El acuerdo con el Fondo podría discutirse esta semana en el Congreso

Alberto Fernández inauguró este martes un nuevo periodo de sesiones legislativas. La escena protagonizada por la oposición, el FMI y la guerra en Ucrania.

“No habrá reforma jubilatoria”, aseguró el presidente Alberto Fernández en el acto de apertura de sesiones legislativas del 1 de marzo. Esta fue una de las frases destacadas en uno de los temas más sensibles de su intervención: el proyecto que el Poder Ejecutivo enviará en las próximas horas para que el Congreso respalde o rechace el acuerdo logrado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El mandatario también aseguró que el acuerdo planteado no requerirá de más tarifazos ni una reforma laboral. Lo cierto es que, más allá de lo que se pudo conocer hasta ahora, no hay mayores detalles sobre el memorándum de entendimiento con el Fondo. 

“El Gobierno de la Argentina ha llegado a un acuerdo con el staff del Fondo Monetario Internacional para llevar adelante un programa que nos permita refinanciar la deuda que nos dejó el gobierno anterior, y al cual nos opusimos en su oportunidad. Estamos dando un nuevo paso en este tema, que no es el primero y no será el último”, anticipó este martes. La tensión se magnifica si sumamos que varios diputados en las filas del Frente de Todos no confirmaron su voto positivo: dicen esperar a leer el acuerdo final.

Todavía no se conocen los detalles del acuerdo

Más temprano este año, el diputado oficialista Máximo Kirchner renunció a la presidencia del bloque del Frente de Todos en Diputados, justamente por sus diferencias con el acuerdo que anticipó el gobierno el pasado 1 de febrero. Su ausencia en el recinto cristalizó aún más la interna que late al interior de la coalición de gobierno. 

El Poder Ejecutivo insiste en que el acuerdo firmado con el Fondo fue “el mejor que se podía conseguir” y subraya que —a diferencia de otros acuerdos que Argentina firmó con el organismo— en esta oportunidad no se exigirán medidas extremas, como la reforma del sistema previsional o una reforma laboral. 

“Se trata de una deuda inmensa. Sufríamos un grave problema y necesitábamos una solución. Ahora tenemos un camino para solucionarlo. Teníamos una soga al cuello, una espada de Damocles, y ahora tenemos un sendero que podemos recorrer. Sin acuerdo, no podremos ayudar a construir certezas”, indicó Alberto Fernández. 

A la fecha, todavía no está toda la información arriba de la mesa y todo indica que el acuerdo llegará al Congreso en los próximos días y se tratará de forma urgente por ambas Cámaras. 

“Aún hoy seguimos negociando aspectos vinculados a la formalización de ese acuerdo que confío concluir a la brevedad. En el contexto mundial que vivimos y teniendo en cuenta la magnitud de los compromisos que asumió Argentina y que buscamos modificar, defender los derechos de nuestro pueblo demanda mucho más que cinco minutos”, manifestó el presidente, que respondió con una chicana en referencia a la frase del ex mandatario Macri. 

De todas formas, Alberto Fernández determinó que se elevarán “los documentos que constituyan el acuerdo al Congreso de la Nación con la totalidad de los detalles” y precisó que será “a partir de esta semana”. “El nuevo programa no acumulará nueva deuda a la ya tomada por el gobierno anterior. Es una refinanciación de aquél préstamo que nos permite no usar en estos años recursos nacionales para pagar los compromisos”, consideró.

La guerra y el Fondo

Pero la apertura de sesiones también estuvo marcada por acciones de la oposición, más precisamente la bancada del PRO: los legisladores nacionales decidieron retirarse del recinto cuando el Jefe de Estado recordaba que la deuda que tomó el expresidente Macri no había pasado nunca por el Congreso, y que sería investigada por una “querella criminal” que sin embargo ya se había instaurado años atrás. 

La jugada —que pareció un tanto ensayada— intentó mostrar a un presidente que se dirigía a un Congreso casi vacío, pero no logró del todo su cometido. También se vislumbró que Juntos por el Cambio se encuentra más partido que nunca, luego de que el radicalismo decidiera quedarse escuchando las palabras de Alberto Fernández. 

Los legisladores opositores también mostraron la bandera del Ucrania por delante de sus bancas y buscaron presionar al presidente a los pocos segundos de su arribo al recinto. Sin embargo, el primer tema al cual se dirigió Fernández fue precisamente la guerra en Ucrania, en donde recordó la postura que ya tomó la Cancillería argentina condenando la decisión de Rusia, y además pidió un minuto de silencio. 

“No es legítimo recurrir al uso de la fuerza y violar la integridad territorial de otro Estado como forma de resolver un conflicto. Las guerras preventivas son condenables porque no son lícitas. Para discutir está la diplomacia”, había manifestado el Canciller argentino, Santiago Cafiero, en su exposición frente al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. “La Argentina reitera a la Federación de Rusia que cese inmediatamente en el uso de la fuerza y condena la invasión a Ucrania así como las operaciones militares en su territorio”, planteó.