Juan Grabois quedó una posición cuanto menos extraña cuando se conoció que la fórmula de unidad de UXP iba a ser encabezada por Sergio Massa. Es que el dirigente social había bajado su candidatura horas antes para darle volumen a la fórmula Wado De Pedro-Juan Manzur, que era la que se daba por confirmada en los medios de comunicación pero que no había tenido el apoyo público de CFK, ni gobernadores y principales dirigentes del espacio oficialista.
Cuando desde el Twitter de Unión por la Patria se confirmó que la candidatura de unidad del peronismo iba a ser Sergio Massa-Agustín Rossi el viernes por la noche a poco más de 24 horas del cierre, Grabois salió inmediatamente a anunciar que no bajaba su candidatura: “Vamos a cumplir nuestra palabra. El candidato es Sergio Tomás Massa, no nos bajamos”.
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En 24 horas el Frente Patria Grande juntó 35 mil avales para presentar la candidatura por el espacio “Justa y Soberana”, que encabezará junto a la militante social e investigadora de CONICET, Paula Abal Medina.
A diferencia de lo que sucedía con la candidatura de Daniel Scioli, esta vez la estructura de Unión por la Patria no puso trabas para la presentación de una PASO y permitió que la fórmula Grabois-Abal Medina participe de las PASO sin todas las secciones de candidatos. La incógnita será si le permiten tener lista sabana o irá con lista corta.
¿Por qué las cúpulas de UxP permitieron que haya PASO cuando antes la resistían?
Una lectura rápida sugiere que a diferencia de lo que sucedía con una eventual PASO entre Scioli y Wado de Pedro, Grabois y Massa no compiten demasiado electorado: los votantes “duros” de Cristina van a votar a Sergio Massa por organicidad y buscarán las justificaciones y fundamentos para autoconvencerse y luego convencer al resto.
Será un voto cargado de pragmatismo y algo de desgarro, sobre todo luego de la fallida candidatura de un kirchnerista “puro”, “hijo de la generación diezmada” (literalmente, pues es hijo de desaparecidos) y que hubiera sido el primero del riñón en una presidencial desde la elección que ganó CFK en 2011.
El primer problema que presenta esta candidatura es que si bien los votos de la vicepresidenta garantizan un piso alto, una de las enseñanzas que dejó el 2015 es que es muy difícil convocar a votar un proyecto que la militancia no siente propio. Ir a votar y confiar en un muy probable resguardo en la provincia de Buenos Aires difícilmente amplíe horizontes por fuera del núcleo duro. Allí es donde la candidatura de Juan Grabois puede funcionar como “dique de contención por izquierda”.
Las y los votantes de ese segmento que ven en Massa un aliado táctico pero no un dirigente que encarne las transformaciones sociales que el país necesita para reducir las desigualdades, darán su apoyo a Justa y Soberana en una PASO que se presenta con amplias posibilidades de triunfo para el tigrense.
Massa tiene un mes y medio para mostrarse cercano a CFK y sus ideas para así volver a entusiasmar a la militancia que responde a la vicepresidenta. Seguramente disputará electorado con un cada vez menos moderado Larreta. Pero muchas y muchos no olvidan su pasado en el que prometía “encarcelar a los corruptos kirchneristas” y sus consecutivos encuentros con embajadores de Estados Unidos (revelados por Santiago O’Donell en los libros Argenleaks y Politileaks) en donde repetía con resentimiento que “el kirchnerismo estaba acabado”.
El dilema: ¿Posibilidad o debilidad?
Esta estrategia de PASO que tendrá UxP despierta varios análisis en el universo kirchnerista. Uno de ellos argumenta que es poco estratégico ir con dos candidaturas en una elección que el peronismo afrontará con altas chances de perder.
Lo que este análisis deja de lado es qué proyecto político se está apoyando con la candidatura de Sergio Massa. Un candidato que cosecha apoyos de los gobernadores, grupos económicos concentrados, medios de comunicación y el Fondo Monetario Internacional; además del esquema que representa la vicepresidenta de la Nación con su militancia, intendentes y la provincia de Buenos Aires.
CFK viene insistiendo en sus intervenciones públicas que hay que discutir con claridad el programa de gobierno que llevará el peronismo a las elecciones. El Frente Patria Grande viene trabajando desde hace varios meses. Más allá de los condicionamientos que impone un cogobierno con el FMI que el propio kirchnerismo puso en tela de juicio y que generó todas las discordias dentro del Frente de Todos cuando Alberto Fernández anunció el acuerdo en enero de 2022.
El programa de la candidatura de Grabois se resume en la agenda de Tierra, Techo y Trabajo. Los detalles de este programa van desde vivienda para aquellos sectores que no tienen un techo donde vivir, tierra para los trabajadores de la economía popular, reconocimiento formal e integración para las y los trabajadores rurales y los cartoneros y cartoneras del MTE.
Estos sectores sociales, lo ha repetido el propio Grabois varias veces, no están dispuestos a votar un candidato en el que no se sienten representados por más que este tenga el apoyo de Cristina e incluso estarían más propensos a votar a Milei u otro candidato diferente.
Hay otro elemento a tener en cuenta: la militancia que apoya y que impulsa al fundador del MTE milita ese proyecto desde hace más de un año cuando decidió ser candidato. Ofelia Fernández anunció mediante un video en las redes sociales que no iba a renovar su banca de legisladora por CABA con las siguientes palabras: “Tenemos que lograr discutir el rumbo de las políticas más que los cargos” y agregó que “no hay nada más potente que un militante convencido”.
Así las cosas el peronismo tendrá por primera vez un PASO desde que existen por ley en 2011. Es difícil pensar que un candidato cuenta con toda la estructura del peronismo de las provincias detrás y el apoyo tácito de la líder con más votos desde la vuelta de la democracia no salga victorioso.
Los “mercados” mantienen desde hace varias semanas una tregua con Massa que ha mantenido el tipo de cambio del dólar paralelo en relativa estabilidad subiendo por debajo de la inflación mensual. Es probable que el anuncio de su candidatura mantenga el dólar en torno a los 500 pesos al menos hasta el 14 de agosto.
En caso de resultar ganador, el líder del Frente Renovador deberá tomarse una fotografía de unidad con el referente social que supo detractarlo públicamente en varias ocasiones (“fajandolo con su bastón de mariscal”) e incorporar su agenda de Tierra, Techo y Trabajo a las elecciones de octubre en la que medirá un ingreso al ballotage con Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta o un desinflado Javier Milei.
