Tierra del Fuego, la carta de Milei para jugar con EE.UU

El acercamiento de Milei a Estados Unidos no solo es a través de elogios y reivindicaciones hacia su gobierno. También es la entrega del territorio argentino como la construcción de una base militar en Tierra del Fuego

Recientemente ha circulado información en distintos medios sobre el avance de acuerdos técnicos para que ingenieros de la armada estadounidense comiencen a trabajar en el diseño de la instalación de una base logística yankee para submarinos nucleares.

A pesar de no haber sido información oficial, ni el gobierno argentino ni el gobierno estadounidense desmintieron la noticia. Por el contrario, tiene correlación con las últimas visitas de funcionarios y militares estadounidenses a la Argentina.

La primera desde la actual gestión de gobierno fue de la Jefa del Comando Sur Laura Richardson en donde comenzó a hablarse de la posibilidad de una base armada integral estadounidense en la ciudad de Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego.

La última visita del Almirante Alvin Holsey en el país, quien estuvo reunido con el presidente Milei y el ministro de Defensa Luis Petri, tuvo grandes repercusiones por haberse tratado varios temas entre ellos; retomar las conversaciones sobre la instalación de una base militar estadounidense en Ushuaia, y la reactivación de un radal satelital en la provincia austral.

“La provincia está en contra de esta base”, dice Andrés Dachary, secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales de la provincia de Tierra del Fuego. “Todo lo que tiene que ver con recursos para la defensa debe ser exclusivamente nacional”, asegura.


La provincia de Tierra del Fuego es la única provincia bicontinental de la Argentina, y su importancia estratégica está relacionada con el paso bioceánico, y la reafirmación de la soberanía argentina sobre la Antártida y las islas Malvinas.

“Es muy grave lo que está pasando y se están manejando muy mal”, dice el Secretario para FM fueguina 96.3, afirmando que “nadie del gobierno nacional se ha comunicado con representantes provinciales”

De intentar avanzar con el proyecto militar estadounidense, “deberá pasar por el Congreso, y la idea es involucrar a todo el arco político y nuestros representantes porque esto va a marcar el rumbo de nuestra provincia”, agrega Dachary. Sin embargo, “El 99.9% de los fueguinos está sorprendido con esto”, asegura.

Desde la última visita del nuevo representante del Comando Sur de EEUU, se comenta sobre la posibilidad de reactivar el radar de monitoreo satelital de la empresa británica Leo Labs Limited en Tierra del Fuego. Su instalación había iniciado años atrás, y durante la gestión de Alberto Fernández fue frenada. Dados los notorios intentos de alineaciones del gobierno de Milei con Estados Unidos podría volver a reactivarse y se trataría de “el desarrollo de la primera constelación de satélites del Reino Unido en órbita terrestre baja, destinado a realizar inteligencia, vigilancia y reconocimiento”, tal como aseguró el CEO de la empresa, Tony Frazier.

“La Empresa misma reconoce que llevó adelante un contrato con el ministerio de defensa de reino unido para vigilancia y monitoreo del Atlántico Sur”, dice Dachary. “Nosotros pediremos la liquidación y disolución de la empresa, pero la jefatura de gabinete es la única que aprueba o no aprueba la instalación de radares”, menciona Dachary frente a la pregunta sobre la denuncia que hizo el portal “Agenda Malvinas” sobre la complicidad del gobernador de Tierra del Fuego Gustavo Melella Para la instalación de dicho radar.

En caso de llevarse adelante dicha base, la provincia fueguina contaría con dos bases militares estadounidenses en suelo argentino; la que estaría en vías de desarrollo y la de la OTAN en las islas Malvinas, algo que constituiría un polo logístico para presencia militar estadounidense, en particular mediante bases y operaciones navales en los territorios australes de la Argentina, un paso más para consolidar un control tecnológico y energético que tiene como fin último, no sólo la protección de intereses económicos; sino también la imposición de un orden político subordinado a Washington.