Perú: el protagonismo del magisterio en el gobierno de Pedro Castillo

Con la asunción del nuevo presidente peruano, las fuerzas sociales del país se posicionan. Desde Lima, José Carlos Llerena entrevistó al referente magisterial Carlos Gallardo para pensar las perspectivas del próximo gobierno.

Pedro Castillo encabezando una huelga magisterial durante 2018.

Por José Carlos Llerena

El triunfo de Pedro Castillo en la primera vuelta de las elecciones peruanas nos tomó por sorpresa, pero no es sorpresivo: existen fuerzas sociales y populares en lucha, como las Rondas Campesinas y el Magisterio, que explican ese resultado.

Para comprender mejor a uno de los sujetos políticos protagónicos, visitamos al profesor Carlos Gallardo, quien participó en la presentación del equipo técnico de Pedro Castillo en el emblemático y masivo mitin en el distrito populoso de Puente Piedra.

Carlos Gallardo es maestro cesante de educación primaria, con más de 25 años de experiencia de docencia en la escuela pública. Ha estado involucrado protagónica y profundamente desde los inicios preparatorios de la central gremial de maestros y maestras del Perú. Como líder sindical, Gallardo ha sido uno de los 91 docentes que sufrió la prisión en el SEPA durante 9 meses entre 1973 y 1974, y a la fecha continúa siendo una voz referente en el Magisterio peruano.

¿Cómo se puede vincular la historia de lucha de maestros y maestras, sobre todo los rurales, los más pobres, con la figura de Pedro Castillo como presidente del Perú? ¿Cómo caracterizar al movimiento magisterial para quienes no están al tanto del acumulado histórico?

Yo creo que el Magisterio, en general, está muy próximo de la problemática popular de nuestra sociedad. El maestro es un sujeto popular. La escuela es una institución popular. Los niños que van a la escuela pública son los hijos del pueblo. Los picos más altos del protagonismo magisterial siempre se vinculan con situaciones donde el descontento y la insatisfacción popular están en ascenso.

Creo que no es producto del azar que en los años setenta se organizara la central del Magisterio, el SUTEP (Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú). Por eso, pienso que este estallido electoral, este triunfo de Castillo, se da en el marco de una amplia insatisfacción de los sectores populares con la política tradicional. Es decir, con un Estado que ha desatendido los servicios elementales como la salud, educación y seguridad. Eso explica que el Magisterio sea una correa de transmisión de los sentimientos populares, de las demandas populares.

A ello, hay que agregarle el nivel de ocupación territorial del Magisterio en todo el país. El Magisterio tiene una presencia en costa, sierra y selva; en norte, centro y sur. A lo largo y ancho del país. También hay que destacar la cantidad. Es uno de los gremios más numerosos. Por ello, tiene esa facultad de articular vertebradamente a los sectores populares.

El Magisterio tiene una potencialidad, es decir, un impacto social y una potencialidad electoral que no se debería desaprovechar. Esta cuestión de ceñirse únicamente a una plataforma reivindicativa, salarial y económica creo que le resta. Es un apoliticismo y un economicismo que le quita perspectiva política. Y creo que el Magisterio durante décadas ha estado en una situación de reducir su panorama, su protagonismo. Creo que en los próximos meses que se van a dar elecciones de gobiernos regionales y gobiernos locales debería, con esta viada de la primera y segunda vuelta, aprovechar para ocupar este escenario también. Considero que es una nueva situación la que se da y que necesita de nuevas tácticas y nuevas estrategias. Y el Magisterio tiene fortalezas que deberían aprovecharse al máximo para ello.

¿Y cuál es la expectativa en materia de educación del gobierno del presidente Pedro Castillo? ¿Cuáles serán los principales desafíos en la cuestión educativa?

Yo creo que las desigualdades entre la educación rural y la educación urbana, entre la educación privada y la educación pública, la educación del hombre y la educación de la mujer, deberían cerrarse. Esas brechas hondas deberían cerrarse. En estos momentos la cobertura, la matrícula, ha crecido. Se ha incrementado y eso es importante. Pero, la brecha de la calidad educativa está por resolverse. Perfecto que los colegios de los sectores pudientes, los sectores de mayores ingresos tengan calidad educativa, pero también las escuelas de los humildes merecen una educación de calidad. La educación de calidad para todos —yo creo— es una necesidad para salir de esta situación.

Otra cuestión. Considero que la brecha digital tiene que ver también con la brecha socioeconómica. Los avances de la tecnología deben ser compartidos por todos, no solo por los sectores pudientes. En este momento es clamorosa la cantidad, diría millares de millares, de niños que han interrumpido sus procesos educativos por no tener conectividad. El Aprendo en Casa (programa del Ministerio de Educación) en algunos sitios para encontrar conectividad ha sido “Aprendo en el árbol” o “Aprendo en el cerro”. La conectividad y los instrumentos tecnológicos que se necesita para aprovechar esa conectividad, no deberían ser carenciados por una inmensa mayoría.

