Xiomara Castro será la primera presidenta mujer de Honduras

La victoria del Partido Libre logra romper el ciclo que se inició en 2009, con el golpe de Estado a Manuel Zelaya. El Congreso, la geopolítica y el rol de las Fuerzas Armadas en el próximo gobierno.

Xiomara Castro
La candidata Xiomara Castro en la sede de su partido, tras las elecciones este domingo en Tegucigalpa. Foto: Luis Acosta

Este domingo, Honduras fue a las urnas para elegir presidente, diputados, alcaldes y regidores. La candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre), Xiomara Castro, logró imponerse con el 53% de los votos, transformándose en la primera mujer en ocupar el cargo. Hasta el momento, el Consejo Nacional Electoral de Honduras (CNE) cargó el 51% de las actas, en las que Castro se impone por 20 puntos frente al candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, conocido bajo el apodo de “Papi”. 

Las elecciones se dieron en un contexto de fuerte polarización y sospechas de fraude. Sin embargo, la jornada se desarrolló con normalidad, a excepción de la caída de la página del CNE en el apartado donde las personas consultaban su lugar de votación. Los problemas se repitieron durante la difusión de los primeros resultados. 

Los hondureños se volcaron masivamente a las urnas para ponerle fin al legado golpista de 2009, cuando integrantes de las Fuerzas Armadas de Honduras allanaron la residencia presidencial y detuvieron al presidente Manuel Zelaya. Desde entonces, se sucedieron  gobiernos del Partido Nacional. 

El 68% del padrón acudió a las urnas, la marca más alta desde 1997.“Fueron las elecciones con mayor participación en la historia en Honduras. Más de 2 millones de jóvenes ejercieron su voto, eso es muy importante porque son jóvenes que vivieron el golpe a Zelaya y vivieron este proceso de neoliberalismo”,  aseguró Mauricio Ferolla, investigador del Observatorio de coyuntura en América Latina y el Caribe (OBSAL). 

Conocidos los resultados preliminares, Xiomara Castro saltó al escenario con un discurso claro: conservar la unidad de la Alianza Libre, reconciliar el país, y construir una democracia participativa a través de consultas populares.

Partido Nacional, Estados Unidos y las FF.AA

Una vez cerrados los centros de votación, el CNE sugirió que ningún candidato se proclamara ganador hasta finalizar el recuento. Desde Estados Unidos se anunciaba un final cerrado y una definición que podía extender por varios días. Ese escenario, sumado al historial de fraude en Honduras, generó una incertidumbre inicial que se despejó con los primeros datos. 

El Partido Nacional se adjudicó el triunfo una vez finalizada la jornada y hasta el día de hoy no rompieron el silencio ni reconocieron a Castro como presidenta. Otros de los actores decisivos que aún guardan silencio son las Fuerzas Armadas, la OEA y Estados Unidos. “Es importante que ellos reconozcan la victoria de Xiomara Castro, ya que fueron quienes protagonizaron el Golpe de Estado en 2009. Es fundamental saber como va a actuar ese bloque de poder”, advierte Ferolla. 

Las elecciones se han vuelto clave en términos geopolíticos. Honduras es uno de los pocos países que reconoce a Taiwán, además de poseer un vínculo comercial y diplomático histórico. Xiomara Castro ya anunció en campaña que, de ser electa, entablaría vínculos con China. Se trata de un cambio importante en la política internacional del país, con la diversificación de los socios estratégicos, incorporando a China y a Rusia. “La diversificación del comercio exterior de Honduras lo puede poner con mayor autonomía frente a Estados Unidos”, reflexiona Ferolla. 

Controlar territorial e institucional 

La arrolladora victoria de Libre no se dio solo en las elecciones presidenciales, también se replicó en las alcaldías, con triunfos en 17 de los 18 departamentos. Castro ganó en regiones tradicionalmente controladas por el Partido Nacional, como Lempira e Intibucá. El único departamento en manos del Partido Nacional será El Paraíso. 

La victoria de Xiomara Castro se magnifica tras conocerse que el candidato de Libre, Jorge Aldana, se impuso en Tegucigalpa, capital de Honduras, gobernada hasta ahora por Nasry Asfura, el candidato presidencial del Partido Nacional. “Es una victoria muy importante por ser la capital de Honduras y por ser un distrito donde han gobernado en alternancia el Partido Liberal y el Partido Nacional. Desde el 97 a esta parte fue gobernado únicamente por el Partido Nacional”, recuerda Mauricio Ferolla. En San Pedro Sula, la otra gran ciudad y polo económico de Honduras, el Partido Libre triplicó los votos del Partido Nacional. 

“Observando los resultados preliminares en los departamentos y alcaldías, Libre se impone en gran parte del país. La clave fue que logró expresar a nivel país el descontento ante el régimen del Partido Nacional. En tanto que el partido liberal paga los costos de garantizar un status quo bipartidista”, analiza el investigador del OBSAL. 

En el Congreso Nacional la disputa es más reñida. En una primera proyección  — falta mayor precisión en el recuento de actas—, de los 128 diputados, el Partido Libre conquistaría 52, el Partido Salvador (aliado de Libre) 12, el Partido Nacional 42, el Partido Liberal 20, y dos partidos menores se llevarían 1 escaño cada uno. 

Ferolla indica que “las Asambleas Nacionales están generando en toda Latinoamérica un factor de peso para la gobernabilidad. En este caso, también va a ser un factor importante. Esos resultados aún están por verse y cómo se configure será clave para el próximo gobierno”. 

Aún con la victoria de Xiomara Castro, existe un factor incertidumbre manifestado en el tándem Fuerzas Armadas – Partido Nacional. “Hay que esperar los posicionamientos y actitudes que tengan en estos días, y sobre todo en los primeros días de gobierno de Castro. Se espera que en los primeros 100 días de gobierno se avance en eliminar algunas políticas del Partido Nacional”, concluye Ferolla.