Francisco sobre Gaza: “Matar a civiles indefensos y desarmados también es terrorismo”

El Papa publicó este martes su autobiografía titulada “Esperanza”, en la que hace un recorrido por su vida y aporta reflexiones sobre las principales cuestiones sociales y políticas de esta era. Repudia sin medias tintas la ofensiva israelí contra el pueblo palestino y lamenta “las miles de muertes de inocentes, sobre todo mujeres y niños”.

La autobiografía del papa Francisco, publicada este martes, ya está dando que hablar. Muchos medios destacan las reflexiones que aporta en torno al conflicto en Medio Oriente, y en particular su contundente condena al genocidio de Israel en Gaza. “El terrorismo no solo se manifiesta en ataques armados, sino también en guerras que atormentan a civiles indefensos, que reducen al hambre a la población y producen un terror insensato”, advierte en unos de sus pasajes.

En el libro, el sumo pontífice arranca expresando su dolor tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023: “Para mí fue dos veces doloroso: en aquella matanza perdí a viejos amigos argentinos que vivían en un kibutz de la frontera con Gaza”.

Pero luego agrega que “a ese desastre, a esa barbarie, luego se añadiría otra, enorme: los raides aéreos israelíes, que causarían miles de muertes de inocentes, sobre todo mujeres y niños; y cientos de miles de evacuados, casas destruidas, gente a un paso de la carestía”.

Francisco cuenta que está constantemente en contacto con Gaza y con la iglesia de la Sagrada Familia, cuyo párroco es el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, que acoge a familias y enfermos, “convertida en un escenario de muerte”.

“La señora Nadha Khalil Anton y su hija Samar Kamal, que era cocinera en la casa de los niños discapacitados al cuidado de las monjas de la madre Teresa, murieron a manos de un francotirador del ejército israelí mientras se dirigían al convento y trataban de protegerse mutuamente. A otros los mataron a sangre fría en los alrededores de la parroquia, una pequeña comunidad cristiana que llora la muerte de más de veinte de sus miembros”, describe.

Y entonces señala: “Eso también es terrorismo. La guerra que mata a civiles indefensos y desarmados, incluso a voluntarios de Cáritas que distribuyen ayuda humanitaria, que atormenta sin tregua a los civiles, que reduce al hambre a la población produce el mismo terror insensato”.

Además, critica “la vergonzosa incapacidad de la comunidad internacional y de los países más poderosos para poner fin a esta masacre, la ola de odio se ha convertido en un maremoto de violencia”.

Según el último balance de las autoridades sanitarias de Gaza, ya son 46.645 las palestinas y palestinos asesinados y 110.012 los heridos por los ataques israelíes. Alrededor del 70% de las víctimas eran mujeres y niños.

El libro

Bajo el nombre de “Esperanza”, la autobiografía papal salió a la venta este martes en Italia. Fue escrito durante más de seis años junto al periodista italiano Carlo Musso y desde el jueves llegará a las librerías de más de 100 países traducido en 18 idiomas. En un principio estaba pensada para publicarse después de su muerte, pero finalmente se decidió hacerlo con ocasión del Jubileo que se celebra este año.

Se trata de un compendio de 320 páginas plagadas de recuerdos y reflexiones del Papa sobre las principales cuestiones sociales y políticas de nuestro tiempo, como el cambio climático, la pobreza, la migración, el control de armamentos y la guerra. Y es presentado por su editor en lengua inglesa, Random House, como una “publicación histórica” y “las primeras memorias publicadas por un papa en funciones”.

Francisco, de 88 años, relata episodios de su infancia y adolescencia en Buenos Aires, como otros ocurridos durante la dictadura argentina y los inicios de su pontificado, además de revelar dos atentados fallidos durante su viaje a Irak.

También hace referencia a la guerra en Ucrania. Asegura que tuvo intenciones de mediar en el conflicto e incluso pretendía viajar a Moscú, aunque Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia, le dijo “que no era el momento”.

En cuanto al futuro, el Papa dice que no ha considerado renunciar, aunque es una “posibilidad”, y aborda algunos de sus problemas de salud en los últimos años. Dice que actualmente goza de buena salud y que recibe fisioterapia dos veces por semana, pero la “realidad es, sencillamente, que soy viejo”.

Explica cómo renunció a los apartamentos papales en el aislado palacio apostólico del Vaticano para mudarse a la casa de huéspedes Santa Marta porque “no puedo vivir sin gente a mi alrededor” e insiste en la importancia de mantener el sentido del humor.

Además, asegura que “la Iglesia acoge a todos, también las personas divorciadas, también las personas homosexuales, también las personas transexuales”.