Los militares declararon que el poder estatal fue entregado al comandante en jefe de las fuerzas armadas, Min Aung Hlaing, y se impuso el estado de emergencia por un año.
Por People´s Dispatch
Un día después de asegurar al mundo que no intervendrían en asuntos civiles, el ejército declaró el estado de emergencia en Myanmar y arrestó a los principales líderes del Estado, incluido el presidente U Win Myint y la consejera de estado Aung San Suu Kyi.
En una transmisión de video, los militares declararon que el poder del estado fue entregado al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el general Min Aung Hlaing, y se impuso el estado de emergencia por un año.
Según los informes, fueron detenidos otros activistas y líderes políticos de las provincias. El gobierno también suspendió los servicios de internet y telefonía, además de retirar del aire a los medios estatales.
Presunto fraude en las elecciones
Los militares se enfrentaban a la administración civil del país desde la declaración de los resultados de las elecciones parlamentarias celebradas en noviembre de 2020, alegando un fraude generalizado.
La Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Aung San Suu Kyi había obtenido dos tercios de la mayoría en ambas cámaras del Parlamento. El ejército, según la constitución de 2008, tiene el 25% de los asientos reservados para sus miembros. También respaldaron al Partido Unión, Solidaridad y Desarrollo (USDP), que no obtuvo muchos escaños en las elecciones. El Parlamento debía abrir este lunes para iniciar su nuevo mandato.
En reacción al golpe, Aung San Suu Kyi pidió a la gente que no lo aceptara y protestara “de todo corazón”. Calificó las acciones de los militares como un intento por “volver a poner al país bajo una dictadura”. Su declaración fue publicada por su partido, NLD.
En reacción a los acontecimientos en Myanmar, Naciones Unidas dijo que el golpe era totalmente inaceptable y un “intento de socavar la democracia y el estado de derecho”. Pidió la liberación de todos los presos políticos de inmediato.
Una mujer hizo su clase de aerobic sin darse cuenta de que estaban dando el golpe de Estado en Myanmar. Y pues puede verse como el convoy de militares llega al parlamento. pic.twitter.com/fmFUzhawRe
— Àngel Marrades (@VonKoutli) February 1, 2021
Varios otros países expresaron su oposición al golpe y pidieron a los militares que respeten el mandato del pueblo y liberen a todos los activistas y líderes políticos. Charles Santiago, responsable de Derechos Humanos de la ASEAN [Asociación de Naciones del Sudeste Asiático], instó al organismo a utilizar su poder diplomático para ayudar a proteger la democracia en Myanmar.
Una historia de golpes de estado y violaciones de los derechos humanos
Myanmar (antes Birmania), una vez una colonia británica, ha sido gobernada mayormente por los militares desde 1962. El golpe del lunes es similar al que se llevó a cabo en 1990 cuando el ejército, anulando los resultados de las elecciones parlamentarias ganadas por la NLD, detuvieron a Suu Kyi y otros líderes e impusieron la ley marcial en el país durante más de una década.
Años de gobierno militar se levantaron parcialmente en 2008 después de una campaña global liderada por la ONU y se permitió una transición lenta a la democracia, lo que llevó a Suu Kyi al poder de facto en 2016 como consejera de estado bajo la constitución de 2008.
La resistencia de Suu Kyi al gobierno militar fue ampliamente reconocida en el mundo y ganó el Premio Nobel de la Paz en 1991. Sin embargo, el fracaso de su gobierno para detener la persecución de la minoría musulmana Rohingya a partir de 2015 planteó serias dudas sobre su compromiso con los derechos humanos y la democracia.
Éste artículo fue publicado originalmente por People Dispatch. Traducido por ARG Medios