La pobreza en niveles récord: afecta a la mitad de los argentinos y se agrava entre niños y sectores más vulnerables

Son los valores más elevados desde 2004 y golpean al 65 por ciento de los niños y niñas del país. Entre los sectores con menores ingresos, el crecimiento de la pobreza fue mayor.

La pobreza en Argentina alcanzó un alarmante 49,9% de la población en el tercer trimestre de 2024, mientras que la indigencia se situó en el 12,3%, según un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Estos indicadores representan los valores más elevados desde 2004 y reflejan un incremento de 5,2 y 2,7 puntos porcentuales, respectivamente, en comparación con el mismo periodo del año anterior.

El impacto de esta crisis es especialmente profundo en los sectores de nivel socioeconómico más bajo y entre los niños menores de 18 años. Según el estudio, el 65,5% de los niños vive en situación de pobreza, mientras que la indigencia infantil aumentó del 16,2% en 2023 al 19,2% este año.

Agustín Salvia, director del ODSA, advirtió que “el 50% de la población con menores ingresos experimentó de forma más intensa el crecimiento de la pobreza extrema”. La indigencia, que pasó del 12,5% al 14,9% entre las personas de nivel socioeconómico “bajo”, se duplicó en el nivel “muy bajo”, afectando al 26,9% de esta población.

Ajustes que profundizan la crisis

El informe también detalla el deterioro de las condiciones de vida, no solo por la caída de ingresos, sino también por recortes en bienes y servicios esenciales. Más de la mitad de los hogares de nivel socioeconómico muy bajo (55,5%) redujo gastos en atención médica y odontológica.

Además, 3 de cada 10 hogares dejaron de pagar al menos un servicio público, como gas, luz o agua, durante el tercer trimestre.

El ODSA también midió la pobreza multidimensional, que considera privaciones no monetarias, como déficits en alimentación, acceso a servicios básicos, vivienda, educación y empleo. Este indicador aumentó del 39,8% al 41,6% en un año, demostrando que los problemas estructurales del país agravan la vulnerabilidad de las personas.