Pandemia sin control obliga al cierre de destinos turísticos en Brasil

Estados y municipios imponen nuevas medidas de aislamiento ante el colapso inminente del sistema de salud y el aumento de contagios y muertes por covid19.

Por Ana Dagorret

La segunda ola llegó con fuerza a la mayoría de los estados de Brasil. Lo que en un principio parecía ser una situación aparentemente controlada, que motivó la reapertura de ciudades y la llegada de turistas, se volvió una pesadilla en vísperas del feriado más importante del año.

Con más de 180 mil muertes por Covid-19 y más de siete millones de personas infectadas, Brasil volvió a registrar alta de casos en 16 estados. En las últimas 24 horas el consorcio de vehículos de prensa que hace el seguimiento de los números de la pandemia por estados, registró 1054 muertes por coronavirus, número que no se alcanzaba desde el mes de septiembre, cuando comenzaron las flexibilizaciones en la mayoría de los estados y municipios.

La llegada de la segunda ola coincide con las imágenes que circularon durante el mes de octubre en todos los municipios del país, cuando las campañas para la elección de alcaldes y concejales mostraron aglomeraciones, poco uso de máscaras faciales y fiestas promovidas por los candidatos para captar votos.

Finalizados los comicios, el mapa de los estados comenzó a mostrar lo que se venía anticipando: el aumento exponencial en casos y muertes por Covid-19 en la mayoría de los estados y municipios del país. 

 

TRABAJADORES DEL TURISMO, PRINCIPALES PERJUDICADOS

La llegada de las fiestas de fin de año en las ciudades que anualmente reciben turismo local y extranjero encendió las alarmas de estados y municipios ante el aumento exponencial de casos. La actividad turística, responsable por cerca del 10% del PBI y de más de 8 millones de empleos en todo el país, otra vez se ve perjudicada ante las medidas restrictivas.

El sofoco que sufre el sistema de salud en la mayoría de los estados sumado a la incertidumbre generada por la falta de claridad en el plan de vacunación del gobierno federal, llevó a que autoridades estaduales y municipales decidan suspender las celebraciones de año nuevo e incluso carnaval en muchos de los destinos más visitados. 

En Río de Janeiro, donde tradicionalmente se realiza la fiesta de fin de año en la playa de Copacabana, el municipio ya anunció la suspensión de la suelta de fuegos artificiales y los shows en espacios públicos. A su vez, en el mes de octubre representantes de escuelas de samba y de comparsas de calle, así como también de la Secretaría de Turismo de la ciudad, ya habían anticipado la suspensión del Carnaval 2021.

En São Paulo, el alcalde Bruno Covas anunció que la celebración será transmitida por streaming para evitar aglomeraciones. A su vez, otros destinos del litoral paulista en los últimos días decidieron suspender los contratos de alquiler temporal durante el feriado, así como también decidieron instalar bloqueos en las entradas para impedir el ingreso de turistas.

En Bahía, el gobierno estadual prohibió por decreto la realización de fiestas tanto privadas como públicas en Porto Seguro, Boipeba y Santa Cruz Cabrália. En Salvador, capital de Bahía, las autoridades ya habían anunciado que el carnaval 2021 sería suspendido por tiempo indeterminado. Pernambuco también adhirió a las prohibiciones y canceló tanto la fiesta de navidad como de año nuevo, al igual que lo hicieron varias ciudades de Río Grande do Norte.

Más hacia el sur, la ciudad de Florianópolis, estado de Santa Catarina, donde también se realiza el espectáculo de fuegos artificiales cada 31 de diciembre, el municipio anunció que la fiesta de fin de año queda suspendida para evitar aglomeraciones.

 

BUZIOS, UN CASO APARTE

En las últimas horas ganó destaque tanto en la prensa nacional como internacional la decisión judicial que determinaba la vuelta de las restricciones en el municipio de Armação dos Buzios, uno de los destinos más visitados en el estado de Río de Janeiro. La medida establecía también un plazo de 72 horas para que turistas dejen la ciudad. 

El motivo fue una denuncia presentada por la Defensoría del Pueblo contra el Ejecutivo y en defensa de la población buziana, ante la falta de condiciones en el hospital municipal, que se encuentra con una ocupación total de las camas de terapia intensiva, y la rápida propagación del virus producto del flujo intenso de turistas y de la campaña electoral del mes de octubre.  

La decisión judicial generó el descontento de gran parte de los trabajadores de turismo, quienes se autoconvocaron frente al Foro de la ciudad para exigir al juez Raphael Baddini que vuelva atrás con la medida. Por su parte, las autoridades municipales solicitaron una revisión de la decisión y el juez de segunda instancia Claudio de Mello Tavares acató el pedido.

Sin bien la decisión establece que la ciudad podrá funcionar con una ocupación de hasta 70% en fines de semana y feriados, la escasa fiscalización así como la presión de empresarios locales para el ingreso de turistas en la ciudad, principalmente de cara al feriado de fin de año, anticipan un panorama preocupante para la ciudad. Sin la posibilidad de ingresar en otros destinos turísticos, Buzios pasa a ser la opción de quienes buscan un fin de año en la playa.

Al mismo tiempo que la ciudad balnearia se prepara para recibir turistas en plena curva ascendente de contagios, municipios vecinos sufren con las consecuencias de la pandemia y toman medidas contrarias. En Cabo Frío, a unos 20 km de Búzios, el Secretario de Ascienda Bruno Aragutti murió luego de ser internado con covid19. En Arraial do Cabo, la justicia local apartó al alcalde Renato Vianna Filho por desmontar el esquema de salud del Municipio luego de ser derrotado en las elecciones. En Río das Ostras, el municipio decidió suspender las fiestas de fin de año y prohibir el acceso a las playas debido a la alta ocupación de las camas de terapia intensiva. 

La pandemia de Covid-19 llegó para instalarse en el territorio brasileño, ayudada por un gobierno negacionista y por autoridades negligentes a nivel estadual y municipal. Ante un panorama de colapso del sistema de salud y de un retorno inminente al cierre de la economía en gran parte de estados y municipios, se acumula la incertidumbre de quienes sólo cuentan con su fuerza de trabajo como único sustento. En pleno comienzo de la temporada alta, el aumento de contagios y muertes por coronavirus amenaza la renta de millones de personas abandonadas por el gobierno, que buscan sobrevivir a cualquier costo, incluso de la propia vida.