A un año de la ley, la lucha no termina

El 30 de diciembre del 2020 se aprobó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). A un año, indagamos cómo se implementa en el sistema de salud y cuáles son las deudas pendientes.

Luego de años de militancia y debates, Argentina cerraba el 2020 con la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, un logro de los movimientos feministas que fue celebrado a lo largo y ancho del continente. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, durante los primeros seis meses del 2021 se registraron 25.894 interrupciones de embarazos.

Pudimos conversar con Olivia Sepulveda, médica residente de medicina general en el Centro de Salud “Ángel Bo”, en Hurlingham, quien nos explicó cómo era el trabajo previo a la aprobación de la Ley 27.610. “Se trabajaba en base a causales que eran tres: salud integral, riesgo de vida y causal violación. Siempre que llegaba un caso de alguna persona con capacidad de gestar pidiendo interrumpir [su embarazo], se daba paso a un interrogatorio muy exhaustivo para encauzar en una de estas tres categorías”.

La realidad es que la Interrupcion Legal del Embarazo (ILE) era bastante difìcil de aplicar en los centros de salud: “Teníamos que hacer una selección debido a que no teníamos la capacidad de entregar medicación. El misoprostol es carísimo y muy escaso, si bien es muy seguro y eficaz. Resultaba horrible para el equipo tener que seleccionar cuál era la mujer más pobre o la más vulnerada, y a ella se le entregaba la medicación”, cuenta Sepulveda.

El trabajo de las Socorristas en Red también jugaba un rol importante a la hora de acompañar un aborto, clandestino, hasta hace un año. Las socorristas son una red de grupos y colectivas feministas de Argentina que brinda información y acompañamiento por vía telefónica y en encuentros cara a cara a mujeres que deciden abortar con misoprostol, un medicamento que posibilita la interrupción del embarazo.

Fiorella Marcos y María del Carmen Alvarez, integrantes de Desobedientes La Plata- Socorristas en Red, relatan su trabajo durante estos años. “Durante el proceso realizamos acompañamiento telefónico por cualquier duda, inquietud, inseguridad que pueda surgir en ese momento y también para brindar apoyo, aliento y fuerza. Articulamos con las consejerías de salud sexual integral de la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a decidir de La Plata, Berisso y Ensenada, para intercambiar saberes, inquietudes, pensares y soluciones a los acompañamientos”.

Las Socorristas de todo el país jugaron un papel indispensable cuando el aborto era ilegal y se realizaba de manera clandestina. En ese entonces, ellas ya acompañaban las interrupciones voluntarias de embarazos proporcionando información necesaria para que las intervenciones fueran seguras. 

La Ley 27.610

La Ley IVE logró que el Estado empiece a hacerse cargo de las intervenciones, y que las personas gestantes tuvieran el derecho a decidir sobre sus cuerpos. Marcos y Alvarez comentan que “actualmente, para acceder a una IVE, se puede llamar al 0-800 del programa de salud sexual y reproductivo de la Nación para solicitar un aborto y les contactan con el efector se salud más próximo según el área programática. O bien se acude a los centros de atención primaria de salud CAPS, Unidades de Pronta Atención (UPAs) y hospitales provinciales”.

“Gracias a la despenalización del aborto cambia el protocolo. Por el sistema de causales teníamos que interrogar en profundidad a las pacientes mucho más de lo que ellas podían en un inicio. Ahora sólo con la voluntad de la persona gestante podemos dar acceso y no tenemos que realizar esas entrevistas tan exhaustivas como eran antes. En la actualidad se acompaña hasta la semana 12 y desde ese tiempo se deriva al segundo nivel en salud que es el hospital”, cuenta Olivia Sepulveda, médica residente de medicina general en el Centro de Salud “Ángel Bo”.

 

 
 
 
 
 
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Desde Socorristas en Red afirman: “Con la aprobación de la ley se redujeron las consultas a nuestra línea pública, así como también la cantidad de nuestros acompañamientos. Los que nos da el indicio de que muchas más personas comenzaron a hacer uso de las consejerías de salud sexual”. Y agregan: “Entendemos que a partir de la implementación de la Ley algunos miedos que existían con anterioridad a recurrir al sistema de salud han disminuido y que se puede acceder a un aborto sin ser expulsades ni juzgades”.

Lo que queda por hacer

Todas las entrevistadas coinciden en que el camino recién empieza y que hay mucho por hacer. Entre las demandas más importantes se encuentra la práctica Aspiración Manual Endouterina (AMEU), un procedimiento que extrae el contenido intrauterino a través de una cánula conectada a un aspirador portátil que permite crear vacío manualmente, tiene éxito en el 98% de los casos y reduce significativamente el riesgo de complicaciones asociadas con el legrado.  

“Dar acceso a la interrupción voluntaria del embarazo con este método —que es el ideal, recomendado por la OMS y las sociedades de ginecobstetricia— disminuye todas las complicaciones que se pueden desprender de la IVE y que podemos realizar en los centros de atención primaria. Es una gran deuda con respecto a poder ofrecer una alternativa además de la medicamentosa [con Misoprostol] en los centros de salud”, explica Sepulveda. 

Por su parte, Fiorella Marcos y María del Carmen Alvarez continúan su tarea desde Socorristas y piden “que se cumplan los plazos establecidos, que se incorporen profesionales, que se abran consejerías y que se garantice la formación de los profesionales de la salud. Seguimos en lucha por la aprobación y producción nacional de mifepristona para que los abortos no sólo sean gratuitos y voluntarios, sino también de calidad. Seguimos en la lucha de exigir a aquellos profesionales que son objetores no sean obstaculizadores, y faciliten las derivaciones y la información correspondiente”.

Entre los desafíos más importantes que enfrenta el sistema de salud también se encuentra el de cubrir la alta demanda. “El aumento de la demanda nos obligó a tener que pensar otras formas de abordaje, y también nos obligó a pensar en estas otras cosas que se desprenden del acompañamiento como es la violencia. Entonces el equipo está en un hermoso proceso de transformación gracias a lo que han hecho los movimientos de mujeres y los feminismos. Si no hubiera sido por la hermosa marea verde, no se habría aprobado esta ley ni todo lo que trajo esta puesta en marcha”, concluye Sepulveda.