El Gobierno de Japón dio a conocer sus planes a comienzos de abril de verter al mar más de un millón de toneladas del agua contaminada de la central nuclear Fukushima, destruida en marzo de 2011 por el terremoto y posterior tsunami. La catástrofe natural de mayor impacto en la historia japonesa.
Se prevé que el vertido de agua residual se inicie dentro de dos años, mientras que todo el proceso tardará décadas, según las proyecciones. “Bajo la premisa del estricto cumplimiento de las normas reglamentarias establecidas, seleccionamos la liberación oceánica” para disponer de esas aguas residuales, indica un comunicado del gobierno japonés. Antes de ser vertida, el agua será filtrada para remover los isótopos nocivos, así como diluida hasta cumplir con todos los estándares internacionales. Las autoridades japonesas consideran que el vertido no generará ningún riesgo para la salud humana.
¿Por qué hace esto Japón?
El espacio para almacenar las aguas residuales se está agotando. En la actualidad se almacenan en Fukushima alrededor de 1,25 millones de toneladas de agua radiactiva y se espera que el emplazamiento alcance su plena capacidad el año que viene, según el operador de la central, Tokyo Electric Power Company (Tepco). Tepco quiere desmantelar la central entre 2041 y 2051, pero no puede seguir adelante con los planes si hay que construir más tanques de almacenamiento para contener las aguas residuales.
El primer ministro, Yoshihide Suga, dijo: “No tenemos más remedio que ocuparnos del tema de las aguas residuales, ya que tenemos que proceder al desmantelamiento de los reactores nucleares”.
¿Cuál es el proceso de liberación?
Según el plan aprobado por los ministros japoneses a comienzos de abril, Tepco comenzará a verter el agua radiactiva dentro de dos años. La liberación gradual del agua durará unos 30 años y se espera que se termine antes de que se complete el proceso de desmantelamiento.
El plan ha sido avalado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). “El método de vertido de agua que ha elegido Japón es técnicamente viable y se ajusta a la práctica internacional, aunque las grandes cantidades de agua hacen que sea un caso único y complejo”, ha declarado el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi. “Los vertidos controlados de agua al mar son utilizados de forma rutinaria por las centrales nucleares operativas en el mundo y se realizan bajo estrictas normas de seguridad y medioambientales”, dijo Grossi en un vídeo publicado en la web del OIEA .
Protestas en China y Corea del Sur
Durante el mes de abril, desde los gobiernos chino y surcoreano expresaron su preocupación por el contenido del agua, a pesar de las explicaciones japonesas. En el caso de China, a través de un comunicado de la cancillería se expresó absoluto rechazo porque la decisión se tomó “sin una consulta completa con los países vecinos y la comunidad internacional” y “sin haber agotado los métodos seguros de desecho”.
“El océano es una propiedad compartida de la humanidad. El vertido de agua residual nuclear de la central de Fukushima no es solo un asunto nacional (de Japón)”, señala el texto. La medida anunciada por Tokio “es extremadamente irresponsable y dañará mucho la salud y la seguridad pública en el mundo, así como los intereses vitales de los países vecinos”, denunció el ministerio de Relaciones Exteriores chino.
En Corea del Sur, el presidente Moon Jae In estudia la posibilidad de realizar una demanda ante organismos internacionales para frenar la decisión. Exigen detalles sobre cómo tratarán la contaminación en el agua, y prevén evaluar medidas para medir la radiación de los productos que importen desde Japón.
La semana pasada se movilizaron estudiantes universitarios surcoreanos a la embajada de Japón para exigir que no continúen con la medida, ya que afectará no sólo al pueblo japonés sino a varios países del Asia-Pacífico.
¿Hay alguna alternativa?
La otra opción es esperar a que las aguas residuales se evaporen, según información del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón. Por su parte, la OIEA considera que ambos métodos son viables.
Nigel Marks, profesor asociado de física y astronomía de la Universidad de Curtin, en Perth, dijo que liberarlas en el mar era “la única opción sensata”. “La evaporación no está controlada, ya que la humedad podría ir a cualquier parte”, agregó.
“Desde el punto de vista tecnológico, existen excelentes sistemas de separación y purificación para muchos elementos radiactivos, pero no hay nada que funcione para el tritio a escala industrial”, concluyó Marks.