El mapa político colombiano sigue movido a diez días de las elecciones legislativas e internas presidenciales, donde el Pacto Histórico se logró posicionar como la fuerza más votada.
Días después de las elecciones, Gustavo Petro y varios partidos opositores al ubirismo denunciaron fraude electoral por inconsistencias en el preconteo de votos. Las graves fallas se dieron particularmente en los resultados electorales del Pacto Histórico, donde en un gran número de mesas no se reportaron votos.
Luego de siete días y con el reconteo oficial, el Pacto Histórico logró recuperar tres nuevos senadores y siete representantes a la Cámara, gracias al trabajo de cientos de voluntarios de la alianza política que recuperaron cerca de 400 mil apoyos.
La centroizquierda pasó de 16 escaños que tenía en el preconteo, a 19 tras el escrutinio oficial. Esto convierte al Pacto Histórico en la mayor bancada senatorial. Según los cálculos que se han hecho, la derecha tendrá el 50 % del Senado y los sectores alternativos cerca del 40%.
Si bien los líderes del Pacto Histórico exigieron el mismo 13 de marzo recontar los votos para recuperar los apoyos extraviados, el uribismo se montó a la situación para establecer un caos generalizado, ante los resultados que consumaron la derrota de su fuerza política.
“Producto de la recuperación de votos para el Pacto Histórico, el ubirismo encontró un argumento para pedir el recuento total del Senado. Esta estrategia se da en unas elecciones donde por primera vez el Centro Democrático es desplazado como fuerza política y con una contundencia tan grande como la que consiguió el Pacto”, comentó Laura Capote, integrante de ALBA Movimientos.
Las maniobras de fraude ante la contundente victoria del Pacto Histórico son una prueba de que las élites y sectores del poder concentrado colombiano, no están dispuestos a aceptar la llegada al poder de Gustavo Petro tan fácilmente.
Gustavo Petro y Francia Márquez, la dupla para un batacazo histórico
El Pacto Histórico fue la opción más votada en las elecciones internas presidenciales del pasado 13 de marzo. No solo Gustavo Petro triunfó por amplia mayoría, sino que Francia Márquez logró más de 783 mil, que la dejó en el tercer lugar de las precandidaturas en competencia interpartidista. Es decir, el Pacto se quedó con dos de las mejores votaciones entre los cinco primeros y alcanzó los casi cinco millones de votos.
Luego de varios días de cálculos políticos y especulaciones, Gustavo Petro nombró a Francia Márquez como la candidata a vicepresidenta por esa coalición. La elección de la lideresa social es un gesto a las diferentes fuerzas internas que venían reclamando por la elección de Francia.
La lideresa social se dio a conocer por su incansable activismo contra los impactos ambientales de la minería en su municipio –Suárez, en el Cauca-, en donde tuvo que irse por amenazas de grupos criminales, que han intentado desplazar a su comunidad con la minería ilegal.
“La elección de Francia Márquez significa que las negociaciones con otras fuerzas políticas no dependen de una candidatura a la vicepresidencia y al mismo tiempo que el Pacto priorizó consolidar a las fuerzas internas con Franca, que no solamente se ganó ese lugar con su buen resultado sino con las luchas que ella representa”, comentó Capote.
La lucha de Márquez contra la explotación minera y la defensa del medioambiente y el territorio la han convertido en la lideresa afrocolombiana más reconocida del país.
“El hecho que sea una mujer negra la candidata a la vicepresidencia en Colombia, de la fórmula que es la más opcionada es una novedad política a nivel continental. Es una buena noticia que compromete a varios sectores políticos y sociales del país para que acompañen esta fórmula”, agregó Capote.
La elección de Márquez también generó movimientos en otras fuerzas políticas. César Gaviria, del Partido Liberal, cerró la puerta a un acuerdo con Gustavo Petro, argumentando que Márquez lo agravió cuando la presentaron como fórmula vicepresidencial.
Como en 2018, el arco político de centro-derecha y derecha se une en una campaña “antipetrismo”. Ese sentimiento es el único capaz de ordenar a los sectores de la derecha colombiana bajo una sola candidatura, particularmente en las elecciones de segunda vuelta, en el caso que hubiesen.
En ese sentido, Capote reafirma la idea de una campaña anti Petro por parte de las fuerzas de derechas: “No hay políticas concretas por parte de las fuerzas de derecha. Se están enfocando en criticar las propuestas de Gustavo Petro. Es una propaganda antipetrista solamente”.
Con los dos candidatos más votados en una misma fórmula, la izquierda se muestra unida de cara al electorado y al proceso electoral presidencial de mayo. La gran pregunta es si les alcanzará para ganar en primera vuelta o tendrán que enfrentar a todo el antipetrismo unido en un balotaje.