En un nuevo capítulo del industricidio que atraviesa Argentina, Dánica, la emblemática marca de margarina fundada en 1939, cerró definitivamente su planta ubicada en Llavallol, al sur de la Provincia de Buenos Aires.
Este cierre representa la pérdida de 150 puestos de trabajo y es un símbolo de las profundas dificultades que enfrentan las empresas bajo las políticas económicas del gobierno de Javier Milei.
La fábrica detuvo sus actividades en octubre pasado, cuando el Grupo Beltrán, propietario de Dánica, otorgó vacaciones anticipadas a sus trabajadores y ofreció planes de retiros voluntarios.
Ahora, la empresa confirmó el cierre definitivo aludiendo a despidos con causa bajo el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que habilita a pagar solo el 50% de las indemnizaciones en casos de crisis económica.
Esta decisión afecta directamente a las familias de los empleados y se suma a una larga lista de cierres industriales en el país.
Un panorama desolador para el empleo industrial
El cierre de Dánica no es un hecho aislado. La multinacional brasileña Dass, dedicada a la fabricación de calzado deportivo para marcas como Adidas, Asics, Umbro y Fila, también anunció recientemente el cierre de su planta en Coronel Suárez.
La medida dejó sin empleo a 300 trabajadores, quienes recibieron los telegramas de despido en un marco de incertidumbre y desamparo.
Desde que comenzó la gestión de Javier Milei en 2024, más de 11.931 empresas han cerrado sus puertas, afectando gravemente a sectores como comercio, transporte, construcción y servicios profesionales.
Según datos recientes, el 57,2% del empleo registrado perdido corresponde a empresas con más de 500 empleados, dejando a 123.534 personas sin ingresos.