Manifestantes tomaron las calles de Jerusalén y otras 20 ciudades de Israel en protesta por el proyecto de ley presentado por el gobierno en el parlamento para impulsar una reforma judicial. Según fuentes oficiales, solo en la capital del país unas 70 mil personas se reunieron frente al Knesset para expresar su repudio a la medida impulsada por la coalición al frente del ejecutivo liderado por Benjamin Netanyahu.
El ex primer ministro y actual líder de la oposición, Yair Lapid, se hizo presente en la protesta frente al Parlamento en Jerusalén y advirtió que el nuevo Gobierno “quiere convertir al Estado de Israel en una oscura dictadura”: “No nos quedaremos callados mientras destruyen lo más valioso que tenemos”, dijo Lapid a la multitud.
Otro de los presentes en las protestas fue el exministro de Defensa, Benny Gantz, que destacó que “estos son días decisivos para la democracia israelí”: “No estamos preparados para la politización del sistema judicial, esto es lo que protege a los ciudadanos y sus derechos civiles. No debemos permitir que se dañe de ninguna manera”, concluyó Gantz.
En Tel Aviv, el alcalde Ron Huldai se dirigió a la multitud y manifestó: “Esta es una oportunidad para llegar a acuerdos amplios, y si se acaban las palabras, empiezan las acciones. No nos detendremos en las plazas públicas, no seremos indiferentes, no reaccionaremos con aceptación”. Y añadió: “Estamos luchando por nuestro hogar, un Estado sionista, judío y democrático. Luchamos por nuestras creencias básicas”.
El ex comisionado de policía, Roni Alsheich, también se dirigió a los manifestantes en Tel Aviv, denunciando enérgicamente las propuestas presentadas por la coalición del primer ministro, Benjamin Netanyahu. Unas 40.000 personas asistieron a las manifestaciones en Tel Aviv, según el diario Haaretz donde hace dos semanas unas 100.000 personas se reunieron para protestar en la ciudad costera.
Estas manifestaciones cumplen su quinta semana consecutiva y coinciden con el comienzo de los procedimientos legales para aprobar la reforma presentada por el ejecutivo. La Comisión de Constitución, Derecho y Justicia de la Knéset aprobó para su tratamiento en el pleno del parlamento una enmienda a la Ley Básica del Poder Judicial (Israel no tiene Constitución sino Leyes Básicas). De ser aprobada le dará a la coalición la posibilidad de seleccionar a cinco de los nueve miembros del panel y, con ello, tener la mayoría simple necesaria para nombrar jueces en todos los tribunales de Israel.
Además de cambiar la composición del comité de selección de jueces, se restringe al Supremo la posibilidad de revisar y cambiar las leyes y se impulsa la denominada “cláusula de anulación”, que implicaría que una mayoría simple de diputados en el Parlamento pueda derogar los fallos emitidos por el Tribunal Supremo.
De aprobarse en el pleno, estas legislaciones volverían a la comisión para preparar su segunda y tercera lectura, antes de aprobación como ley.
El presidente de Israel, Isaac Herzog pidió a la coalición que no lleve a votación la legislación para la reforma judicial, como sucedió este lunes 13 de febrero mientras se desarrollaban las protestas en todo el país.
Militantes del partido Likud, del primer ministro Benjamín Netanyahu, dijeron que el discurso de Herzog no había sido coordinado con ellos de antemano. En las últimas semanas, Herzog ha estado tratando de fomentar el diálogo entre oficialismo y oposición.