Habrá balotaje en Chile y la participación será decisiva

El mayor legado del neoliberalismo sigue vigente: la baja politización y participación electoral. El desafío de Boric será, no solo captar los votos de Provoste y Ominami, sino que crezca la participación.

La Moneda Chile

Este domingo, los chilenos y chilenas fueron a las urnas para definir quién sucederá a Sebastián Piñera, al tiempo que eligieron autoridades legislativas y regionales. Todas las miradas estuvieron en la carrera a La Moneda, donde sigue predominando la abstención. La participación electoral fue de 47.3%. 

Las elecciones pusieron una señal de alerta: con el total de las mesas escrutadas, el ultraderechista José Antonio Kast obtuvo el 27,9%, mientras que el representante del progresismo, Gabriel Boric, se llevó el 25,8%. Ambos candidatos se enfrentarán en segunda vuelta el 19 de diciembre.  

El tercer lugar lo ocupa Franco Parisi, con un nada despreciable 12.8%. El candidato de la no-política realizó toda la campaña desde Estados Unidos debido a que mantiene una querella por presuntos delitos de estafa y lavado de activos, además de una demanda millonaria por la manutención de sus hijos. 

Estas elecciones confirmaron también la defunción del sistema bipartidista heredado de la transición democrática: Sebastián Sichel, el candidato de Chile Podemos+, cosechó el 12,79%; mientras que Yasna Provoste de la Democracia Cristiana quedó en el quinto lugar con el 11,6%. 

El otro dato clave de estas elecciones fue la baja participación, en línea con la tendencia de los últimos años. Solo el 47,3% del padrón concurrió a votar, por debajo del 50,95% del plebiscito nacional constituyente de octubre de 2020. 

Las elecciones de este domingo dejaron una división territorial en Chile: Franco Parisi logró victorias en el norte del país, Boric ganó mayoritariamente en los centros urbanos y los votos de Kast provinieron del sur de Chile. En particular, el ultraderechista Kast logró imponerse en las regiones donde el conflicto mapuche tomó un desenlace más violento. En la región del Biobío, Kast conquistó el 32,57% del electorado frente al 19,17% de Gabriel Boric. En La Araucanía, la victoria para el ultraderechista fue aún más amplia y llegó al 42,16%.

Si bien la victoria de Kast resulta alarmante, el triunfo del líder del Frente Social Cristiano (integrado por el Partido Republicano y el Partido Conservador Cristiano) se debe a la capitalización del voto más conservador chileno que migró de la derecha liberal a una derecha fascista. 

La segunda plana 

Este domingo también se eligieron 155 diputados y diputadas, junto a 27 de los 50 senadores. Si bien el proceso electoral da cuenta de un cambio en el ciclo político, donde las dos alianzas tradicionales Chile Vamos y la ex Concertación salieron de la primera plana de la política, ambas fuerzas mantienen grandes apoyos en sus candidaturas parlamentarias. 

Un claro resultado es que tanto Gabriel Boric como José Antonio Kast tendrán una difícil parada en el Congreso en caso de ser electos. La alianza Apruebo Dignidad obtuvo 1.325.232 de votos a nivel nacional, es decir el 20,9%, que le otorga 36 diputados y diputadas. En tanto el espacio de Kast logró solo 707.286 votos, el 11,2%, que lo ubica en un quinto lugar y le garantiza 15 diputados.

Los partidos tradicionales seguirán siendo mayoritarios en la Cámara Baja. Chile Podemos+ logró el 25,4% del total que se traduce en 53 diputados, mientras que el Nuevo Pacto Social (ex Concertación) obtuvo un diputado más que Apruebo Dignidad. 

En Senadores también se mantiene la vieja guardia política. El hoy oficialista Chile Podemos+ será la primera minoría con 24 bancas (aumentó cinco escaños) y Nuevo Pacto Social tendrá 18 lugares (perdió cinco bancas). Por su parte, Apruebo Dignidad conquistó cuatro bancas que se suman al escaño que ya tenía y contará con los socios de Dignidad Ahora (3) y el Partido Ecologista Verde (2). El Frente de José Antonio Kast obtuvo un senador.

El futuro de Chile está en juego 

El 19 de diciembre se llevará adelante la segunda vuelta entre José Antonio Kast y Gabriel Boric y no sólo se define la presidencia: también se juega el impulso el proceso constituyente, que busca ponerle fin a la Constitución heredada de la dictadura militar. 

Las victorias populares siempre se logran con el desborde en las calles. Es probable que las fuerzas de izquierda tengan que acudir al mismo lugar donde surgieron las movilizaciones de 2019. Si para la derecha la mejor carta electoral es la abstención y la falta de politización, la tarea de las próximas semanas será convocar y seducir a un sector de la población que aún desconfía de las instituciones chilenas y su democracia. El desborde de participación electoral en diciembre será clave para romper con las tendencias más conservadoras.