Honduras: a 15 años del primer golpe triunfante del siglo en América Latina

En la madrugada del 28 de junio de 2009, Manuel Zelaya era secuestrado por los militares, trasladado en pijama al aeropuerto Toncontín y despachado a Costa Rica. Fue la antesala para los golpes que siguieron luego en Paraguay, Brasil y Bolivia. Hoy Honduras conmemora los 15 años con Xiomara Castro (esposa de Zelaya) como presidenta y recibiendo el encuentro de la CELAC Social.

El 28 de junio de 2009 quedará para la historia como el día en que las botas militares, digitadas desde el Norte, volvieron a burlarse de la democracia en América Latina.

Si bien ya se había producido un golpe de Estado en 2002 contra Hugo Chávez en Venezuela —frustrado dos días después por la movilización popular— y la derecha boliviana en la región de la “Media Luna” había tenido su fallido intento de tumbar a Evo Morales por la fuerza en 2008, la asonada en Honduras fue la primera del siglo XXI que logró sostenerse y marcó el camino para los derrocamientos irregulares que se sucedieron luego en Paraguay, Brasil y Bolivia.

Los hechos

José Manuel Zelaya llegó a la presidencia en enero de 2006 desde el Partido Liberal –uno de los dos partidos tradicionales- pero con el tiempo se fue corriendo a la izquierda. Decretó el otorgamiento de tierras a campesinos, aprobó un aumento del 64% al salario mínimo e impulsó, en 2008, el ingreso de Honduras a Petrocaribe y a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

A mediados de 2009, propuso una consulta popular para abrir paso a la instalación de una Asamblea Constituyente. El plebiscito, previsto para el 28 de junio, fue el detonante que puso en marcha la conspiración. En la madrugada de aquel domingo, Zelaya fue secuestrado por los militares, trasladado en pijama al aeropuerto Toncontín y despachado a Costa Rica.

El golpe, apoyado por los poderes Legislativo y Judicial, se había cocinado en la base militar estadounidense de Palmerola (70 km al norte de Tegucigalpa), base instalada en los ´80 como plataforma de ataque contra el gobierno sandinista de Nicaragua y los movimientos revolucionarios centroamericanos.

Asumió el gobierno de facto Roberto Micheletti, hasta ese momento presidente del Congreso, y floreció un inédito y potente proceso de movilización social que dio vida al Frente Nacional de Resistencia Popular.

La respuesta fue un feroz proceso de criminalización y persecución a los movimientos sociales, en el que fueron asesinados más de 300 activistas, con el caso de Berta Cáceres como símbolo principal.

Siguieron 12 años en los que las políticas neoliberales hundieron aún más al pueblo hondureño y convirtieron al país en el más violento de la región y uno de los más pobres. Se consolidó también la estructura del “narcoestado”: 8 de esos 12 años fueron gobernados por Juan Orlando Hernández, condenado este miércoles en Estados Unidos a 45 años de prisión por vínculos con el narco.

Tiempos de revancha

Ese largo y oscuro capítulo en la historia hondureña llegó a su fin el 27 de enero de 2022, cuando asumió la presidencia Xiomara Castro, la esposa del presidente destituido con el golpe de 2009, tras ganar las elecciones con el 51% de los votos y convertirse en la primera mujer elegida presidenta. Honduras volvió a sumarse como aliado del bloque de gobiernos progresistas y Xiomara actualmente preside la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Hoy Honduras conmemora los 15 años del golpe de Estado recibiendo los encuentros de la CELAC Social y del Foro de San Pablo, con la presencia de más de 300 invitadas e invitados internacionales.

 

 

El aniversario del primer golpe del siglo triunfante en la región se da también dos días después de una nueva intentona golpista en Bolivia, lo que desnuda la vigente fragilidad de las democracias latinoamericanas.