Este 20 de marzo, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil realizó la 22° Fiesta de la Cosecha de Arroz Agroecológico en el asentamiento Filhos de Sepé, en Viamão (Rio Grande do Sul). Esta actividad anual celebra los territorios libres de agrotóxicos y reafirma la producción de arroz agroecológico como un horizonte estratégico en la construcción de un modelo productivo sostenible y libre de agrotóxicos. La celebración reunió a más de 5.000 personas de diferentes estados de Brasil, marcando el inicio de la cosecha 2024/2025, que alcanzó las 14.000 toneladas de arroz cultivado de manera agroecológica.
Claudia María Dadico, jueza federal jubilada y actual Defensora Agraria Nacional del Ministerio de Desarrollo Agrario, destacó la importancia de este evento: “Estamos aquí, en la 22° Fiesta del Arroz Orgánico del MST, entendiendo la importancia y el enorme significado de esta celebración. No solo por el hecho ya grandioso de ser el mayor productor de arroz orgánico sin venenos, de América Latina, lo que demuestra que es un movimiento victorioso, sino también, y sobre todo, después de los hechos del año pasado, de las grandes inundaciones que afectaron a este estado. Esto muestra que el modo de producción capitalista es un modelo que necesita ser urgentemente sustituido por un modo de producción agroecológico, que respeta la naturaleza y que ayuda a que los efectos del cambio climático no nos impacten de manera tan trágica”.
La resistencia de las familias asentadas ha sido clave para superar los desafíos de las catástrofes climáticas y los embates del modelo extractivista y del agronegocio. Tras las devastadoras inundaciones de 2023 y 2024, que destruyeron cultivos y viviendas, el MST logró recuperar y sembrar 2.850 hectáreas de arroz agroecológico, con otras 800 hectáreas en proceso de conversión agroecológica. Marildo Mulinari, conocido como Tubiano, expresó: “Nos vimos obligados a empezar de cero tras la inundación. De hecho, todo quedó destruido y, sorprendentemente, las cosechas se ven bien. Tuvimos que reconstruir los faros, las bombas, los canales y los caminos que la inundación había destruido por completo. Hoy, ocho meses después, nos alegra ver cómo ha salido el arroz y esperamos producir nuestro promedio habitual, entre 100 y 120 sacos por hectárea”.
El ingeniero agrónomo Marcos Johnny dos Reis, coordinador de procesos de la biofábrica Ana Primavesi durante el festival, resaltó la importancia de la organización y la resistencia: “Creo que fuimos muy incisivos en esta recuperación. Desde el momento en que se produjeron las inundaciones, intentamos reunir a los productores de la cooperativa, en los grupos de gestión que la conforman: el grupo de gestión del arroz, el grupo de gestión de la huerta y el grupo de gestión de leche. Se hicieron incontables reuniones y debates, siempre con la convicción de que necesitábamos recuperarnos, y esta recuperación no podía demorarse; tenía que ser inmediata dadas las condiciones que nos quedaban”.
La fiesta no solo celebra la cosecha, sino también la lucha por la soberanía alimentaria y la reforma agraria. Con la participación de 290 familias en siete municipios (Viamão, Nova Santa Rita, Eldorado do Sul, Charqueadas, Guaíba, Tapes y São Gabriel), el MST reafirma su compromiso con un modelo de producción cooperativo y sustentable. Claudia María Dadico añadió: “Por todo este significado, estamos aquí, en Viamão, una vez más, con el MST y su forma de organizar, de producir y de luchar por los trabajadores del campo. Creo que ustedes representan aquello, porque tenemos conflictos. El número de conflictos sigue siendo muy alto, ya que las disputas territoriales aún son muy intensas y no ponen en valor la disputa de un modelo productivo que vaya hacia un modelo de reforma agraria integral.
El evento también contó con la presencia de representantes del gobierno federal, parlamentarios y artistas, quienes participaron en un acto político y en el Festival de la Tierra, el Arte y el Pan. La Feria de la Reforma Agraria exhibió productos de las cooperativas de los asentamientos, mostrando la diversidad y la riqueza de la producción agroecológica.En un contexto de crisis climática y disputas territoriales, el MST demuestra que otro modelo de producción es posible. Como afirmó Claudia María Dadico: “Esta lucha es una lucha dura, pero esperamos que, con el apoyo unificado del gobierno federal, podamos replicar estas soluciones en otras áreas de conflicto”.
