Brigadas solidarias en Bahía Blanca: la otra cara de la catástrofe

La fatal inundación que castigó al sur bonaerense activó la solidaridad a lo largo y ancho del país. Desde Buenos Aires un grupo de brigadistas sanitarios acudieron al lugar de los hechos.

A dos semanas de la inundación que marcó un antes y un después en la ciudad de Bahía Blanca, la solidaridad sigue llegando de a montones. Las imágenes de camiones, colectivos y camionetas repletas de donaciones; brigadistas y voluntarios trabajando en la clasificación de las donaciones fueron frecuentes en las redes sociales. 

Ante esta emergencia, organizaciones sociales como la Federación Rural y Nuestra América han desplegado esfuerzos solidarios para asistir a las comunidades más afectadas, mientras se evidencian las consecuencias de la crisis climática y la falta de políticas públicas adecuadas.

“Triste e impactante”, fueron las palabras que eligió Christian Romo de la Brigada de la Nuestramérica, que envió un equipo de profesionales de la Salud desde Ciudad de Buenos Aires para asistir a las y los vecinos de la localidad. “Principalmente estamos asistiendo a la gente por problemas gastroenterológicos que se generaron. Cuándo hay inundaciones es común que el agua de las cloacas o los pozos se mezcle con el agua de red”, explica y añade: “La principal recomendación que hacemos es no tomar agua de la canilla, que traten de dormir en lugares secos, que no estén en contacto con muebles que se mojaron y limpiar bien para evitar hongos ”.    

Los brigadistas estuvieron en la iglesia Hogar de Cristo, que funcionó como centro de evacuados para más de 40 personas cerca del centro de la ciudad. “La gente que fue evacuada allí perdió muchas cosas materiales, desde muebles, ropa, electrodomésticos, sábanas, frazadas”. Todos estos productos están llegando en los camiones y colectivos de donaciones de todas partes del país, pero siguen haciendo mucha falta. 

“La primera imagen que tenés es de tristeza. Hubo gente que perdió prácticamente todo y es más trágico si tenemos en cuenta que hace apenas un año y tres meses tuvieron un tornado que también fue muy trágico”, dice el brigadista que rescata que “todo esto generó un proceso de solidaridad muy importante”.  

La inundación en las zonas rurales

La catástrofe no se circunscribió solo a Bahía Blanca. Entre las zonas más afectadas del sudoeste bonaerense se encuentran campos y zonas rurales como en Mayor Buratovich, una localidad a kilómetros de Bahía en la que los brigadistas trabajaron. Los trabajadores rurales fueron fuertemente perjudicados por la inundación ya que perdieron gran parte de las cosechas. 

Mucha gente está empezando de nuevo, se están yendo de los campos para empezar de nuevo la producción. Muchos productores rurales van a tener un año muy difícil porque por tres meses por lo menos van a necesitar asistencia ya que se les echaron a perder las producciones. “Muchos de ellos están en diálogo con la provincia para solicitar asistencia”, expresó el brigadista. 

Los brigadistas vinculan las inundaciones en Bahía Blanca con “la crisis climática, agravada por la deforestación, el avance del agronegocio, el extractivismo urbano y la falta de obras de infraestructura”, que según dijeron “ha convertido a estos eventos en una amenaza constante”. Hay un consenso de que los fenómenos climáticos extremos, como las lluvias torrenciales, serán cada vez más frecuentes y será sumamente necesario tomar medidas urgentes para mitigar el calentamiento global.

En este sentido desde Nuestramerica apuntaron a “la miopía socioambiental de las políticas actuales”, sumada a “la negación del cambio climático por parte del presidente Javier Milei”, fue lo que provocó pérdidas de vidas y crisis económica. “Las ciudades argentinas no están preparadas para adaptarse a esta nueva realidad, lo que deja a miles de personas en situación de vulnerabilidad”, esgrimieron.