Agua potable en peligro, un privilegio de quienes puedan pagarla 

Hace una semana se conoció la noticia del vertido de agua tóxica en el arroyo Sarandí. El hecho aún no tiene consecuencias para sus responsables. El agua potable es cada vez más escasa en el conurbano bonaerense desde hace mucho tiempo. Esto afecta a gran parte de la población, con múltiples problemas de salud sin que nadie se haga eco del asunto.

El jueves 6 de febrero un llamativo color rojo tiñó las aguas del arroyo Sarandí alarmando a la población de Avellaneda. No hay responsables imputados y surgen múltiples preguntas sobre la calidad del agua que estamos consumiendo en esta zona de la provincia de Buenos Aires. En Argentina la ley 25.688 de Régimen de Gestión Ambiental de Aguas, genera las autoridades de las cuencas, para su protección y saneamiento. La zona sur aledaña a la Capital Federal fue testigo a través de la historia del siglo XX del crecimiento fabril, albergando muchas empresas manufactureras, que volcaron sus desechos a los cauces pluviales de los ríos Sarandí, Matanza y Riachuelo.

Recorriendo el conurbano profundo y preguntando a vecinos encontramos múltiples testimonios sobre la calidad del agua que se bebe en los domicilios particulares. Un testimonio revelador de una mujer del barrio “La Porteña” en la localidad de Ezeiza, que no quiso dar su nombre, recordaba que su hija había fallecido hace 10 años por enfermedades compatibles con tomar agua corriente en mal estado. La vecina relata que en la actualidad el agua que sale de la canilla es inutilizable, “ni siquiera para poder bañarse por los olores nauseabundos que emanan”.

Un informe de la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo: “Dossier La Porteña, Ezeiza Marzo 2020”  revela que el equipo de Toxicología de la Dirección de Salud y Educación Ambiental, tomó cuatro muestras de agua en el barrio, con el objetivo de conocer la calidad de la misma, y ninguna de las muestras cumplió con los parámetros evaluados dentro de la normativa. Estás no fueron aptas para consumo humano debido a la carga microbiológica, la concentración de arsénico, nitratos y/o fluoruros que contenían.  

Otro caso en Berazategui, el Foro del Río de La Plata, denunciaba en 2012 dos muertes por consumo de agua en malas condiciones. Desde hace algunos años, en dicho partido, el problema no solo es la escasez del fluido durante el verano, sino los recurrentes problemas de calidad, que cada tanto generan enfermedades. En la ciudad de La Plata, en el barrio Centinela, 30 familias se intoxicaron por este motivo en marzo del año pasado. En Burzaco, vecinos comentan que el agua no es potable desde hace mucho tiempo, solo en el centro del área urbana tienen acceso al agua potable, pero en sus pavas quedan restos de arsénico. El 29 de enero de este año, vecinos de Bernal Oeste denunciaron que el agua de la red salía turbia y con olor nauseabundo.  

En La Matanza por ejemplo el estudio: “Región de la Matanza: contaminación y escasez de agua potable” de Roberto Grana sostiene que en el 39 % de los barrios no es recomendable consumir el agua corriente y esto coincide con los barrios donde la pobreza es muy profunda. 

La fuente de agua del Gran Buenos Aires: El acuífero Puelche

Por tal motivo es necesario entender cómo es el circuito del agua en el AMBA donde la mayoría de las manzanas del tejido urbano reciben la vertiente de la napa del Acuífero Puelche.  Según el informe “Daño ambiental: el acuífero Puelche” de Alfredo Eduardo Isola del año 2006, la fuente se ubica entre los 40 y 70 metros por debajo del nivel del mar. Está semiconfinado, y asentado sobre sedimentos acuicludos que limitan la filtración de sus aguas, y se compone por arenas finas y medianas. Es una inmensa masa de agua pluvial infiltrada en el suelo, que se encuentra entre dos gruesas capas de sedimentos tirando a arcillosos y poco permeables.” 

En dicho informe Isola concluye que hay conexión hidráulica entre los ríos Reconquista, Matanza-Riachuelo y los ríos subterráneos que permitió el ingreso de contaminantes. “Estos, de origen orgánico, inorgánico y bacteriológicos, debido al fenómeno conocido como filtración vertical descendente que fueron ingresando al Puelche.” De esa manera fue incorporando cromo, arsénico, cobre, como asimismo otras sustancias de alta toxicidad provenientes del sector fabril asentado en las cuencas que están sobre el acuífero.

En La Plata es un secreto a voces como sectores medios dejaron de consumir el agua corriente, prefiriendo comprar bidones para poder hidratarse con agua segura. Únicamente el agua de la canilla se usa para la higiene personal. Muchos son los estudios que se hicieron en diferentes partidos del área metropolitana del Gran Buenos Aires, donde el agua que proviene del acuífero Puelche no está en condiciones. Esto genera muertes por enfermedades como cáncer, que después no se registran como causal del consumo de agua. 

Ante esta triste realidad es necesario recordar las palabras del presidente Milei cuando era candidato: “En el caso de una empresa que contamina el río, lo que no está bien definido es el derecho de propiedad. Esa empresa puede contaminar el río todo lo que quiera”. Es decir, el estado nacional no va a proteger a la gente cuando no haya forma de poder conseguir el elemento básico para la vida.