La imprudencia de Milei adelantó los tiempos y encendió al peronismo

Luego del levantamiento de varios gobernadores, entre ellos el mandatario de Chubut, Ignacio Torres, el presidente Milei subió al ring a nada más ni nada menos que a Axel Kicillof. Las medidas de ajuste y la poca capacidad de diálogo, comienzan a preocupar a muchos sectores. No solo al peronismo. 

A dos meses y 17 días de haber asumido el poder, el presidente Javier Milei comienza a transitar una nueva etapa en su flamante y vertiginoso gobierno. 

Si bien hasta ahora el efecto del ajuste inusual que se aplicó desde el 10 de diciembre, pudo ser controlado, la pelea que está profundizando el gobierno nacional con varias de las provincias, abre un escenario de conflicto mayor.

Es más, se podría afirmar que ayer -26 de febrero- se dio un punto de inflexión, en donde por primera vez el gobierno de la provincia de Buenos Aires -la provincia más poderosa de todas- se enfrentó abiertamente al presidente.

Ocurrió luego de que desde Casa Rosada se publicara un DNU que eliminaba -sin previo aviso ni comunicación- un fondo de fortalecimiento para la provincia que conduce Axel Kicillof. Lo que agravó la tensión que se estaba levantando entre Nación y las provincias, luego del enfrentamiento encarnizado entre Milei y el gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres.

En resumen, tanto Kicillof como Torres acudirán a la Corte Suprema de Justicia para reclamar la devolución de los fondos cooptados por el gobierno de Milei. Aunque es imposible recordar que detrás de ambos mandatarios existe un apoyo silencioso de la inmensa mayoría de las gobernaciones. 

Es decir, a menos de tres meses de haber asumido, Milei se está enfrentando abiertamente a todo el poder político por fuera de su gobierno, que vale la aclaración, está empezando a verse cada vez más aislado políticamente. 

A esto hay que sumarle dos condimentos que completan un cuadro preocupante para La Libertad Avanza (LLA): los “mercados” -como generalmente se le llama a ese grupo selecto de grandes empresarios que pueden mover el amperímetro económico del país- están empezando a ver de reojo al presidente, debido a sus actitudes impredecibles y su poca capacidad de diálogo. 

No solo los empresarios nacionales, también el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien luego de la visita de su número 2, Gita Gopinath, dejó en claro que le preocupa hasta cuándo las políticas de ajuste de Milei podrán ser toleradas por las clases populares. Es decir, al Fondo le preocupa un posible estallido social y le recomendó al gobierno argentino que “logre consensos políticos” con la oposición”. 

Pese a las recomendaciones del círculo rojo de empresarios y del propio FMI, el gobierno de Milei no afloja ni se deja asesorar. Como si fuera poco, frente a una abierta guerra con las provincias, el presidente Milei está poniendo cada vez más trabas para que su gobierno tenga el desembarco de algunos cuadros del PRO, liderados por Mauricio Macri.

La fusión entre ambos partidos parecía un hecho, hasta que algunos cortocircuitos pusieron en pausa la operación. Según se supo más tarde, la Secretaria de la presidencia, Karina Milei, fue una de las que se resistió a que el macrismo cope al gobierno libertario. 

Al respecto, también comienza a crecer el rumor de que el expresidente fue quien avaló la rebelión del gobernador Nacho Torres, quien pertenece a las filas del PRO.  O al menos, las declaraciones de Patricia Bullrich en contra del mandatario chubutense abren la imaginación sobre eso. 

Los tiempos se adelantan

Si bien la CGT fue uno de los sectores que más sorprendió y declaró una huelga general a 45 días de que Milei llegó a la Cas Rosada, el peronismo en su conjunto parecía jugar a elegir el momento indicado para golpear la gestión libertaria. 

El silencio de Cristina Fernández de Kichner mostraba en parte esta estrategia, pero la expresidenta tuvo que adelantarse en los tiempos ante la creciente tensión política y publicó una carta de 33 páginas, en donde ubica a Milei como la continuidad del proyecto neoliberal en la Argentina.

Ahora bien, este lunes el gobernador Kicillof no tuvo otra opción que salir al cruce del gobierno nacional, lo que hace que el manual de esperar para atacar, pierda cada vez más sentido. ¿Será entonces el momento de profundizar las críticas y las movilizaciones en contra de la gestión de Milei?

¿Cómo se acciona un plan de resistencia en contra de las medidas de ajuste sin poner en jaque la democracia y la gobernabilidad? 

Eso parece ser el punto que más preocupa a ciertas esferas del peronismo y de la oposición en su conjunto. Por no incluir también a algunos empresarios y sectores de influencia en el país.