Wado De Pedro: ¿El hombre del kirchnerismo para el 2023?

El hombre de La Cámpora se está moviendo como precandidato desde hace varios meses pero sus intenciones se chocan con las de Sergio Massa. El enojo con Alberto por apartarlo de una cumbre de Derechos Humanos con Lula. Apoyos de otras patas de la coalición.

El Frente de Todos no tiene candidato definido para las elecciones que se celebrarán este año. A cinco meses del cierre de listas son varios los que se anotan dentro de la coalición gobernante para ocupar los primeros lugares en las listas. Uno de ellos es el actual ministro del interior Eduardo “Wado” De Pedro, que se está moviendo como precandidato desde hace al menos un año con ciertas posibilidades de liderar las boletas del oficialismo.

Esta semana el ministro tenía programado compartir junto a Juan Grabois y otros referentes del Frente Patria Grande la 6.ª Asamblea por un Desarrollo Integral para una Argentina Humana y Federal. Se trata de una serie de encuentros a lo largo del país comenzado en 2022 y desde el Frente Patria Grande y De Pedro retomaron con el veranito electoral.

Además, estuvo en la cumbre frentetodista de Merlo, que contó con la presencia de intendentes, del gobernador Axel Kicillof, el jefe de gabinete bonaerense Martín Insaurralde, y ministros nacionales como Gabriel Katopodis y Sergio Massa.

Perfil de una vida militante

El joven funcionario de 46 años es un referente en materia de derechos humanos, ya que su historia de vida está ligada profundamente a la sangrienta dictadura cívico-militar que gobernó el país entre 1976 y 1986.

Sus padres fueron asesinados por el terrorismo de Estado y él quedó con 2 años a en custodia de los militares. Su padre estudiaba derecho igual que él y militaba en la Juventud Peronista y Montoneros; mientras que su madre, Lucila Revora, también era militante.

El 11 de octubre de 1978 un operativo militar sacudió a los vecinos de Floresta. A las dos de la tarde, en una acción en la que participaron miembros del Ejército, la policía, la Gendarmería y el Servicio Penitenciario fue secuestrada Lucila Revora, que estaba embarazada de ocho meses, y fusilado Carlos Guillermo Fassano. El hijo de Lucila, Eduardo de Pedro, que tenía un año y ocho meses, fue dejado con los vecinos.

Wado fue criado por sus tíos de Mercedes, que pudieron recuperarlo gracias a un contacto de la familia con Carlos Guillermo Suárez Mason, uno de los militares encargados de ejecutar el genocidio en el país.

Esta experiencia marcó a Wado de por vida, principalmente por dejarle un trauma que se expresó un su manera de hablar: su tartamudez es una de sus marcas personales con la que aprendió a convivir a sobrellevar. En 1997 fundó HIJOS junto a compañeras y compañeros que compartían su condición de tener a los padres detenidos desaparecidos.

En 2001 estuvo en las calles al igual que el pueblo trabajador, desocupado y precarizado; junto al cual sufrió la represión. Durante las históricas jornadas del 19 y 20 de diciembre fue golpeado por una patota policial, que casi se lo lleva preso.

El 20 de diciembre de 2001, Eduardo de Pedro fue metido en un patrullero, golpeado y picaneado durante la represión policial a los movimientos populares en plaza de Mayo.

Durante los gobiernos del Frente para la Victoria que encabezaron Néstor y Cristina Kirchner, el joven profesional continuó militando y fundó la agrupación La Cámpora junto al hijo de la pareja presidencial, Máximo Kirchner y militantes como Mayra Mendoza, el “cuervo” Larroque, Fernanda Raverta entro otros hoy protagonistas del FDT.

El propio Wado reconoce que fue Néstor Kirchner quien en un plenario militante le incentivó a que hablara en público. Le costaba mucho por sus dificultades con el habla, que se acentúan cuando se pone nervioso. Con el tiempo aprendió a soltarse y a que la tartamudez no sea una traba para su carrera militante y política. Se desempeñó como Secretario General de la presidencia de Cristina durante el último año de su mandato. Allí se acercó mucho más a la hoy vicepresidenta hasta convertirse en un hombre de su absoluta confianza.

Tan es así que durante el macrismo Wado ejerció de armador y nexo con las otras fuerzas peronistas. Cuando el Frente de Todos asumió el 10 de diciembre de 2019, Wado juró como Ministro del Interior siendo uno de los pocos que mantuvo su cargo durante toda la gestión de Alberto Fernández.

Gestión y posibilidad de una candidatura

Con el presidente tuvo un vínculo de profunda confianza hasta las PASO de 2021, cuando la derrota electoral profundizó el malestar entre los líderes de la alianza gobernante y De Pedro le presentó la renuncia al presidente junto al resto del gabinete que se identificaba más con Cristina Kirchner que con él.

A partir de ese momento su vínculo con el presidente se resintió profundamente, ya que Alberto Fernández lo habría sentido como una traición. Los últimos días este mal vínculo tuvo un nuevo episodio cuando desde su entornó dejaron trascender su fastidio con el presidente por haberlo marginado de una cumbre de Derechos Humanos con Lula Da Silva; un trascendido que incluso impulsó cruces entre miembros del Frente de Todos, como el que protagonizaron vía Twitter Victoria Tolosa Paz y Florencia Saintout.

Lo cierto es que De Pedro nunca dejó de pertenecer a la órbita kirchnerista y cumple un rol dentro del espacio del que pocos pueden congraciarse: su diálogo con integrantes de otros partidos como el radicalismo y sus contactos con empresarios de primera línea de la Argentina e incluso con la embajada de Estados Unidos lo convierten en una pieza fundamental para la articulación otros espacios. Un capital que lo coloca con posibilidades de encabezar una boleta presidencial.

Por si fuera poco, algunos integrantes de la coalición más ligados al espectro kirchnerista y de los movimientos sociales lo han levantado como posible candidato. Juan Grabois y Máximo Kirchner, por nombrar dos nombres de importancia en esa estructura.

Pero el apoyo más importante es sin dudas el de la líder del espacio, Cristina Fernández de Kirchner. La posibilidad de Wado 2023 no sería una realidad si la vicepresidenta pudiera ser candidata, algo que el espacio denuncia como una proscripción política. Y si bien la posibilidad de Sergio Massa como candidato fue descartada de plano por el propio ministro (que esta semana se encargó de resaltar en persona frente a sus compañeros de coalición que “es incompatible ser ministro de economía y candidato a la vez”) es una realidad que si la economía se estabiliza, su imagen podría crecer y aumentar sus chances presidenciales.

Fotos: Cooperativa Ladran Sancho