Luigi Mangione: ¿héroe o villano?

El joven acusado de asesinar al CEO de la principal empresa de la industria sanitaria de los Estados Unidos despertó un furor impactante. Y reabrió los debates sobre la justicia por mano propia y la legitimidad de los métodos para denunciar la violencia del poder y visibilizar las injusticias del capitalismo.

El suceso que conmociona a la sociedad estadounidense y despertó múltiples debates en todo el mundo va camino a convertirse en uno de esos crímenes emblemáticos que quedarán para la historia. De hecho, a menos de dos semanas de producirse, ya hay en camino tres documentales sobre el caso y en 3,2,1 seguramente aparezca el anuncio de la serie mainstream.

El protagonista de esta fascinante historia se llama Luigi Mangione, un joven de 26 años nacido en Maryland que el 4 de diciembre le descargó dos tiros por la espalda en plena calle neoyorkina a Brian Thompson, el CEO de la mayor empresa de la industria sanitaria de los Estados Unidos.

Mangione escapó en una bicicleta y unos días después fue detenido mientras desayunaba en un McDonald’s de Pensilvania. Tenía en su mochila un arma casera fabricada con una impresora 3D -con la que supuestamente mató a Thompson-, un silenciador y un manifiesto en el que hace una rotunda denuncia al sistema médico lucrativo y privatizado.

Entre otras cosas, allí Mangione dice: “Estos parásitos se lo merecían (…). Pido disculpas por cualquier conflicto y trauma, pero tenía que hacerse (…) Cuando todas las demás formas de comunicación fallan, la violencia es necesaria para sobrevivir. No es terrorismo: es guerra y revolución (…) Muchos han sacado a la luz la corrupción y la codicia, no es un problema de conciencia. Evidentemente soy el primero en enfrentarlo con una honestidad tan brutal”. También advierte que EEUU tiene el sistema de salud más caro del mundo y sin embargo está en el puesto 42 en esperanza de vida.

En un gran gesto simbólico y cinéfilo, Mangione dejó escrito en los cartuchos de las balas utilizadas para el ataque las palabras “Delay, Deny, Defend” (“Demorar, Denegar, Defender”), que es el nombre de un libro del académico Jay Feinman que sintetiza las prácticas burocráticas de las aseguradoras médicas para demorar el pago de las reclamaciones, denegar el pago completo y defender sus acciones.

Pero más que el crimen en sí, lo impactante de la historia es lo que siguió después. Una oleada de solidaridad descomunal con Mangione, un tsunami de apoyo en redes sociales haciendo tendencia los hashtags #FreeLuigi, #EatTheRich (cómete a los ricos) y el apodo de “asesino sexy”, mientras su cuenta en X cosechó más de 400 mil nuevos seguidores y en Spotify empezaron a aparecer listas de reproducción en su honor.

Pero el furor también se trasladó al mundo real con murales y una infinidad de merchandising con su cara o su nombre: remeras, stickers, tazas y hasta adornos navideños. Además, sus simpatizantes crearon un fondo para su defensa legal que ya recaudó más de 100 mil dólares a través de la plataforma de crowdfunding GiveSendGo.

A la pantalla grande

En tiempo récord, el caso despertó el interés de la industria cinematográfica: ya se conoció que hay al menos tres documentales en producción.

Uno estará a cargo de Alex Gibney, conocido por ‘The Inventor: Out for Blood in Silicon Valley’ y ‘Taxi to the Dark Side’, y será producido por Jigsaw Productions y Anonymous Content. Por su parte, Stephen Robert Morse, productor del documental sobre Amanda Knox en Netflix, abordará las “complejidades morales” del asesinato y ofrecerá un contexto histórico sobre los seguros de salud privatizados en EEUU. Finalmente, el periodista Dan Abrams encabezará un especial de una hora para Investigation Discovery en el que analizará las interrogantes que rodean el arresto de Mangione y la psicología del asesino.

¿Justiciero o terrorista?

Sin dudas, la validación social del crimen hace pie en la rabia acumulada contra las lógicas de un sistema de salud totalmente privatizado y mercantil. Donde una familia promedio gasta unos 25 mil dólares al año y donde la empresa UnitedHealthcare (que dirigía Thompson) tenía ganancias anuales de 16 mil millones de dólares mientras las denegaciones de reclamos médicos se incrementaron un 31%.

También en el marco de una sociedad armada hasta las dientes (en EEUU hay más armas que personas) y en un clima de época donde la tolerancia hacia la violencia es cada vez mayor.

Pero en un momento en el que las ultraderechas globales apuntan como culpables de todos los problemas a las y los migrantes, a los “planeros”, en definitiva a los de abajo, Mangione va a contracorriente y -de forma brutal- nos señala la violencia de arriba, nos recuerda que el enemigo es el poder económico.

Las complejidades y contradicciones del caso reabrieron los debates sobre la justicia por mano propia y la legitimidad de los métodos para visibilizar las injusticias del capitalismo.

Y vos, ¿cómo la ves?