizo en el formato de antes y después: antes había personas en situación de calle en esas esquinas y después ya no están.
La comparación es cruda y deshumanizante: los pobres no son más que basura y mugre que hay que limpiar. Preocupado por algunos vecinos de la ciudad que le piden que “el espacio público, además de que sea seguro, esté limpio y ordenado”, Macri les ordenó a los trabajadores estatales que desalojen a las personas en situación de calle.
El jefe porteño solo comunicó el “operativo de limpieza” y ni una sola palabra de qué sucede con la gente en situación de calle que pierde sus humildes colchones, sabanas y pertenencias en manos del Estado de la Ciudad de Buenos Aires en cada desalojo.
En el video sobre el barrio de San Nicolás, donde también se mostró el “antes y después” con y sin personas en situación de calle, el mandatario escribió: “Respondemos a los reclamos de los vecinos y garantizamos la limpieza y seguridad de los espacios públicos, de nuestras plazas y veredas”.
En diciembre del año pasado, antes de Milei, la ciudad más rica de Argentina y la tercera de Latinoamérica, reconocía casi 4.000 personas en situación de calle. Sin embargo, un relevamiento de organizaciones sociales conocido como ReNaCalle arrojó que eran más de 8.000, siendo 909 menores de edad.
