Energía nuclear argentina: diamante en bruto disputado por EEUU y China

Los financiamientos para una nueva central nuclear están cada vez más cerca, aunque lejos a la vez. Las razones de su larga prolongación: tensiones en las relaciones exteriores con Estados Unidos y China.

El mundo está tomando un giro de 360 grados en apostar a las energías limpias, por su escasa emisión de carbono, y en el caso de la energía nuclear, por su alto estándar de calidad y su fuente infinita. 

El 10% de la energía eléctrica del mundo proviene de la energía nuclear y Argentina es “el exportador nuclear del sur”, según definió el Director del Organismo Internacional de Energía Atómica. El país cubre el 10% de su energía eléctrica a través de este método y además se encuentra entre los 10 países líderes en desarrollo, producción e investigación en energía nuclear.

También, nuestro país es responsable del 5% de la producción mundial de  radioisótopos, un átomo elemental para producir energía nuclear. Además de producir reactores de investigación en Egipto, Australia, Países Bajos, Brasil, Perú y Argelia. O combustible nuclear (pastillas de uranio) que solo producen 11 países en el mundo.

El ecosistema energético nuclear argentino inició durante el gobierno de Juan Domingo Perón con un proyecto experimental en Bariloche. A fines de los 60 comenzó la construcción de Atucha I en la localidad de Lima, partido de Zárate. En los 70; El Embalse, en Córdoba y para los años 80, Atucha II ya comenzaba a levantarse en el mismo predio que la primera central nuclear. 

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El exportador nuclear del sur

El compromiso de este gobierno en continuar el plan de acción en materia nuclear lo ubica en la toma de una decisión importante a meses de las elecciones presidenciales: la construcción de una nueva central nuclear, y la extensión de Atucha I, tal como se firmó en el 2014 con China, y luego ratificado por el Congreso Nacional como la Ley 27.122.

“El proyecto de Atucha III va a traer 700 empleos fijos en la región, y va a dejar alrededor de 500 millones de dólares en insumos comprados a la industria metalmecánica nacional”, indicó el presidente de Nucleoeléctrica, José Luis Antúnez. Entre los rubros que serán contratados para su obra están los metalúrgicos, de la construcción, de la energía eléctrica, profesionales y técnicos universitarios.

Sin embargo, todo parece indicar que el proyecto no avanza por disputas entre relaciones externas es la explicación de por qué se está tardando tanto en la construcción de la central. Tanto China como Estados Unidos, se muestran interesados en el futuro nuclear argentino. 

Las últimas visitas de funcionarios norteamericanos lo indican: el mes pasado el presidente de la Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU, Christopher Hanson, en marzo el secretario adjunto de Energía David Turk, y la recorrida del embajador Marc Stanley a principio de año por las instalaciones de Atucha. 

El lobby de Estados Unidos no es lo único, también las internas del gobierno argentino, pero lo otro existe y es permanente: hasta hacen reuniones con la UOCRA para decirles que sus obreros corren peligro si se hace Atucha III con tecnología china”, dijo un funcionario del sector atómico de forma anónima en el Cohete a la Luna

Sin embargo, la buena relación histórica en materia de energía nuclear con China suman varios puntos a favor, y el reciente viaje de un mes y medio de Sergio Massa en el país asiático que adelanta una futura adhesión a la ruta de la Seda, indicarían que todo está por darse.

El país con más centrales nucleares construidas, preveía la financiación del 85% de la obra para Atucha III. Sin embargo, tras el pedido de profesionales del campo nuclear y el anuncio formal del embajador argentino en China, Sabino vaca Narvaja, se intentará que el país asiático pueda financiar el 100% de la financiación “por la carencia de divisas en el país”, dijeron profesionales nucleares. Como la ley impide que el Banco Central Chino financie más del 85% se buscará el porcentaje restante a través de bancos privados.

Para la Argentina poner en marcha el proyecto de la cuarta central nuclear implicaría robustecer nuestras reservas, dinamizar la industria y la construcción, generar 7.000 puestos de trabajo y desarrollar aún más al sector nuclear”, indicó Vaca Narvaja. Además de los 700 empleos fijos para la operación de la planta.

Aunque no hay acuerdos formales, las presiones que China ejerce por concretar, Atucha III será algo que este gobierno- con sus internas- lidiará antes de que las urnas se abran el 22 de octubre, y entonces quizás, el juego de Argentina con el tablero mundial pueda tomar otro rumbo.