Del 16 al 23 de octubre de este año se llevó a cabo el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, donde el actual presidente Xi Jinping fue reelegido como secretario general del PCCh para un tercer mandato al frente del país asiático.
Mientras se desarrollaba este evento de importancia fundamental para las líneas estratégicas de acción de China, cuyos impactos no solo afectan al país sino también al resto del mundo, los principales portales de comunicación occidentales desataron un sinfín de artículos periodísticos donde cuestionaban el desempeño económico chino durante el 2022.
¿El origen? la Oficina Nacional de Estadísticas de China pospuso la publicación de los resultados económicos del tercer trimestre hasta luego de finalizado el Congreso Nacional.
¿La economía china está estancada?
Durante los primeros 9 meses del 2022, el PBI chino creció 3% interanual, lo que se ubica por debajo del objetivo de crecimiento establecido para este año del 5,5%, que a su vez es inferior al 8,1% de crecimiento del 2021.
Mientras que el crecimiento de la economía mundial en 2021 fue de 5,7%, el Fondo Monetario Internacional estima que para este año será de 3,2%, y de 2,7% para el 2023. Por lo tanto, aún creciendo a una tasa más baja que las históricas tasas chinas, la economía del país asiático sigue creciendo, y la expectativa es que este año también lo haga por encima del promedio mundial.
¿Cuáles son los motivos?
Además del aumento de los precios de las materias primas, entre marzo y junio de este año China atravesó su brote de COVID más grande desde que comenzó la pandemia, lo que implicó que la ciudad de Shanghái permaneciera bajo cuarentena estricta durante dos meses.
Este brote afectó fuertemente la actividad económica en la ciudad costera que, además de tener uno de los puertos más transitados del mundo en el comercio internacional, tiene una población de casi 28 millones de personas y un PBI local de US$ 630 mil millones (casi 30% más grande que el PBI de Argentina en 2021).
Los efectos de la fuerte reducción del consumo entre marzo y mayo se hicieron notar: para la primera mitad del año, las ventas minoristas acumulaban una caída de 0,7%, situación que se revirtió con la mejora del tercer trimestre, acumulando un aumento de 0,7% en 2022.
Contrariamente, durante los primeros 9 meses del año, la actividad industrial creció 3,9%, el sector de servicios 2,3%, la inversión en activos fijos creció 5,9%, las exportaciones 13,8% y las importaciones 5,2%.
¿Qué está haciendo el gobierno?
El gobierno chino continúa con una política de flexibilización monetaria para apalancar la actividad económica, donde a la reducción de tasas de interés de referencia a 1 y a 5 años se le suma la reducción de las tasas para las hipotecas por debajo del 4%.
Así mismo, además del apoyo fiscal en términos de reducción de impuestos y tasas, continúan fomentando la inversión tanto doméstica como extranjera, incentivando las ventas minoristas por medio de bonos para consumo, acelerando las inversiones en infraestructura previstas para este año, y proveyendo ayuda financiera para las empresas sofocados por el aumento de costos y la disminución de la demanda, ya sean pequeños comerciantes como gigantes de la aviación comercial o desarrolladores inmobiliarios.
La economía china se encuentra en un período clave de recuperación del shock del segundo trimestre, con los principales indicadores económicos reflejando una mejora significativa respecto a los meses anteriores, pero que todavía posiciona al gigante asiático por debajo de su meta anual de crecimiento. Las próximas semanas serán claves para el desempeño económico de China de este año.