El gobierno argentino, a través de su delegación en el Comité Arbitral Río de la Plata, aprobó los planes de ampliación del puerto de Montevideo, presentados por su contraparte uruguaya hace más de una década.
La decisión implica en los hechos el abandono del proyecto del canal de Magdalena, que hubiera permitido la salida directa de las exportaciones nacionales, la integración del litoral marítimo patagónico y beneficiado a los puertos bonaerenses de La Plata y Bahía Blanca.
La medida, que implica la profundización del calado hasta 14 metros de profundidad, para permitir el acceso de buques de carga más grandes, implica enormes perspectivas de desarrollo para Montevideo, en detrimento especialmente de los puertos bonaerenses de La Plata y Bahía Blanca.
La decisión de Milei representa un cambio de rumbo en las políticas marítimas regionales y una señal de desinterés por el dragado del canal Magdalena, un proyecto que lleva más de una década de gestiones y que había sido impulsado por el gobierno anterior de Alberto Fernández y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
La decisión autorizada por el presidente Milei va un paso más allá en el camino de la resignación de soberanía.
El Proyecto del Canal de Magdalena, se trata de construir un nuevo acceso náutico de 53 kilómetros para los buques que egresan o ingresan al Río de La Plata y al resto de la vía troncal del Paraná-Paraguay que conecta a cinco países del Cono Sur y por donde navega más del 75% del comercio exterior de la Argentina.
El Canal permitiría ahorrar más de 4 mil millones de dólares en peaje por la entrada y salida de flotas nacionales o extranjeras.
Actualmente, todos los buques que entran y salen por la Cuenca del Plata, incluso los que se dirigen desde el sur argentino a la provincia de Buenos Aires, tienen una sola opción: navegar por el canal Punta Indio, siendo esta senda un desvío hacia el puerto de Montevideo.
Quiere decir que todo lo que Argentina exporta o importa debe pasar antes por aguas uruguayas, con elevados costos en peaje, y con barcos que tienen entre 7 y 10 días de espera, por ser ese el único canal para circular.