Las Murciélagas se consagraron campeonas del mundo al derrotar 2-1 a Japón en la primera edición de los Juegos Mundiales IBSA 2023, que se disputaron en la ciudad de Birmingham, Inglaterra. En una final que se definió en el último minuto, Argentina obtuvo el trofeo por primera vez en su historia gracias a los dos goles de Yohana Aguilar.
Micaela Segovia es una de las dos arqueras del equipo, oriunda de Florencio Varela, juega en “Las Pirañas” de Avellaneda. La jugadora cuenta que este equipo del sur del conurbano bonaerense en 2021 no tenía jugadoras: “Me sumé a la actividad con Las Pirañas de Avellaneda, recién en 2021 se estaba armando el grupo. En ese momento no había jugadoras, solo una, y me sumé para darle una mano a una compañera que había empezado con el proyecto y estaba la ilusión de formar el equipo femenino, pero yo la verdad no me veía en ese lugar”.
“Me llamaron para sumarme a unos entrenamientos [de la selección] en el CENARD y dije ‘bueno, capaz que que es por acá en este momento de mi vida’. En 2022 con el cambio del cuerpo técnico, que es con el que viajamos al Mundial, empecé a formar parte de las concentraciones. El año pasado se me complicaba bastante porque trabajaba de lunes a lunes y cursaba también. Entonces hubo concentraciones en las que no pude estar. Además, a veces se complica no solo por el rendimiento en el entrenamiento, sino también lo que se come, que tiempos de descanso tiene una, etc”, describe con detalles en una entrevista exclusiva para ARG MEDIOS.
“Pude viajar al Campus de la Copa América [el año pasado en Córdoba] y ser parte de las diez seleccionadas para representar a Argentina me hizo un click de que el siguiente año era el Mundial y quería estar. Entonces me tocó hacer varios sacrificios, cambios de trabajo, aunque también seguía a las corridas pero con un poquito más de disponibilidad para poder entrenar en CeNARD y con mi equipo, “Las Pirañas”, sumé entrenamientos extra y no solo de gimnasio sino también específicos de arquera”.
Micaela vive en la zona sur del conurbano bonaerense, para tener un entrenamiento acorde a una deportista de élite viaja tres veces por semana al CeNARD, el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo en el que se realizan los trabajos de la mayoría de los deportistas profesionales de Argentina.
“Me implica de 2 a 3 horas de viaje de ida y tres horas de vuelta, son cuatro o seis horas que estoy solamente viajando. Y si bien las concentraciones [se] trataban de armar los fines de semana para que no nos complique tanto en trabajo, estudio o lo que fuere, cuesta a veces coordinarlo porque si bien contamos con la licencia deportiva por ley, hay muchos trabajos que no la toman y quitan el presentismo, eso es un presupuesto que a la larga complica a más de una” cuenta la jugadora.
Aunque sostiene: “Son sacrificios que una fue asumiendo a costa de poder viajar, poder estar y obviamente poder ser parte del equipo que logró el título más importante de todos”.
La jugadora además agrega que “llegar a un mundial es un camino muy largo y que necesita no solo de las ganas de las personas, sino también de apoyo de más arriba, como puede ser el Estado de cada nación”.
El mundial y las expectativas
La clasificación de la selección argentina se dio el año pasado en Córdoba. Durante el mes de octubre se jugó la Copa América del masculino mientras que del femenino no se anotó ningún otro equipo del continente. Micaela explica cómo lograron llegar al certamen: “Lo que se decidió hacer es un campus de entrenamiento al que fuimos todas las jugadoras que ya veníamos en proceso de selección, se invitaron a las jugadoras de los clubes de la liga argentina que no estaban en selección y a los entrenadores también. El último día previo a la final de la Copa América masculina tuvimos el partido de “Las Murciélagas” versus un combinado de América o “resto de América” y por jugar ese partido Argentina ya quedó clasificada para el Mundial”.
Casi un año después llega Birmingham 2023
“La verdad es que haber estado en el Mundial y más en el primer Mundial de fútbol [para ciegas], superó mis expectativas ampliamente. Nos veníamos preparando muchísimo, no solo el trabajo que cada una tenía en sus clubes, sino en la planificación que teníamos, tanto física como táctica de la selección y las concentraciones que a medida que se acercaba la fecha a viajar eran de más días y de triple turno, lo que nos sirvió porque el equipo respondió físicamente en el juego y sobre todo con el corazón y la mente muy fría para poder llevar adelante cada uno de los partidos”.
Aunque antes de llegar tenían otro enorme desafío, jugar con equipos de los que no sabían casi nada: “No conocíamos casi a los rivales de este Mundial, salvo lo que pudimos ver y analizar en los videos que había subido [IBSA] que fueron partidos organizados para clasificar a este Mundial. Así que la verdad que fue todo positivo, de mucho aprendizaje obviamente, y muchísimo mejor al poder coronarlo con el título”.
¿Y sobre salir campeonas el día de la futbolista argentina?
“La verdad que es un premio doble haberlo concretado en una fecha tan especial, nos lo habían comentado los entrenadores un poquito antes de viajar hacia la cancha, para prepararnos para la final y era ‘bueno se están alineando un poco los planetas para que se nos dé’ porque de una u otra forma se recuerda el día de la futbolista en Argentina por aquel partido en el Mundial de México, de las pioneras de la selección Argentina de fútbol 11 y a nosotras en este Mundial de Birmingham en 2023 nos toca ser las pioneras por lograr el título del primer Mundial de fútbol para ciegas” afirma.