Con absoluto hermetismo, el gobierno de Alberto Fernández estaría por poner en marcha el acuerdo entre Argentina y China para la instalación de granjas industriales porcinas en el país. Se trata de un mega plan de inversión del país asiático para la producción de granjas por más de 3.700 millones de dólares.
Lo cierto es que la poca información disponible ha generado que el proyecto con China se instale como un tema poco transparente. De hecho, afirmaciones y desmentidas constantes empañaron todavía más el debate.
El pasado 12 de julio, un medio de comunicación argentino dio por hecho que finalmente Argentina y China habían cerrado el acuerdo bilateral para la instalación de granjas porcinas en nuestro país. En efecto, el artículo que publicó el periodista Martín Dinatale en El Cronista aseguraba que el Ministerio de Producción, Cancillería y Agricultura habían “terminado de definir con Beijing los parámetros para desplegar una millonaria inversión en el país”, y agregaba que “la idea es instalar unas 25 plantas y exportar 900 mil toneladas de cerdo anuales”.
Horas más tarde, un tuit de parte de la cuenta oficial de la Cancillería Argentina desmintió esa información.
La Cancillería argentina aclara que esta información es absolutamente falsa y carece de asidero. pic.twitter.com/7dJK1zS0fD
— Cancillería Argentina 🇦🇷 (@CancilleriaARG) July 13, 2021
Días después, el gobernador de la provincia de Chaco, Jorge Capitanich, anunció un avanzado proyecto entre la provincia y el gobierno chino para un “embarque de exportación” pensado para agosto o septiembre. “Esto genera la apertura de mercados, más empleo y más valor agregado de base exportadora”, dijo el mandatario chaqueño durante una videoconferencia de prensa con autoridades del gigante asiático.
De hecho, Chaco ya firmó un acuerdo con la empresa de capitales chino-argentinos Feng Tian Food para la puesta en marcha de tres complejos porcinos en esa provincia del norte del país.
Qué dice el acuerdo
Pese a la poca información oficial, el acuerdo consistiría en la instalación de 25 megas granjas de 12 mil madres para la exportación de unas 900 mil toneladas de carne cada año, con destino principal a China.
De hecho, el país asiático está intentando ubicar sus propias granjas industriales porcinas en otras partes del mundo, luego de haber tenido graves problemas con la aparición de algunas enfermedades virales que causaron la muerte de millones de animales y también de personas.
A su vez, según los cálculos oficiales, se proyectan ingresos por exportaciones de alrededor de 2.500 millones de dólares al año y la creación de 9.500 empleos directos.
El acuerdo se pondría en marcha entre agosto y septiembre de este año, aunque algún contratiempo relacionado a la pandemia de coronavirus podría volver a paralizar el proyecto. Aun así, el gobierno argentino ya tiene el visto bueno después de haber conformado una mesa interministerial —integrada por la Secretaría de Medio Ambiente, Producción y Agricultura— en donde se habría puesto especial énfasis en el cuidado ambiental.
La voz de los ambientalistas
Diferentes ambientalistas, productores y científicos han advertido sobre graves consecuencias ambientales y sociales ante la posible instalación de varias mega granjas porcinas en el país. El año pasado, el primer “Foro Agrario por un Programa Agrario, Soberano y Popular” expuso al menos 10 puntos preocupantes sobre el acuerdo entre Argentina y China.
Como primer punto, aseguran que de esta forma el país asiático intenta sacarse de encima un “problema grave por la cría industrial de cerdos”: se trata de “la peste porcina africana (PPA) que ha diezmado los criaderos de cerdos en China el último año”.
“Los criaderos industriales de cerdos son una fuente de contaminación por los miles de toneladas de excrementos que producen, y generan allí donde se instalan una fuerte conflictividad social”, explicaron desde el Foro Agrario, que reunió a decenas de espacios relacionados a la agricultura familiar y la agroecología.
En otro punto, expusieron que la cría industrial de cerdos “lleva irremediablemente a la generación de resistencia bacteriana a antibióticos como lo ha denunciado la Organización Mundial de la Salud (OMS)”. De hecho, según el propio Instituto Malbrán, esto constituye “uno de los principales problemas de salud pública que se cobra 800 mil vidas al año en todo el mundo”.
“El hacinamiento y la debilidad inmunológica de los animales son el caldo de cultivo ‘ideal‘ para mutaciones virales. Nuevos virus con potencialidad de producir pandemias. Al respecto acaban de encenderse alarmas en China y Brasil”, adviertieron desde el Foro Agrario.
Los ambientalistas y productores recuerdan que este tipo de industrias está asociada directamente a la producción de soja y maíz transgénico, que es el principal alimento para la cría de cerdos, “con lo cual también contribuye a la ampliación de la frontera agrícola y los daños que conocemos”, agregaron.
“Los únicos beneficiarios de este modelo serán los grupos corporativos chinos y argentinos que lo impulsan sin que haya un ´derrame´ hacia las comunidades ni el desarrollo local. Por el contrario, proyectos de este tipo son una amenaza para la agricultura familiar campesina e indígena, de pequeña y mediana escala, que irá a la quiebra en caso de un brote como el de PPA en China”, concluyeron.