Veinte cuadras de cola para pedir comida

Referentas de merenderos y personas en general hicieron fila frente a las oficinas de Pettovello esperando una respuesta ante la crisis alimentaria. La ministra aseguró que no los atenderá.

Referentas de merenderos y trabajadores de la economía popular armaron una fila de más de 20 cuadras que comienza en Carlos Pellegrini y Juncal, en el barrio de Recoleta, donde la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, tiene sus oficinas (muy lejos del histórico edificio de 9 de Julio e Independencia).

Esta iniciativa es la respuesta que dieron las organizaciones nucleadas en la UTEP luego que de la ministra asegurara el jueves pasado que “no atendería referentes, sino a la gente que pasa hambre”. La protesta del jueves pasado fue reprimida sin obtener ninguna respuesta por parte de la ministra.

“Organizaciones sociales y comunitarias se harán presentes en el Ministerio de Capital Humano en respuesta al pedido de la ministra Sandra Pettovello respecto de atender “una por una” a las personas en emergencia alimentaria. Se realizará una fila mediante la cual cada persona pueda ingresar al ministerio a los fines de obtener respuesta a la emergencia alimentaria agravada por la crisis económica”, anunció la UTEP en sus redes.

Al no ser recibidos los manifestantes realizaron una asamblea.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo esta mañana que eso no iba a haber reunión: “Hoy no los va a recibir. Jamás los ha citado”, advirtió Adorni en su conferencia de prensa de esta mañana. “No ha sido la intención de la ministra que la gente la pase mal al rayo del sol con estas temperaturas”, declaró. Pettovello, mientras tanto, estaba en una reunión en José C. Paz.

Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP, enterado de que la ministra no los recibiría, dio un discurso en la vereda. ”No veníamos acá por deporte, venimos porque el pueblo se está cagando de hambre”, dijo Gramajo y resaltó la labor de las mujeres que trabajan en los comedores e instó al gobierno a dar una respuesta. Los manifestantes cantaron el himno nacional y minutos después del mediodía, empezaron a retirarse.

Gramajo declaró “Nos llama la atención que el gobierno tome la decisión de desabastecer a los comedores comunitarios sabiendo que cumplen un rol de evitar que la situación social sea catastrófica del todo. Nosotros no nos oponemos a ningún control ni auditoría; es más, pensamos que tienen que venir a conocer. Quizá los va a sensibilizar ver lo que se vive y la solidaridad que hay en los barrios humildes”.

Por su parte, desde el ministerio de Capital Humano se difundió por redes sociales un convenio con los comedores de las iglesias evangélicas, algo que recrudece la tensión con las organizaciones sociales además de ser insuficiente para la gran demanda de comida en los barrios populares.