Pero creo que también, a la par, lo nuevo, lo moderno, lo avanzado no se resume a lo tecnológico. Necesitamos trabajar por una escuela donde desarrollemos nuevas relaciones sociales, más equitativas, más fraternas. Eso también es nuevo. Desarrollar la solidaridad en las escuelas, los valores, esa también es una cuestión que nos debe preocupar.

Carlos Gallardo

El énfasis magisterial se ha colocado principalmente en un grupo de la bancada de Perú Libre en el Parlamento. ¿Cómo caracterizar la bancada magisterial y cuáles serán sus prioridades a trabajar desde el Parlamento? ¿Cómo intuye será su desempeño frente a los parlamentarios financiados por universidades-empresas?

Permíteme hacer una disquisición, brevemente. Creo que son esos empresarios de la educación los que han tenido un nivel de manejo y de dominio en el Congreso que se está despidiendo. Es la bancada de Alianza para el Progreso (financiada por Acuña a través de la Universidad César Vallejo), es la bancada de Acción Popular (influida por el señor Diez Canseco que sustenta su solvencia económica en la Universidad San Ignacio de Loyola), es la bancada de Podemos (de Luna Gálvez), y ya sabemos que Fuerza Popular ha tenido uno de sus sustentos en la cuestión de la Universidad Alas Peruanas, etcétera.

Es decir, hay una presencia de los empresarios de la educación y son los que colocaron a Merino en esa cuestión de tipo golpista. Entonces, la presencia política de la educación es marcada. Alberto Fujimori decía “soy un recién llegado a la política”, pero, bueno, para ser decano de una Facultad, para ser rector de una Universidad, para ser presidente de la Asamblea Nacional de Rectores hay que tener un manejo para tejer alianzas y avanzar en esas instancias. Por eso yo no le creí.

Considero que los congresistas de la bancada de Perú Libre que son maestros, me parece que pasan de la docena, deberían tener un papel protagónico en el sentido de vertebrar, articular las demandas magisteriales con las demandas populares. Porque si solamente ven lo sectorial y no lo social, si solamente ven lo gremial, lo particular y no lo general, me parece que estarían empequeñeciendo el panorama.

En este momento existe la tentación de seguir viendo a Pedro Castillo como un dirigente magisterial. No. Él tiene la inmensa responsabilidad de conducir los destinos del pueblo, de la sociedad peruana. Entonces hay que, sin renunciar a nuestras demandas, nuestras reivindicaciones específicas del Magisterio, tener la capacidad para contextualizarlas y ver el panorama mucho más amplio. Tener una paciencia impaciente.

¿Cuál es su lectura y opinión de la apuesta por los maestros y maestras del Perú por ir más allá de la organización gremial y transitar hacia el espacio de lucha política y lucha social?

Es una pregunta difícil. Yo creo que el sindicato es un frente. Y que el sindicato magisterial tiene particularidades y especificidades que deben atenderse también. Durante todos estos años, casi medio siglo desde 1972, los sectores conservadores no han tenido la hegemonía en el sindicato. La hegemonía se la han disputado organizaciones de izquierda como el Partido Comunista del Perú, Patria Roja, Sendero Luminoso, Pukallaqta. Ni el aprismo, Fuerza Popular, o Partido Popular Cristiano han tenido un nivel de participación.

Entonces esto es una particularidad de la cual parto. En estos momentos el magisterio, por intermedio de sus dirigentes más connotados, están pidiendo la elaboración de una nueva Constitución Política del Perú. Qué más político que cambiar las reglas de juego de la dominación. Esto lo está haciendo el sindicato.

Aquí opino que, como Mariátegui y los clásicos, el sindicato es una correa de transmisión entre la clase y la organización máxima que es el partido político. Y lo que estoy viendo desde hace mucho tiempo es una cuestión de apoliticismo al interior. Y esa cuestión de no crecer, reduciendo la acción sindical a la cuestión de tipo reivindicativa. Es decir, hay que luchar por el salario, sin duda, pero hay que denunciar y articular esa lucha contra el sistema que sustenta la explotación salarial. Y eso no se hace. No se educa al respecto.

Entonces, parte de esta cuestión del principio clasista que señala la independencia política de clase, creo que, en este momento histórico, con las condiciones específicas del Magisterio, lo que se está haciendo es predicar un apoliticismo, un abstencionismo. Para hacer política hay que salirse del sindicato. Se dice que el sindicato no se puede contaminar de la política. Y el desarrollo de este principio de independencia política, que se suele repetir en las asambleas sindicales, es “no podemos estar a la cola de ninguna organización partidaria ni de ningún gobierno”. Yo creo que debería ser reemplazado por “no podemos estar a la cola de ningún partido ni gobierno del conservadurismo, de la hegemonía burguesa, de la hegemonía empresarial”.

