Brieger: “Para Rusia lo central sigue siendo la relación entre Ucrania y la OTAN”

La escalada de tensión entre Ucrania y Rusia marcó a fuego la agenda global y regional. Junto al periodista Pedro Brieger analizamos la reconfiguración del mapa mundial, las implicancias para América Latina y algunas posibles salidas al conflicto que mantiene en vilo al mundo.

Pedro Brieger charló con ARGmedios sobre la guerra en Ucrania

Miles de usuarios en redes sociales han agregado la bandera de Ucrania en su foto de perfil. Cadenas de oración por WhatsApp, carteles alusivos a la guerra en la vía pública, posicionamientos políticos desde los más variados sectores, una cobertura mediática incansable. Todos estamos obligados a posicionarnos sobre la escalada bélica en Ucrania, aún sin saber bien qué sucede en aquellos lejanos y fríos territorios. 

Detrás de este repentino interés colectivo sobre los asuntos internacionales, donde nos vemos forzados a hablar del tema en la cola del almacén y en las mesas familiares, se encuentra una mano rectora que digita el tema de la semana. ´Ahora hay que debatir sobre Ucrania, ahora hay que demonizar a Rusia, ahora hay que condenar la guerra´.

“Tercera guerra mundial en cuotas” fue el término que acuñó hace algunos años el Papa Francisco para referirse a la situación bélica que se desarrolla actualmente.. Muchas de estas guerras no sólo se libran desde lo estrictamente bélico, sino también desde las sanciones económicas, los bloqueos diplomáticos, los ciberataques, la competencia tecnológica, etc. La posible reconfiguración del tablero global genera un mundo inestable, plagado de grandes relatos y muy lejano al vaticinado “fin de la historia”.

Para adentrarnos en algunos de los ejes que cruzan al conflicto bélico en Ucrania, dialogamos con Pedro Brieger, sociólogo y periodista especializado en asuntos internacionales.

Juan Manuel Erazo: Mucho se habla sobre una reconfiguración del tablero global a partir del conflicto bélico en Ucrania ¿Considerás que esto es así? ¿Hay grandes reconfiguraciones? 

Pedro Brieger: Efectivamente. Me parece que estamos ante una reconfiguración a nivel internacional. Lo que pasa es que esto depende mucho del desenlace a partir de lo que suceda en Ucrania. No es lo mismo Rusia quedándose ahí varios años, que retirándose dentro de unos días; que Ucrania sumándose a la OTAN o firmando algún tipo de documento asegurando que nunca se va a sumar a la OTAN. Son cosas que aún hoy no podemos saber. Pero que esto ha acercado a Rusia y China aún más de lo que estaban, está claro. Evidentemente, se necesitan mutuamente.

JME: Hay países como Alemania, Israel, Turquía e India que no acatan las sanciones a Rusia o las ponen en cuestionamiento. ¿EEUU está viendo disputado su poder sobre la Unión Europea, OTAN y viejos aliados? ¿Es el conflicto en Ucrania una manera de querer recuperar su hegemonía en occidente?

PB: Me parece que cada país actúa según sus propios intereses. No es una cuestión ideológica, sino una cuestión de pragmatismo, de qué es lo que les conviene en un momento determinado. Alemania por ejemplo tuvo una postura bastante ambivalente porque necesita el gas ruso. También es cierto que allí están entrando en la primavera, así que tienen cierto margen para especular respecto del gas, pero la misma ministra de Relaciones Exteriores dijo que no pueden dejar de tener el combustible ruso, porque se paralizaría el país. Entonces, así se puede comprender la postura ambigua que ha tenido Alemania, tironeada también por el resto de los países para sumarse a las sanciones a Rusia. Está claro que ahora la Unión Europea no tiene un liderazgo fuerte como el que tenía con Ángela Merkel.

 

JME: Fakes News, sanciones económicas, intervención militar indirecta, bloqueos diplomáticos ¿Estamos ante un escenario de guerra híbrida?

PB: La información y la desinformación no es algo nuevo. La mentira se ha usado en todas las guerras, en diversas situaciones de la política. En este sentido no hay algo nuevo. Lo novedoso son las herramientas que se utilizan. Hay un famoso libro escrito hace aproximadamente cien años por un intelectual francés, Guy Durandin, que se llama La información, la desinformación y la realidad. Aquí, él analiza los hechos políticos y la desinformación que ha habido. A veces tengo la sensación de que la gente cree que todo es nuevo porque existe Twitter, Instagram y todo eso. La herramienta cambió, pero el sentido de la política de la desinformación es el mismo.

JME: ¿Cuál es el rol de China en este conflicto? ¿Puede ser una oportunidad para el gigante asiático de mostrarse como potencia moderadora? 

PB: Es difícil saber si China puede moderar, porque en todo caso acá se trata de moderar entre Estados Unidos y Rusia. Y para el primero, China es el gran enemigo. China no puede ser un moderador imparcial para los ojos de Estados Unidos. Es muy difícil en sí encontrar un moderador imparcial. Lo que me parece claro es que China no quiere de ninguna manera que el conflicto se extienda porque tiene derivaciones que lo pueden afectar directamente. De hecho vienen planteando el tema de Taiwán (territorio separatista) en Europa y Estados Unidos para acorralar a China. Estos a su vez vienen denunciando la intromisión norteamericana, británica y australiana en el territorio indo pacifico. El objetivo de China es seguir creciendo a partir de la famosa “Ruta de la seda”. No le conviene las crisis económicas derivadas de este conflicto porque muchos países van a tener dificultades para comerciar o contratar sus servicios.

El rol de China en el conflicto. Una jugada en silencio y con el temor de que se expanda hacia su región

JME: ¿Cuáles son, en el corto y mediano plazo, las salidas posibles al conflicto en Ucrania?

PB: Difícil saber cuáles serán las salidas. Hay una salida real y concreta, y es que Ucrania se comprometa públicamente, firmando un documento, a que no se va a sumar a la OTAN. De hecho el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, ha dicho de una manera parcial que quizá haya que abandonar esa idea. Hasta que eso no suceda, para Rusia la renuncia a la OTAN por parte de Ucrania es una condición sine qua non. Rusia puede negociar el tema del Dombás (territorio separatista proruso en Ucrania), la cuestión de Crimea, pero lo central sigue siendo la relación entre Ucrania y la OTAN.

JME: ¿Qué implicancias políticas observas para América Latina a partir de este conflicto?

PB: Esto tiene implicancias para América Latina, no sólo en lo económico sino por el lugar en que se han posicionado algunos gobiernos. Estamos en una etapa de demonización de Rusia en todo sentido. Sino no se entiende cómo se están prohibiendo actividades de atletas, artistas, intelectuales rusos en todos lados. Está claro que esta demonización tiene efecto porque es parte de una de las presiones que ejerce Estados Unidos centralmente en nuestra región. Hace años que vienen alertando sobre los vínculos de Rusia y China con América Latina, ahora hay que agregar la demonización global de Rusia comparando a Vladimir Putin con Hitler. De hecho, muchos de los análisis que se reproducen en la región, muestran a Putin como un loco, sin escrúpulos, emparentándolo con Hitler. Es una táctica que Estados Unidos y Europa suelen usar. Lo hicieron con Sadam Huseín (Irak), con Gamal Nasser (Egipto). En este caso esa demonización es fundamental para lograr apoyo en América Latina en diversas votaciones de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) o, incluso, en futuros acuerdos económicos.