Mentir para no ir preso: un empresario hace temblar la causa Cuadernos

Un empresario logró demostrar que en la causa, instruida por el fiscal Carlos Stornelli y el fallecido juez Claudio Bonadio, hay declaraciones que fueron obtenidas bajo coerción. Mario Rovella dejó constancia de que iba a mentir para conservar la libertad.

Mario Ludovico Rovella, un importante empresario del país, le pidió al tribunal oral que tiene asignada la Causa Cuadernos que anule su declaración como arrepentido, ya que fue “obtenida bajo coerción”.

El empresario Rovella dejó consignado en un acta que firmó ante un escribano público un día antes de su indagatoria que declararía bajo “coerción” haber pagado coimas vinculadas con obras públicas adjudicadas a su empresa porque, de lo contrario, sería privado de su libertad.

La escritura pública que firmó el empresario explica: “Ante esa situación, que estimo abiertamente ilegal, y dado que no admito ser privado ilegalmente de mi libertad, me encuentro en el estado de necesidad de tener que reconocer, sin que sean verdad, ciertos hechos al solo efecto de evitar ir a prisión injustamente“.

La escritura número 28 fue confeccionada por el escribano Diego Ignacio Achával y quedó resguardada en un sobre cerrado, lacrado y firmado. Así permaneció hasta ayer, cuando fue entregada al tribunal. La información fue publicada por el periodista Néstor Espósito en Tiempo Argentino.

El documento afirma que el juez Bonadio, “en franca violación a elementales derechos constitucionales, entre ellos, el de no ser compelido a declarar contra uno mismo, procedió a privar ilegalmente de la libertad a distintas personas por el solo hecho de que no reconocieron y confesaron los presuntos delitos que se les atribuye, remitiéndolos detenidos a distintas unidades penitenciarias; en cambio, quienes sí reconocen los delitos y validan los dichos de una persona que se adhirió al régimen de la delación premiada, me refiero al Sr. Ernesto Clarens, mantienen su libertad ambulatoria”.

Los abogados de Rovella, Pablo Medrano y Enrique Arce, entregaron el acta donde el empresario decía que mentiría para no ir preso y pidieron nulidades. Asimismo, agregaron otros argumentos técnicos, como que se lo mandó a juicio por hechos sobre los que nunca había sido informado, por los que no se lo indagó y que además son imprecisos.

Nuestro representado –añade la defensa de Rovella- se vio forzado a reconocer haber efectuado las entregas de dinero que figuraban en un listado confeccionado ad hoc por el co-imputado Ernesto Clarens” sostuvieron en su escrito.

Y agregaron que “Rovella concurrió ante el escribano Diego Ignacio de Achával, a quien le requirió que conservara en su poder un documento que daba cuenta de cuál era su verdadera voluntad y el motivo –el temor cierto de que iría preso- por el que se veía compelido a ‘confesar’ hechos que lo incriminaban (y que no eran ciertos)”.