Creo que el sindicato debería aprender de esta experiencia en la cual ha llegado al gobierno un maestro. Esto no es reciente. Recuerdo a Adolfo Campos, a Michel Azcueta, puedo dar la relación de centenares de alcaldes ocupando espacios, o los dirigentes de Frente de Defensa del Pueblo. Entonces, los maestros hacen política, pero la hacen fuera del sindicato. ¿Por qué no hacerla también dentro del sindicato? Eso me parece que es una cuestión que tenemos que recuperar.

Dada la arremetida golpista de la oligarquía peruana contra la elección popular por el presidente Pedro Castillo, la vorágine de resistencia no ha permitido que nos podamos detener a reflexionar acerca de la batalla ideológica que abrió la campaña de Perú Libre en el Perú. En esta crisis, ¿cuál considera debe ser el derrotero de la educación en el Perú?

Pensaba que la pregunta anterior era la más difícil, pero esta es aún más difícil que la anterior. Bueno, no mencioné algo anteriormente sobre las fortalezas del Magisterio. Mencioné que como fortaleza teníamos una ubicación geográfica territorial en todo el país. Que teníamos el número, la cantidad también es un factor de fuerza. Que teníamos vinculación con las masas. Pero no mencioné esta potencialidad de construir una nueva mentalidad. Desarrollar un pensamiento crítico. La formación de conciencia, dentro de la formación integral. Es decir, un darnos cuenta, un darnos cuenta que somos la mayoría pero que pensamos como la minoría. Es lastimoso que millares de compatriotas voten con la minoría privilegiada por los señores Hernando de Soto, la señora Keiko Fujimori, López Aliaga.

Esto significa que el debate de ideas, la discusión ideológica, el crecimiento y el desarrollo de esos factores de conciencia, esos factores subjetivos son indispensables. Los factores objetivos, la miseria, la pobreza, el malestar por esta situación de injusticia y desigualdad están dados. Pero la conciencia de lo que debemos hacer, el derrotero que debemos seguir, para que esta fuerza mayoritaria se encauce a una transformación y un cambio es lo que se precisa.

Y se puede hacer como lo está haciendo Castillo. Lo está haciendo vía elecciones, de manera pacífica, de manera democrática. Pero esto lo quiso hacer Allende también y mira como terminó. Entonces, considero que, sin renunciar a esta cuestión de lucha democrática, electoral y pacífica, es fundamental estar alertas y prevenidos porque no hay experiencia histórica en la cual los sectores dominantes se retiren de la escena de manera resignada. Siempre se aferran, no abandonan el poder, los privilegios, las gollerías de manera resignada. Se agarran con dientes y garras. Creo que lo que se viene es sumamente duro. Se ha ganado el gobierno, pero no el poder.

El poder fáctico, el poder económico, el poder represivo, el poder mediático están en manos de los grupos dominantes. Hay que ser conscientes de eso. Lo que queda por delante es sumamente complejo y complicado. Esperemos que Castillo y las personas que estén cerca a él, lo ayuden a que este período que se viene y se avecine, que puede ser mucho más duro que el anterior, se actúe desde el gobierno con la mayor sensatez, la mayor inteligencia y la mejor de las razones.

Como maestro, ¿cuál sería su expectativa de mensaje pasado los 100 primeros días de gobierno del presidente Castillo en materia educativa?

Hay muchas expectativas y muchas ilusiones. Y hay una presión de demandas. En estos momentos que aún Pedro Castillo no ha asumido el gobierno, hay un Paro de 48 horas en el Cusco planteando mejoras económicas porque ha subido el pan, el gas, la electricidad, el dólar, etc. Esto no lo está haciendo Castillo, lo están haciendo los empresarios. Es decir, los empresarios están creando una situación de empujar a los sectores a pedir una nivelación de acuerdo al costo de vida, dicho de otra manera, un aumento de salarios. Esto, que es una demanda lógica, natural, porque el pueblo está perdiendo capacidad adquisitiva, va a empujar a que se hagan reclamos.

Entonces, creo que tiene que haber una pedagogía. Una pedagogía política que de cara al pueblo diga cómo se recibe al pueblo y que esta expectativa e ilusiones no acaben en frustraciones. Se tiene que ser firme con el mensaje que el gobierno de Pedro Castillo va a hacer todo lo que esté a su alcance, todo lo posible e imposible para atender estas demandas populares. Pero que la impaciencia para que esto sea a cortísimo plazo, no va a ser posible. No va a ser posible por las condiciones en que nos dejan el país.

La salud, la educación, la seguridad durante décadas han sido abandonadas. Los servicios estatales no van a mejorar de la noche a la mañana. No es una cuestión de hacer un chasquido de dedos. No es una cuestión de un día para otro. Por lo tanto, tengamos una paciencia impaciente. Acompañemos al gobierno de Castillo. En el Magisterio tenemos una confrontación constante con todos los gobiernos. Las contradicciones entre Ministerio y Magisterio han sido permanentes. Estamos en otro gobierno. Es un gobierno que puede ser nuestro, que será nuestro en la medida que nosotros nos identifiquemos con él y Pedro responda.