Nuevo gobierno en Ecuador: roscas, alianzas y primeros pasos de la derecha en el poder

Guillermo Lasso durante el acto de asunción junto a Jair Bolsonaro.
Guillermo Lasso tendrá que buscar acuerdos con distintas fuerzas políticas para implementar su programa político y económico neoliberal. Su pacto con el Partido Social Cristiano se resquebrajó aunque sumó a Pachakutik y conserva el apoyo de los grupos concentrados de la economía. 

Por Julián Inzaugarat

Guillermo Lasso, de 65 años, asumió el lunes pasado la presidencia de Ecuador en un acto realizado en la Asamblea Nacional. El banquero asume en un país que enfrenta la crisis sanitaria generada por la pandemia, que además de golpear a la ciudadanía y al sistema de salud, ha profundizado la crisis económica y social. 

El desempleo en Ecuador pasó de 4,6 por ciento a 5,5 por ciento. Y la pobreza por ingresos aumentó de 25 por ciento en diciembre de 2019 a 32 por ciento en el mismo mes de 2020.

Ecuador afronta también una importante deuda pública y un déficit fiscal significativo que se refleja en su contracción económica; situación que afecta los salarios, suma al creciente desempleo y choca con la presión que ejerce el Fondo Monetario Internacional.

Sin embargo, no son las únicas dificultades que tendrá que asumir Lasso. Históricamente, Latinoamérica ha tenido democracias presidenciales de baja institucionalidad en donde la estabilidad se ha logrado por los liderazgos presidenciales fuertes. La condición de posibilidad de un liderazgo presidencial fuerte reside en la posición político-institucional del presidente. 

Ecuador ha sufrido durante los cuatro años del gobierno de Lenín Moreno una profundización de la baja institucionalidad, en donde la Asamblea Nacional ha perdido su importancia, el partido Alianza País fue vaciado por Moreno y el Poder Judicial se transformó en un aparato de persecución política al correísmo, destruyendo la independencia de poderes. 

La falta de recursos agudiza la debilidad institucional. Para comenzar, Lasso en la primera vuelta solo obtuvo el 13,96% del padrón, equivalente al 19,74% del voto válido, lo que se transforma en su verdadero núcleo de apoyo. 

En segundo lugar, la Asamblea Nacional apenas cuenta con sólo 12 de los 137 legisladores transformándose en la fuerza con menor cantidad de asambleístas, incluso menos que los independientes que suman 14. Ese recurso objetivo quedará, en principio, en manos de la Alianza UNES que forma la primera minoría con 46 escaños. Lasso será entonces el primer presidente desde 2007 que no tendrá mayoría en el Congreso. 

A eso se le suma el resquebrajamiento de su alianza con el Partido Social Cristiano que lo llevó a la presidencia. El pasado 14 de mayo, el PSC anunció la ruptura con  Lasso por no respetar el acuerdo que proponía que el legislador Henry Kronfle sea el nuevo presidente de la Asamblea Nacional.

Sin embargo, después de tres intentos fallidos para elegir al nuevo titular del Congreso, sumó el apoyo de Pachakutik e Izquierda Democrática al consensuar que Guadalupe Llori, representante del movimiento indígena, sea la nueva presidenta del legislativo. La moción contó con el apoyo de independientes. 

Esas fuerzas políticas reunieron 72 votos, conformando la Bancada Acuerdo Nacional (BAN). De mantenerse esa unidad, Lasso tendrá mayoría simple y absoluta lo que le permitirá aprobar leyes vinculadas a: acuerdos y resoluciones del Pleno; decisiones sobre juicios políticos; designar un nuevo Vicepresidente de la República en caso de ausencia del titular; expedir, codificar, reformar y derogar leyes; aprobar o no los tratados internacionales; elegir al secretario y al prosecretario de la Asamblea; elegir a los integrantes del Comité de Ética; crear comisiones especializadas ocasionales; disponer la comparecencia de ministros ante el Pleno; destituir autoridades de la Asamblea; y aceptar la renuncia del Presidente de la República.

Lasso deberá conducir y construir su liderazgo con pocos recursos objetivos.

 

En cuanto a la presencia territorial,Lasso cuenta con solo una prefectura de las 24 que existen en Ecuador. El Partido Social Cristiano, su ex aliado para llegar a la presidencia, cuenta con ocho prefecturas, mientras que la fuerza que aglutina Rafael Correa mantiene dos prefecturas, Pinchincha y Manabí, dos de las más pobladas del país, y Pachakutik mantiene cinco.

De las 221 alcaldías, el nuevo presidente y su partido administran solo 34. Siendo el Partido Social Cristiano con 43 el que tiene mayor presencia. Lasso deberá esperar hasta 2023 para poder transformar esa correlación de fuerzas y lograr conducir más prefecturas con su partido Movimiento Creo. 

Fuera de los recursos institucionales que le otorga o no el Estado ecuatoriano, Lasso cuenta con el apoyo de los grupos concentrados de la economía. Sin ir más lejos, el presidente es CEO de uno de los bancos más importantes del Ecuador: el Banco de Guayaquil. 

Asimismo, cuenta con el apoyo internacional de Estados Unidos y de personalidades de derecha y extrema derecha. En su segundo día como presidente, Lasso se reunió con funcionarios de EEUU. 

En el Palacio de Carondelet, recibió a la embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Linda Thomas-Greenfield, al embajador de EE.UU. en Ecuador, Michael J. Fitzpatrick, la subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Julie Chung, y el asistente Especial del Presidente y director Principal para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Juan González.

El día previo a su asunción, la Fundación Internacional para la Libertad, del escritor Mario Vargas Llosa; Ecuador Libre, del presidente electo Guillermo Lasso, y Friedrich Naumann Foundation organizaron el “Foro Iberoamericano: Desafíos para la Libertad”, en la que participaron personalidades de la derecha mundial. 

Del foro participaron el español Pablo Casado, presidente del partido de extrema derecha VOX; el venezolano Leopoldo López, coordinador de Voluntad Popular; Keiko Fujimori, hija del dictador Alberto Fujimori y candidata a presidenta de Perú; Iván Duque, presidente de Colombia, quien continúa reprimiendo protestas sociales en su país; y el expresidente argentino Mauricio Macri. 

Además, participaron Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular; y el expresidente español José María Aznar, involucrado en innumerables casos de corrupción durante su mandato como primer ministro español. 

Las cartas están sobre la mesa. Guillermo Lasso cuenta con pocos recursos objetivos de carácter institucional, pero con un gran apoyo de la comunidad internacional vinculada con los intereses de Estados Unidos. Para imponer su programa neoliberal dependerá de la construcción de recursos subjetivos y la búsqueda de acuerdos en una lógica de distribución de cuotas de poder a favor de cierta dirigencia política.