El Congreso de Perú rechazó la segunda moción de vacancia por incapacidad moral presentada por la oposición parlamentaria contra el presidente Pedro Castillo. Los 20 puntos que incluía la moción contra el mandatario peruano abordaban presuntos hechos ilícitos de “vulneración al principio de transparencia en la actuación” y “desempeño del cargo de presidente de la República”.
La moción contó con el respaldo de las bancadas de Renovación Popular, Avanza País y Fuerza Popular. consiguiendo 55 votos a favor, 54 en contra y 19 abstenciones. Sin alcanzar los 87 votos a favor necesarios para la destitución del presidente.
En tanto, Castillo contó con el apoyó de las bancadas de Perú Libre, Perú Democrático y Juntos por el Perú, mientras que otras bancadas de derechas claves como Acción Popular, Alianza para el Progreso y Somos Perú, votaron divididos.
La pequeña victoria del gobierno de Castillo le permite continuar en el mando, pero en una estrategia defensiva. Sin avances estratégicos para transformar el modelo neoliberal imperante en Perú, el profesor rural continuará sufriendo los intentos destabilizadores de la oposición peruana.
José Carlos Llerena Robles, militante de izquierda de la organización La Junta, comentó para ARGmedios que Castillo -dado que “no tiene una formación política tan marcada”-, está batallando esta difícil lucha con el acervo de sindicalista”. “Para un líder sindical todo se resuelve negociando y cediendo un poco con varios sectores. Eso no resuelve la crisis que vive Perú”, expresó.
La estrategia defensiva que solo le permite la sobrevivencia a Pedro Castillo, es una carta que utiliza la derecha para frenar el programa político y económico del gobierno a cambio de evitar la vacancia.
“Los golpes que los poderes fácticos están dando en el plano parlamentario y mediático, lo ven como una oportunidad para frenar las políticas y la agenda que Castillo prometió en campaña. Los votos que consiguió el presidente por parte de un sector de la derecha, no son gratis”, agrega Llerena Robles.
Profundización y movilización popular: las claves del futuro de Castillo
Perú vive un momento histórico de crisis política y económica, intento de Golpes desde el día previo a la segunda vuelta electoral y conflictividad social. La pandemia del Covid-19 profundizó la vulnerabilidad de los más humildes, produciendo mayor desigualdad en una sociedad históricamente injusta.
Sin embargo, la crisis en Perú se comprende desde una forma fragmentada, sin una perspectiva estructural que vincule la crisis actual a la crisis multidimensional del capitalismo, profundizada por la pandemia.
“La salida es desde abajo, con los sectores populares, y es una alternativa que no está contemplada en el esquema de democracia liberal y representativa de la Constitución de Fujimori”, comenta José Carlos.
La principal alternativa que manejan los sectores populares, es la Asamblea Constituyente Popular. Bandera de campaña de Pedro Castillo y de Perú Libre, pero que durante el último tiempo sufrió diferentes reveses tanto desde el Congreso como del propio presidente.
Castillo ha llegado a un callejón que pareciera no tener salida: negocia con la derecha para sobrevivir y le cierra la puerta a una Asamblea Constituyente que le permita romper con los ataques parlamentarios. Pero aún mantiene un elemento a su favor que la derecha desea: la movilización popular.
Si bien la oposición ha logrado frenar políticas estratégicas de corte popular y de izquierda, Castillo ha implementado diferentes acciones populares para mantener su electorado. El maestro rural sabe que debe su fidelidad al Perú profundo, quién otorgó los votos esperando transformaciones históricamente postergadas.
La región macrosur, históricamente de izquierda y rebelde -donde se encuentra el corredor minero-, mantiene su respaldo al presidente, aunque no sin críticas. El paro nacional debido al aumento de los precios de los combustibles es reflejo de que ese apoyo tiene límites.
“La crisis económica y social no ha acabado, y las regiones que han votado por él en primera y segunda vuelta, no dan mucho margen de error para solucionar esos problemas que sufren”, comenta Robles.
Tal como se reflejó en las elecciones, Castillo cuenta con el apoyo del Perú profundo y el odio de Lima. Ese pequeño sector capitalino racista, que niega que su presidente sea un hijo de campesinos, es el que apoyó la moción de vacancia y acompaña la estrategia desestabilizadora de la oposición parlamentaria.
“En toda esta estrategia de Golpe que comenzó un día antes de la segunda vuelta, hay un plano que la derecha no ha logrado conquistar: la calle. Todos los golpes de colores que la derecha ha llevado adelante necesita fundamentalmente gente movilizada y hasta ahora no lo han conseguido”, argumenta José Carlos Llerena Robles.
El apoyo de la derecha parlamentaria que lo ha salvado en dos oportunidades de la moción de vacancia, puede desaparecer si Castillo avanza en su agenda política y económica o si no complace sus demandas. Frente a ello, el presidente tiene dos herramientas: movilización popular y la Asamblea Constituyente.
“Castillo debe saber que sin la calle, sin movilización popular, no va a sobrevivir. Un pueblo movilizado lo va a salvar de la vacancia, que es el mismo apoyo que cuido el voto de las regiones más pobres del Perú que habían votado por él en la segunda vuelta”, concluyó José Carlos.