La Conferencia de las Partes (COP) de Biodiversidad número 16 que comenzó el pasado 21 de octubre, se encuentra en la recta final. Si hay algo en lo que no quedaron dudas es que fue una COP histórica; la más masiva de Biodiversidad y la que mayor participación social tuvo.
Es la primera COP que organiza dos formatos; la Zona Azul, el lugar tradicional donde se llevan adelante las negociaciones, reuniones y firmas de acuerdos, y la Zona Verde; un nuevo formato propuesto por el gobierno de Colombia en donde participaron más de medio millón de personas en propuestas académicas, educativas, culturales y artísticas
En el Centro de Cali se encuentra el Bulevar del Río, un amplio espacio de plazas y parques rodeado de gran vegetación y atravesado por el río Cali que se extiende hacia el noreste de la ciudad. Allí se desarrolla la “COP de la gente”, como le dicen. Son aquellas actividades políticas, sociales y culturales que están sucediendo en el mientras tanto se llega a acuerdos globales en la Zona Azul.
“Esta es una COP histórica, que convirtió el escenario de estas cumbres en un escenario popular”, dice el Juan David Correa, Ministro de Cultura de Colombia, quien desde su asunción al frente del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes de la República de Colombia, trabaja junto a los “territorios bioculturales”.
“La cultura no solo es una práctica artística. La megadiversidad también se puede comprender en términos culturales. La verdadera diversidad de Colombia es la que radica en su cultura”, asegura el ministro.
Cali, una ciudad que megadiversa
La ciudad de Cali es la tercera más importante de Colombia. Cuenta con una fuerte impronta industrial, estudiantil y turística. Fue una de las ciudades que mayor protagonismo tuvo en el estallido social de 2001, con varios movimientos sociales y políticos que se manifestaron frente a las pésimas condiciones del gobierno de Ivan Duque, y el anuncio del proyecto de reforma tributaria.
No solo Cali es una ciudad biodiversa en su paisaje urbano-ecológico, sino también por su gran confluencia cultural. “Para la gente del pacífico colombiano Cali es su Capital”, afirma Correa.
En la ciudad se reúnen personas de distintos lados de Colombia que llegan en busca de mejores oportunidades. Cali es el reflejo de una Colombia heterogénea en su cultura y diversidad. En el país hay 115 comunidades indígenas entre palenqueras y raizales, Rron, gitanas, negras, afrocolombianas, campesinas. “Todas esas expresiones son Colombia, pero es un país muy centralista y con políticas cerradas desde el centro”, admitió el ministro.
Cali hizo una gran apuesta al hospedar el evento de Biodiversidad más importante del mundo en donde participaron más de 30 mil personas de distintos países, lo que trajo un gran movimiento económico en la ciudad, y sobre todo una gran visibilización.
“La gente de la ciudad comenzó a entender de qué se trata una COP gracias a su participación”, aseguró el responsable de la cartera de cultura.
La cultura en la Colombia profunda
Desde la puesta en marcha de la cartera de cultura con la nueva gestión, “el ministerio tomó la decisión de destinar el 70% de sus recursos hacia procesos territoriales excluidos del país”, aseguró Correa, como en el litoral pacifico, el Amazonas, la Orinoquía, la Guajira, el sur del caribe, y los barrios excluidos de la ciudades. Son las llamadas economías 5 y 6- en Colombia se caracterizan del 1 (siendo la más alta) al 6 (siendo la más baja)
“Son culturas que han vivido los mayores conflictos del país: extractivismo, ambiente y guerrilla”, aseguró el ministro.
El extractivismo es la principal amenaza de varias comunidades de la Colombia profunda; como la megaminería, la deforestación y plantación de monocultivo como coca o caña de azúcar. Pero además, los grupos armados que tienen el control territorial de Colombia radican en los “territorios excluidos”
La exclusión hacia dichos territorios alejan cada vez más a la Colombia profunda de los centros del país. El olvido estatal permite la extinción de las comunidades rurales, o la convivencia con ellos aún cuando está en riesgo su vida. “Por eso estamos participando de la Reforma Agraria que se está impulsando en Colombia”, asegura el ministro.
Lo histórico de esta COP es que esos espacios de toma de decisiones también le pertenecen a la gente, porque es necesario que también sean parte de la negociación global biocultural”, manifestó el ministro, y agregó; “si seguimos encerrados en centros de convenciones con esta suerte de geopolítica donde el Norte Global siga mandando a su manera no vamos a conseguir transformación real.
En cuanto a lo distinto de esta COP, el ministro destaca que, “ya no se trata de una lógica de resistencia desde los pueblos del Sur Global, sino de mostrar nuestros poderes culturales y diversos de la belleza, de la generosidad, de que otro mundo no solo es posible sino necesario”