El gobierno de Javier Milei ya no disimula su desmedida afinidad con Donald Trump. Tampoco en mostrarse un buen cumplidor de las metas económicas que imparte el Fondo Monetario Internacional (FMI) desde sus oficinas, en Washington.
Sucede que tampoco le queda otra estrategia, una vez avanzado en el camino de la dependencia con los Estados Unidos: ahora el gobierno libertario necesita con urgencia nuevos fondos para solventar su plan económico, que en su primer año de gestión tuvo un relativo éxito, al controlar la inflación y lograr un superávit fiscal simbólico, del 0,3%.
Claro que sin poner sobre la mesa de qué manera se consiguió: no fue -como había sostenido el por entonces candidato a presidente Milei- un “ajuste a la casta”, sino más bien al Estado en su conjunto. Se eliminaron ministerios, se redujeron áreas sensibles, se ajustó de forma desconsiderada a los presupuestos de Salud y Educación, y se golpeó especialmente a los jubilados, con un ajuste histórico.
Ahora, tras reunirse con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, una delegación del Fondo partirá hacia Buenos Aires para “trabajar en un nuevo programa” con la Argentina. Este, a su vez, será presentado ante el board, el comité que determina finalmente si se avanza con un nuevo préstamo o no.
Según informaron fuentes de la Casa Rosada, el objetivo principal del gobierno de Milei es conseguir entre 11.000 a 20.000 millones de dólares “para frenar eventuales corridas del dólar y blindarse para una posible eliminación del cepo cambiario”.
Si bien eso parece un poco difícil de lograr, la directora de organismo dijo que la Argentina hizo “un tremendo progreso, con la inflación en baja y la estabilización de su economía, que ha comenzado a crecer”.
También aseguró que “la población argentina empieza a ver algunos beneficios” de ese progreso y que “la gente apoya las reformas” de Milei.
En esa línea, este lunes 20 de enero, Milei y su Secretaria presidencial -y hermana- Karina Milei, participarán de la asunción de Donald Trump, que vuelve al poder luego de cuatro años y parece regresar con una agenda revanchista. De hecho, desde Estados Unidos no son pocos los que creen que el “Trump 2” será “mucho peor que el Trump 1”.
En ese sentido, el gobierno argentino tiene esperanzas de que su cercanía con el republicano le permita conseguir esos fondos frescos que necesita de parte del FMI. De hecho, no sería la primera vez que Trump intercede de esa forma. En 2018, bajo el gobierno de Mauricio Macri, el por entonces presidente de EEUU dio el visto bueno para que el organismo otorgue el préstamo más grande de su historia: más de 45 mil millones de dólares.
Algo que para muchos expertos en el tema deuda, significó una “verdadera estafa”, porque en los propios estatutos del Fondo se prohibía algo así con países de la economía como la de Argentina.