El buque pertenece a un empresario chino llamado Liu Zhijiang que es un coleccionista de cuadros de Rembrandt y se lo acusa por pescar ilegalmente una especie frágil y protegida internacionalmente.
Luego de esperar más de un día en el puerto de Ushuaia, una comisión conformada por funcionarios de la subsecretaría de pesca y prefectura decomisaron la carga del buque chino, dentro encontraron que más de la mitad de la captura son ejemplares juveniles de entre 20 y 30 centímetros, lo que implica un riesgo enorme porque pone en riesgo la supervivencia de la especie.
La merluza negra es una de las cuatro especies protegidas a nivel global, y los barcos deben contar con cuotas asignadas para realizar capturas, además de los permisos de pesca nacionales correspondientes. El barco chino no tenía autorización para pescar en esta zona.
Además de representar un riesgo ambiental y no tener autorización para la pesca, denunciaron que desde Cancillería pidieron ignorar los hechos del barco Tai An, de bandera argentina y con base en Tierra del Fuego. Esto fue la causa de la renuncia del Director de Control y Fiscalización Pesquera, Julián Suárez.
En el mismo día renunció Pablo Ferrara, coordinador general del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, quien también representaba a la cartera en el Consejo Federal Pesquero y que es una persona muy cercana a la canciller Diana Mondino.
Unos días después presentó su renuncia Guillermo Abdala Bertiche, ex director nacional de Acuicultura. Mientras tanto, el buque continúa detenido en el puerto de Ushuaia y la carga por el momento no podrá venderse.
Desde diciembre del 2023, la industria pesquera nacional expresó su preocupación por las modificaciones propuestas a la Ley de Pesca en el marco de la ley ómnibus de Javier Milei, que si bien se cayó se estima que se buscará instalarlo en el nuevo Pacto Social del 25 de Mayo. Mientras tanto, el mar argentino está desprotegido.