Este domingo 4 de septiembre se vivirá el histórico Plebiscito por una nueva Constitución en Chile, comicios que tienen el carácter de obligatorios, distinto a lo sucedido en las consultas sobre la apertura de redacción de una nueva carta magna y la elección de los convencionales constituyentes.
Ese día, más de 15 millones de chilenos están habilitados para ir a las urnas, las cuales estarán abiertas desde las 08:00 hasta las 18:00 horas, horario que puede extenderse si aún hay gente en los locales esperando para poder sufragar.
El pueblo chileno podrá aprobar la Constitución más moderna del mundo, tanto en su origen como en su contenido, dejando atrás la Constitución del 80, aprobada en plena dictadura y que aún está en vigor.
El proceso de transformación en Chile comenzó hace décadas, pero se cristalizó fuertemente con el estallido social de octubre de 2019, que debilitó por completo al Gobierno del expresidente Sebastián Piñera y que encontró en la elección de los convencionales, un cauce democrático e institucional para superar la crisis política.
Como resultado de aquellas movilizaciones y crisis política-social se inició un proceso que incluyó un plebiscito de consulta para redactar una nueva Constitución, la elección de los convencionales constituyentes, con paridad de género y escaños reservados para Pueblos Originarios, y elecciones regionales y presidenciales.
En cada una de esas instancias se consagró las derrotas parciales de la derecha chilena. Sin embargo, este domingo podría ser la estocada final contra la estructura neoliberal y autoritaria, heredada del dictador Augusto Pinochet.
El texto constitucional que se somete a votación es una Constitución completamente igualable a las más avanzadas Constituciones democráticas del mundo. Su aprobación supondría un avance enorme en la definitiva democratización de Chile.
Se trata de un avance significativo respecto a la Constitución vigente tanto en materia de garantías de los derechos fundamentales, como de participación democrática y de control de los gobernantes.
El costoso lobby para el “No”
Entre quienes apoyan y rechazan la nueva Constitución se puede evidenciar los intereses detrás. Además, la diferencia de lo recolectado entre las dos campañas es abismal.
Según medios chilenos, como La Tercera, la campaña del rechazo recolectó $144.773.400 mientras que el Apruebo juntó $771.363, es decir, el rechazo obtuvo una financiación 187 veces mayor.
En el caso del Rechazo, solamente 18 aportantes transparentaron su identidad, por lo que no se puede conocer el origen de los $87.838.400 restantes en aportes. Pero entre esos 18 aportantes, los intereses son claros: El principal aportante es el empresario agrícola y vicepresidente de Evópoli, Ítalo Zunino con 10 millones de pesos. El segundo es el empresario Juan Andrés Camus, presidente de la Bolsa de Santiago, quien aportó 9 millones. El tercero es el exministro de Economía del primer gobierno de Sebastián Piñera, el economista Félix de Vicente con $5.750.000.
Otros donantes del Rechazo son el consejero de la Cámara Chilena de la Construcción Sergio Silva Fraser, quien aportó con $3.335.000 y Cristián Boetsch -de la inmobiliaria Boetsch-, quien lo hizo con $3.000.000.
CIPER, otro medio chileno, identificó cinco organizaciones civiles por el Rechazo –Chile Informa, Aconcagua Rechaza, Me Importa Chile, Impulso Norte y Unidos Somos Más Fuertes– las cuales no están inscritas ante el Servel como parte del comando de la Franja Ciudadana, pero pagan propaganda con contenidos. De esta última en las radios más populares del país, como Corazón, Pudahuel, Activa y FM DOS, todas del grupo Ibero Americana Radio Chile.
En conjunto, hasta el 21 de agosto pasado, las cinco organizaciones habían recaudado $307 millones y habían pagado avisos radiales por más de $269 millones.
Además del gran financiamiento para la campaña del rechazo, la derecha chilena ha desarrollado una estrategia de encuestas, fake news y horas y tintas en los medios de comunicación para socavar la posibilidad del apruebo.
La campaña de desinformación difunde una serie de falsedades que no concuerdan con la realidad del texto constitucional. Entre las noticias falsas que más circuló, se encuentra la noticia (falsa) de que la nueva Constitución permite acabar con la propiedad privada.
Ante tanta campaña en contra y con las encuestas a favor del rechazo, el Presidente Gabriel Boric declaró que, en caso de ganar el Rechazo, convocaría directamente a la elección de una nueva convención para continuar con el proceso constituyente.
Las cartas ya están echadas, durante este jueves, las campañas del Apruebo y Rechazo realizarán multitudinarios actos para marcar el fin del período de campaña del plebiscito constitucional.
La victoria del apruebo sería la consagración de un proceso que comenzó desde abajo hasta hacer temblar a todo el sistema político y económico chileno. La victoria del rechazo, aunque sería un gran golpe para todo el arco progresista, no podrá borrar las victorias parciales que miles de chilenos y chilenas han conquistado en la calle.