En el marco de las exposiciones previo al tratamiento de la Ley ómnibus en el Senado de la Nación, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, interpeló a la mayoría de los legisladores presentes con un pedido particular: les pidió que eviten que el gobierno de Javier Milei disuelva el Banco Nacional de Datos Genéticos y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi).
Sucede que a partir de las facultades delegadas que se les asignó al presidente con la ley, el Poder Ejecutivo tiene la potestad de eliminar o intervenir este tipo de organismos centralizados y descentralizados del Estado, según figuran en los artículos 3 y 6 de la Ley ómnibus.
“En este recinto se conquistaron derechos consagrados en la Constitución Nacional y, en particular, se consolidó el derecho de verdad, memoria y justicia que tan alto nos ha colocado en el mundo, convirtiéndonos en los mayores referentes internacionales en materia de derechos humanos”, comenzó Estela.
En el caso del Banco Nacional de Datos Genéticos -por ejemplo- su papel fue fundamental para poder encontrar a muchos de los nietos apropiados durante la dictadura, ya que permite que familiares de desaparecidos dejen sus muestras de sangre, así como también personas que sospechan sobre su identidad, puedan hacerlo a la espera de una resolución.
“Venimos a pedirles a ustedes que honren los cargos para los que fueron electos como lo hicieron tantos a lo largo de la historia”, planteó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo.
“Una vez más estamos en el Congreso de la Nación para solicitar ayuda, compromiso y comprensión con el deseo de evitar el retroceso en materia de derechos adquiridos fundamentales, que garantizan el bienestar de toda la sociedad“, enfatizó una de las referentas indiscutibles en materia de Derechos Humanos.
Posteriormente, Estela repasó algunas medidas políticas que se fueron dando en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, como la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, que habían sido impuestas durante la década menemista. También, la apertura de los juicios por delitos de lesa humanidad, que todavía hoy continúan juzgando a genocidas.
“Las Abuelas de Plaza de Mayo llevamos 47 años de lucha ante la desaparición forzada de nuestros hijos y embarazadas”, recordó Carlotto y cerró: “Estoy muy emocionada y aparte vieja… Le voy a dar a mi compañero para que siga”.
Quien tomó la palabra fue Guillermo Pérez Roisinblit, uno de los 137 nietos recuperados a lo largo de estos años, recordó que fue durante el gobierno de Raúl Alfonsín cuando se comenzó a gestar la idea de un Banco Nacional de Datos Genéticos y durante la gestión de Carlos Menem, se pudo continuar. Es decir, un sutil mensaje para todo el arco político que integra el Senado.
“Estén atentos con lo que pueda suceder con este paquete de leyes. Traten de pensar en familias de más de 300 nietos y nietas que faltan, que son mis hermanos”, planteó Pérez Roinsiblit y agregó: “Sin Banco y Conadi, ¿dónde quedan esos perfiles genéticos? 47 años llevan buscándonos y está funcionando. ¿Por qué lo tenemos que desechar?”.
Para cerrar el genetista argentino Víctor Penchaszadeth expuso su defensa del Banco Nacional de Datos Genéticos desde una mirada científica. “La ciencia no es neutral, está nutrida de valores humanos. La apropiación de niños con supresión de identidad es un delito de lesa humanidad y Argentina ha firmado tratados internacionales que forman parte de nuestro acervo constitucional”, concluyó.