¿Todos contra Ucrania? Milei, la política exterior argentina y los riesgos de alinearse a Estados Unidos

A tres años de la guerra en Ucrania dialogamos con Alejandro Simonoff, especialista en Relaciones Internacionales, sobre el escenario internacional actual y por qué las decisiones del gobierno argentino son un riesgo para la soberanía nacional.

Esta semana la Argentina se abstuvo en la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) de apoyar una resolución que le exigía a Rusia “retirar de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares”. Se trata de un cambio en la postura que tuvo el país desde la invasión rusa de la que se acaban de cumplir tres años el pasado 24 de febrero.

Este cambio de postura de Milei se da después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reuniera con Putin para entablar una negociación en la que dejó afuera a la Unión Europea y a la propia Ucrania, para luego acusar a Volodímir Zelenski de “dictador” por no haber convocado a elecciones cuando correspondía (finalmente este viernes lo recibirá en la Casa Blanca).

Milei tuvo siempre una actitud de apoyo irrestricto con Zelenski, al que invitó a su asunción y volvió a abrazar apenas hace unas semanas durante el Foro Económico de Davos.

Para profundizar sobre este cambio de postura y la política exterior de Milei en general, ARG dialogó con Alejandro Simonoff, Dr. en Relaciones Internacionales, profesor en la Facultad de Humanidades y de Política Exterior argentina en el IRI; todo lo anterior en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Simonoff sostiene que las políticas exteriores siempre son producto de una definición y que “la Argentina ha oscilado históricamente entre dos decisiones. Se llama plegamiento, alineamiento o tratar de establecer políticas de equilibrio que tienen ciertos márgenes de maniobra. Esos son los dos núcleos que históricamente conforman la política exterior argentina”.

Explica que “Milei está dentro del primer grupo, él cree que el alineamiento va a generar soluciones para los problemas de inserción de la Argentina”, y agrega que es muy parecido a lo que sostenía Carlos Escudé quien fuera asesor del Ministro de Relaciones Exteriores, Guido di Tella, en la década de los 90 durante las llamadas “relaciones carnales” que mantuvo Carlos Menem con EEUU.

Escudé sostenía que Estados Unidos se podría equivocar en las acciones internacionales, pero si Argentina adhería a Estados Unidos, eso iba a ser un acierto. Pero este alineamiento genera tensiones a nivel internacional y a pesar de saber cómo terminó en la década menemista, Milei lo vuelve a tomar.

Simonoff sostiene que el voto en la Asamblea General de la ONU quiebra el principio de integridad territorial que comete Rusia sobre Ucrania, y que, a su vez; defiende Argentina sobre las Islas Malvinas. Este alineamiento con la política exterior estadounidense, a cualquier precio, pone en riesgo un histórico reclamo nacional que el gobierno debería priorizar.

En este sentido, Simonoff explica que “hay un problema en las políticas de plegamiento, tienen un problema porque uno sigue políticas que no le son propias, que no tienen que ver con lo que uno necesita. Y eso viene a partir de una definición y de un diagnóstico del rol de la Argentina en el mundo y el gobierno ha decidido no tener objetivos propios en el sistema internacional”

Argentina asume entonces una política que la aleja de la realidad internacional, porque el mundo avanza hacia el proteccionismo y el gobierno de Milei pretende abrir la economía porque apuesta a un modelo económico liberal.

Simonoff añade que seguir los intereses de Israel y Estados Unidos es un error grosero, porque si bien se pueden compartir intereses con estos dos países, es cierto que Argentina es un país periférico que debería tener su propia agenda.

El cambio no es sólo de Argentina

Con la asunción de Trump en el gobierno de Estados Unidos, hubo un cambio con respecto al conflicto entre Rusia y Ucrania y a la figura de Zelenski.

Y es que bajo la administración de Biden hubo una defensa cerrada de Ucrania sobre la integridad territorial sobre Ucrania que había sido violada por la Federación Rusa, dice Simonoff.

Aunque la guerra no empezó en febrero de 2022 con la invasión rusa a Ucrania, es un conflicto de larga data que para Rusia estuvo marcado por el tratamiento de las minorías rusófonas en el oriente ucraniano y por la posibilidad de expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) más cerca de su territorio.

Tres años después del inicio de la guerra, Estados Unidos es el negociador para el fin del conflicto pero con algunas condiciones: le pidió a Ucrania compartir la ganancia de la explotación de sus recursos naturales, a cambio de apoyo militar en la guerra contra Rusia. Si bien el presidente ucraniano, acepta lo primero, no tiene garantías de lo segundo.

Se desdibujó no sólo la figura de Ucrania sino también la de toda Europa, “hay una decisión de Estados Unidos de subordinar las estrategias europeas a sus propias necesidades”, sostiene Alejandro Simonoff.

Simonoff señala que “existe una creencia por parte de Estados Unidos de que sus acciones no van a tener resistencia por parte de la comunidad internacional. Lo cierto es, que hasta ahora, es el gran ganador de la guerra”. El presidente argentino está seguro de que puede sacar algo bueno de alinearse con Washington, lo mismo pensaba Zelenski, el mandatario ucraniano.