Cumbre de la Celac: Argentina y Paraguay, a contramano de América Latina

La cumbre de jefes y jefas de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se realizó este miércoles en Honduras, culminó con un cortocircuito porque las delegaciones de Argentina y Paraguay rechazaron la declaración final acordada por el resto de los gobiernos de la región.

“Todos conocemos estos ocho puntos, hay suficiente consenso. Queda aprobado”, anunció Xiomara Castro, mandataria hondureña a cargo de la presidencia pro témpore del bloque, y comenzó a abrazarse con algunos de sus colegas, entre ellos Lula y Claudia Sheinbaum.

Fue allí cuando comenzó el berrinche de los enviados de Javier Milei y Santiago Peña, quienes decidieron ausentarse del encuentro y reunirse ese mismo día en Asunción. “Paraguay no da su consenso a la declaración. Reitero una vez más: Paraguay no da su consenso”, gritó Nimia da Silva, la representante paraguaya. Y al toque se le sumó el vicecanciller argentino Eduardo Bustamente: “Tampoco Argentina. Me sumo a lo dicho por Paraguay. La delegación de Argentina no da el consenso. Se están violando los estatutos de la Celac”.

El documento final rescata acuerdos básicos sobre la unidad y la integración de la región pero también refleja las posturas que resonaron fuertemente durante la jornada en contra de las políticas migratorias y arancelarias dispuestas por Donald Trump.

El texto destaca el compromiso del fortalecimiento de la CELAC como mecanismo de concertación política, la vigencia de la Proclama de la región como “zona de paz”, la importancia de concertar intervenciones conjuntas en foros multilaterales y la profundización de los lazos de cooperación entre los países que conforman la CELAC como con otros países y grupos regionales.

El punto 2 es el que se refiere, sin mencionarlo explícitamente, a la ofensiva global de Trump, al “rechazar la imposición de medidas coercitivas unilaterales, contrarias al Derecho Internacional, incluidas las restrictivas al comercio internacional”.

Fue Lula el que subió el tono para enfatizar la urgencia de los desafíos y que de los discursos se pase a la acción. “No tenemos más tiempo para continuar debatiendo, es importante que en una reunión de esta envergadura se tomen decisiones y que podamos ponerlas en práctica, porque la política está muy deslegitimada, las personas no creen más. La CELAC es lo más importante que creamos en 500 años en América Latina, no hay salida individual para ningún país, nosotros comprendemos eso y estamos acá para tomar decisiones, sino nadie nos va a creer porque no decidimos nada”, expresó el presidente brasileño antes de que su par hondureña levantara la Declaración de Tegucigalpa y golpeara el martillo aprobatorio.

Además de los gobiernos de Argentina y Paraguay, también el de Nicaragua rechazó el documento final, aunque con argumentos diametralmente opuestos: para Managua, el texto omite principios fundamentales como la defensa de Cuba, Venezuela y Palestina, así como temas clave para la región.

En cambio, la oposición al acuerdo por parte de las administraciones de Milei y Peña tiene que ver más con su sintonía ideológica y estratégica con Trump. De hecho, en la reunión bilateral que mantuvieron este miércoles avanzaron en una estrategia conjunta para firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos.

Migración, Malvinas e integración económica

La situación de la población migrante, agravada por las políticas expulsivas del magnate estadounidense, también estuvo en el centro del debate. “La migración es apenas la consecuencia de esa desigualdad geográfica del efecto de la crisis climática en el territorio. ¿Lo solucionamos poniendo cadenas? Ningún migrante puede llegar a una cárcel de esas (de máxima seguridad, como la de El Salvador), porque sería tratado como criminal y como esclavo y no lo es. Es un ser humano y América Latina no puede bajar la bandera de la dignidad humana”, sostuvo Gustavo Petro, quien recibió la presidencia pro témpore de la Celac,

Por su parte, en su debut en la arena internacional, el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, se refirió a la importancia de “reafirmar dos reivindicaciones históricas vinculadas a la defensa de la soberanía y al derecho de todo Estado a vivir libre de amenazas, agresiones y medidas coercitivas unilaterales”.

En esa línea, Orsi habló del “bloqueo a Cuba” y del “derecho de Argentina sobre las Islas Malvinas”.

En tanto, la mexicana Claudia Sheinbaum propuso la realización de “una Cumbre por el Bienestar Económico de América Latina y el Caribe, para hacer realidad una mayor integración económica regional sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a nuestras soberanías”.

También participaron de la cumbre Luis Arce, de Bolivia; Mark Anthony Phillips, de Guyana; Miguel Díaz-Canel, de Cuba, y Leslie Voltaire, de Haití, además de los primeros ministros de Belice, Juan Antonio Briceño; de Guyana, Mark Anthony Phillips; y de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.