Bullrich no descartó aplicar el protocolo antipiquetes en la marcha universitaria 

La ministra de Seguridad se justificó asegurando que “podría haber provocaciones”, aunque no se refirió de parte de quiénes ni por qué. La movilización de este 23 de abril busca visibilizar la emergencia presupuestaria de las universidades en el país. Muchas de ellas aseguran no poder funcionar en el segundo cuatrimestre. 

Pese a que se trata de una manifestación pacífica en defensa de la universidad pública  -y en donde confluirán diversos sectores políticos, que van desde la CGT hasta universidades privadas como la UADE- el gobierno de Javier Milei dio a entender que podría aplicar el protocolo anti piquetes este martes 23. 

Se trata del protocolo que desde el 10 de diciembre el gobierno libertario pone en funcionamiento en cada corte de circulación y que ya ha desencadenado feroces represiones por parte de las fuerzas de seguridad, dejando numerosos detenidos y heridos. 

Si bien esta marcha cuenta con un aval mayoritario de la sociedad y toca fibras sensibles incluso de la clase media argentina, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, no descartó la posibilidad de volver a aplicar su experimento. 

“Puede haber una provocación”, sostuvo la ministra, en diálogo para LN+. Sin especificar a qué se refería, Bullrich agregó que los manifestantes buscan “generar una situación para movilizarse de acá a la eternidad”. “Vamos a tener cuidado”, aclaró de todas formas. 

Aún así, la ministra tuvo tiempo para dejar plasmado su pensamiento respecto a la universidad pública y la situación asfixiante que presentan la mayoría de ellas en la actualidad. 

“¿Cuánto le llega a cada estudiante del presupuesto universitario?, ¿Cuál es la relación entre la cantidad de estudiantes que entran a la universidad y los que se reciben?, ¿Cómo se calcula el precio por estudiante? ¿La cantidad de plata que se le da? ¿El valor del estudiante?”, preguntó de forma irónica, Bullrich. 

Claro que lejos está de reflejar lo que realmente sucede con el presupuesto de las universidades de todo el país, que están funcionando con el presupuesto del 2023, el cual -según los datos oficiales de algunas universidades como la UBA- no alcanza a cubrir ni el 30% de los gastos.

Por esta situación, se ha declarado la “emergencia presupuestaria” y algunas casas de estudio lanzaron una alerta roja: aseguran que sin un nuevo presupuesto, podrían dejar de funcionar normalmente en mayo de este año.